en que no tropezarán” (Jer 31,7-9). “Se marcharon llorando, los guiaré entre consuelos; los llevaré a torrentes de agua, por un camino llano en que no tropezarán” (Jer 31,7-9).
Esta amarga experiencia humana se ha repetido Estas palabras evocan el drama de un pueblo deportado y llevado al destierro. Esta amarga experiencia humana se ha repetido a lo largo de la historia, hasta nuestros días.
de nosotros, nos muestre su misericordia y nos libere. Las palabras del profeta nos dicen que todos somos esclavos de algo. Necesitamos que Dios se apiade de nosotros, nos muestre su misericordia y nos libere.
Los Discípulos llamaron Él soltó el manto, dio un salto al ciego Bartimeo diciéndole: -Ánimo, levántate, que te llama. Él soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: - ¿Qué quieres que haga por ti? Mc 10, 46-52
El que era pobre, estaba ciego y sentado a la vera del camino, después de acercarse a Jesús y recobrar la vista, lo sigue por el camino.
Nos habla sobre todo de JESÚS. Refleja su compasión y lo presenta como la luz para los que están en tinieblas.
La misericordia no puede confundirse con “levántate”. La misericordia no puede confundirse con la indiferencia. La compasión invita a la humanidad a ponerse en pie con decisión y confianza..
“Ánimo” La comunidad cristiana ha sido elegida por el Señor y enviada a dar esperanza a los abandonados y humillados de la tierra.
“Él te llama” La Iglesia sabe y confiesa que ella no es el final del camino. Su misión es la de transmitir una llamada que conduce hasta el Señor.
Señor Jesús, en el ciego de Jericó reconocemos nuestra propia situación. Tú te has compadecido de nuestra postración, nos has devuelto la luz y nos has permitido seguirte por el camino. ¡Bendito seas por siempre! Amén.
José Román Flecha Andrés Texto: LA SEMILLA, Ciclo B –Editorial Monte Carmelo Presentación: Antonia Castro Panero