“Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12:17).

Únicamente la solución cósmica de otro mundo es apropiada para resolver el problema cósmico de este. Nuestra manera de vivir debe apuntar a este otro mundo.

LA CAÍDA DE UN SER PERFECTO “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti” (Ezequiel 28:17) ¿Cómo empezó el pecado? Si Dios es perfecto, ¿por qué existe el mal? “El pecado se originó con aquel que, después de Cristo, fuera el más honrado por Dios, y el más elevado en poder y gloria entre los habitantes del Cielo. Antes de su caída, Lucifer fue el primero de los querubines protectores, santos e incontaminados” El gran conflicto, p. 493 Las Escrituras no describen todos los detalles que llevaron a tal decisión de Lucifer, pero ella enfatiza que uno de los motivos principales fue que él pensó de sí mismo más de lo que conviene. Elena de White dijo de Lucifer: “Había sido sumamente exaltado, pero eso no despertó en él ni gratitud ni alabanzas a su Creador. Aspiraba llegar a la altura de Dios mismo” (Historia de la Redención, p. 14). La criatura quería ser el Creador. Lucifer quería participar en la creación de la Tierra. Su caída comenzó cuando él quiso ser igual a Dios. PIENSA: Las decisiones que tomas diariamente mediante tu libre albedrío, tienen consecuencias eternas.

MÁS QUE CONOCIMIENTO INTELECTUAL “Pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis” (Génesis 3:3) ¿Qué podemos argumentar en cuanto a la caída del hombre? Lucifer comenzó la controversia cósmica en el planeta Tierra cuestionando la palabra de Dios, y ha continuado la misma práctica a lo largo de la historia humana. Las elecciones de nuestros primeros padres nos ayudan a pensar en una actitud correcta: conocer no es suficiente, antes es necesario obedecer. Creer en Dios es una cosa, seguir sus órdenes es otra completamente diferente. Como el escritor del libro de Santiago afirma: “¿Crees que existe un solo Dios? ¡Muy bien! Incluso los demonios creen y tiemblan” (Santiago 2:17 NVI). Cuando pecamos, el pecado trae consigo consecuencias terribles para la vida, tanto personal como en nuestras relaciones. PIENSA: Dios dijo una cosa, Satanás dijo otra. A pesar del conocimiento que Adán y Eva tenían, eligieron escuchar a Satanás. Piensa en cuán poco ha cambiado esto a través de los milenios. ¿De qué modo podemos evitar cometer el mismo tipo de error?

GUERRA EN EL CIELO Y EN LA TIERRA “Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había dado a luz al hijo varón” (Apocalipsis 12:13). ¿Cuál es el significado de todo esto? Después de la entrada del pecado en la Tierra, en vez de castigar a Adán y Eva con la muerte, Dios prometió que la semilla de la mujer alcanzaría la victoria sobre la serpiente. Adán y Eva creyeron en la promesa. En el momento del cumplimiento de la promesa, Satanás persiguió a la mujer ya su Hijo (Apocalipsis 12:3, 4). El acto de lanzar a Satanás fuera del cielo sugiere su exclusión del concilio celestial al que tenía acceso hasta la cruz (Job 1:6-12). En la descripción de este conflicto, de acuerdo con la primera batalla en el cielo, Juan nos da información importante sobre el origen de la gran controversia. Hoy, Satanás está empeñado en esta batalla en la tierra, y debemos estar conscientes que somos partes de esta batalla, es una lucha permanente contra las fuerzas del mal. PIENSA: ¿De lado de quién estás en esta guerra cósmica?

CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN “Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). A pesar de lo terrible que pueda llegar a ser este conflicto, ¿qué seguridad tenemos? La imagen de la mujer huyendo al desierto, así como las alas de águila recuerdan el Éxodo, cuando tras la persecución de Faraón al pueblo de Israel, el Señor lo protegió en el desierto (Éxodo 19:4). Así como Dios estuvo en el desierto con el pueblo de Israel, estaría también con la iglesia. Por más que el desierto sea un lugar inhóspito, en la Biblia es un lugar de protección divina. Como sucedió la persecución en la iglesia primitiva en los primeros siglos y con la iglesia de Dios perseguida en la edad media, así también en los últimos días Dios librará a su pueblo de los ataques al dragón. Nunca olvidemos que Dios está a nuestro lado todos los días, hasta que esta batalla termine. ¡Cuán maravilloso es pensar en las promesas y reflexionar sobre su significado! PIENSA: Tal vez estés pasando ahora por el desierto y parezca imposible encontrar una salida o incluso un oasis. Ten la certeza de que el agua de la vida está contigo y con alas de águila te amparará.

LA LEY Y EL EVANGELIO “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:12) ¿En qué forma revela este versículo el vínculo entre la Ley y el evangelio? Hay una estrecha relación entre la ley y el evangelio. La ley puede ser presentada como un espejo que muestra la situación de pecaminosidad en que estamos, y el evangelio, son las buenas nuevas de salvación, que a pesar de haber pecado y trasgredido la ley, podemos ser salvos por medio de Jesús Cristo cuando nos arrepentimos. La unión de las dos expresiones no debe ser disgregada. Para el cristiano, tanto la ley como el evangelio son esenciales para que la vida cristiana sea apreciada de manera completa. La ley revela el pecado y nuestro estado ante un Dios santo (Romanos 3:20-26, 7:7). El evangelio presenta la solución a este problema. La muerte de Cristo en la cruz pagó el precio por nuestra transgresión (5:6-9, 17-21) y nos dio el poder para obedecer la ley (Romanos 8). Por lo tanto, esa obediencia no es producida por el propio creyente, sino por Dios, pues Él santifica a aquellos a quienes justifica PIENSA: ¿De qué modo podemos mostrarles a los demás que la obediencia a la Ley no es legalismo, sino que es una consecuencia natural de amar a Dios y ser salvos por él?

El conflicto cósmico arrecia y la neutralidad no es una opción El conflicto cósmico arrecia y la neutralidad no es una opción. Cada ser humano debe hacer su elección, y la mejor opción es aceptar a Jesucristo como Salvador personal. Es el momento perfecto para fortalecer nuestra mente y corazón con la Palabra de Dios: “Solo los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto” (Elena G. de White, Patriarcas y Profetas)