EL SUICIDIO 5º Mandamiento El suicidio es causarse la muerte a sí mismo. Es pecado grave porque Dios es el único soberano y dueño de nuestras vidas. Somos administradores de nuestra vida, no dueños absolutos.
“Ajitófel levantándose fue a su casa y se ahorcó y murió…” EL SUIDICIO SIEMPRE ES PECADO GRAVE “Ajitófel levantándose fue a su casa y se ahorcó y murió…” 2 S, 17-23
El suicidio no sólo hace daño a uno mismo, sino que causa dolor grave a los familiares y otras personas.
Jugar a la “ruleta rusa” es pecado grave porque alguien puede acabar perdiendo la vida absurdamente.
Los problemas y los sufrimientos de la vida, aunque sean muy graves, deben llevarnos a buscar la solución en la fe y en Dios mismo (y nunca en el suicidio).
Siempre hay que buscar otras salidas a los problemas y sufrimientos.