Juventud e Idealismo “No dejes que te critiquen por ser joven. Trata de ser el modelo de los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu caridad, tu fe y tu vida irreprochable” (1 Tim 4,12).

Características de la Juventud Etapa del hombre en crecimiento en que busca construir su personalidad; es una etapa muy importante de maduración biológica, humana y cristiana. Se integran todos los valores humanos, los criterios morales propios y la formación de la conciencia. Se toman muchas decisiones importantes: se eligen los amigos, la (el) novia(o), el trabajo, la profesión. Es el momento en que se toma la decisión fundamental de la vida como respuesta consciente y libre a una llamada concreta: la vocación (matrimonio, sacerdocio, vida religiosa). Más que una edad cronológica es una actitud psicológica: es amar la vida, ser alegre, ser dinámico, ser generoso, tener esperanza, etc.

Tiempo libre y diversiones Tiempo en que las personas se ven libres del trabajo ordinario, y una de las formas más comunes en que llenamos el tiempo libre es por medio de las diversiones. Sentido cristiano del tiempo libre y las diversiones: Sentido de reparación de energías (fuerzas físicas y psicológicas, estrés, nerviosismo, etc.) Sentido de perfeccionamiento de la persona (cultivo intelectual, de habilidades y aficiones, ejercicio, etc.) Sentido de formación de personalidad Sentido de encuentro con los demás y con Dios. + información + tecnología = Juventud más crítica y más exigente = riesgo de ceder al egoísmo personal, no hacer nada por los ideales.

El desperdicio de nuestra vida estará en el amor que no hayamos dado. Por eso, cada día aunque estamos cansados, ¡Hay que vivirlo al máximo! El tiempo no regresa, por eso hay que vivir con decisión y valor, fiel a los principios y no de modas pasajeras. Y si caes, no importa, cada tropiezo nos hará madurar para levantarnos más alto, y de esta forma enseñar a los demás lo importante que es vivir.

Nadie dijo que ser joven católico es fácil, pero VALE LA PENA. Si bien exige entrega, es un camino lleno de vida. “Dios no escoge a los capaces sino capacita a los elegidos”.

“La juventud es tiempo de grandes ideales” S.S. Francisco Necesitamos de los jóvenes hoy: jóvenes con esperanza y jóvenes con fortaleza. No queremos jóvenes debiluchos, jóvenes que están “ahí no más", ni sí ni no, no queremos jóvenes que se cansen rápido y que vivan cansados, con cara de aburridos. Queremos jóvenes fuertes, queremos jóvenes con esperanza y con fortaleza, ¿por qué? Porque conocen a Jesús, porque conocen a Dios, porque tienen un corazón libre".

¡Qué fácil es ser cristiano en la Iglesia, pero qué difícil es serlo en el mundo!. Cuando salimos al mundo la cosa se pone tensa; en tu colegio o universidad te da pena que te digan en voz alta que te vieron en misa, a la hora del almuerzo te da pena persignarte en público, en tu casa te da miedo que te escuchen cantar el corito del salmo o la alabanza de tu retiro…

No es suficiente con buenas intenciones, hay que ponerlas en práctica. No se necesita ser santo para predicar el Evangelio, Jesús vino por los pecadores no por los santos. No temas a las críticas ni a perder amigos por defender tus ideales. Las personas que realmente son tus amigos te quieren tal como eres. No eres el único, no estás sólo. Existen muchos jóvenes que no tienen miedo de seguir a Jesucristo. Las amistades que encuentras en el camino del Señor no son promociones de temporada, son amistades que trascienden el concepto de amigo, son como hermanos. Hay jóvenes como tú que soportan más que una crítica, que son perseguidos a causa de su fe. Mártires del siglo XXI. “Ser católico no es para cobardes, ni para miedosos, ni para personas débiles, ser católico requiere coraje y una profunda experiencia de fe…”. 

Dios no se deja ganar en generosidad Dios nos llama a todos a servirle de diferentes maneras, a través del servicio a los demás. Los tiempos malos son para la gente buena, pero no la gente buena que no hace nada malo, sino la gente buena que hace de su seguimiento de discípulo algo extraordinario. Salgamos de nuestra zona de confort, hay que correr el riesgo y vivir siendo ejemplo. En la vida todo cuesta, alcanzar nuestros sueños, alcanzar nuestros objetivos, iniciar un proyecto, finalizar un ciclo. Nuestro mundo; la iglesia, la universidad, la familia y la sociedad en general necesitan hombres valientes que sean capaces de darse por completo a una causa. Nuestros sueños valen la pena, nosotros valemos la pena, la vida misma vale la pena. Y por ese gran valor no podemos renunciar a lo que anhelamos.

Pero sólo los valientes llegan hasta el final. “¿Acaso no soy yo el que te ordeno que seas fuerte y valiente? No temas ni te acobardes, porque el Señor, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas”. (Josué 1:9) Sólo quienes caminan con valor y determinación, de la mano de Jesús y María, logran obtener todo lo que se proponen.