Juan 9:1 Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? (RVR 1960)

Una creencia común en la cultura judía era que la calamidad y el sufrimiento eran el resultado de algún gran pecado. Los judíos y en este caso los discípulos pensaban que la ceguera estaba directamente relacionada con pecados en la familia.

La respuesta del Señor fue clara: Juan 9:3 Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. (RVR 1960)

¿Existe tal cosa como maldiciones generacionales?

I.- El alma que pecare morirá

a.- una mala interpretación Los que enseñan sobre las maldiciones generacionales utilizan este versículo Éxodo 20:4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, (RVR 1960)

Quienes enseñan así, fallan en lo siguiente: El juicio de Dios es para quienes le aborrecen. Además, no toman en cuenta lo que dice el versículo siguiente:

6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos. (Reina Valera 1960)

Observe como lo dice en la NVI 6 Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones. (Nueva Versión Internacional)

b.- cada quien es responsable por su pecado Deuteronomio 24:16  Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado. (RVR 1960)

c.- el mensaje del Señor a Ezequiel Ezequiel 18:1 El Señor me dirigió la palabra: 2 «¿A qué viene tanta repetición de este proverbio tan conocido en Israel: “Los padres comieron uvas agrias, y a los hijos se les destemplaron los dientes?” (Nueva Versión Internacional)

3 Yo, el Señor omnipotente, juro por mí mismo que jamás se volverá a repetir este proverbio en Israel. 4 La persona que peque morirá. Sepan que todas las vidas me pertenecen, tanto la del padre como la del hijo. (NVI)

A continuación el Señor explica el ejemplo de tres generaciones: el abuelo bueno, el hijo malo y el nieto bueno.

Primera generación El buen ejemplo de un abuelo 5 »Quien es justo practica el derecho y la justicia; 6 no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos de Israel. No deshonra a la mujer de su prójimo, ni se une a la mujer en los días de su menstruación. (NVI)

7 No oprime a nadie, ni roba, sino que devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo. 8 No presta dinero con usura ni exige intereses. Se abstiene de hacer el mal y juzga imparcialmente entre los rivales. (NVI)

Ese abuelo vivirá 9 Obedece mis decretos y cumple fielmente mis leyes. Tal persona es justa, y ciertamente vivirá. Lo afirma el Señor omnipotente. (NVI)

Segunda generación El hijo del abuelo es malo 10 »Pero bien puede suceder que esa persona tenga un hijo violento y homicida, que no siga su ejemplo 11 y participe de los banquetes idolátricos en los cerros; que deshonre a la mujer de su prójimo, (NVI)

12 oprima al pobre y al indigente, robe y no devuelva la prenda al deudor, y eleve plegarias a los ídolos e incurra en actos repugnantes; (NVI)

El hijo morirá 13 que, además, preste dinero con usura y exija intereses. ¿Tal hijo merece vivir? ¡Claro que no! Por haber incurrido en estos actos asquerosos, será condenado a muerte, y de su muerte solo él será responsable. (NVI)

Tercera generación El nieto es bueno 14 »Ahora bien, ese hijo podría a su vez tener un hijo que observa todos los pecados de su padre, pero no los imita, (NVI)

15 pues no participa de los banquetes idolátricos en los cerros, ni eleva plegarias a los ídolos de Israel, ni deshonra a la mujer de su prójimo; 16 no oprime a nadie, no roba, devuelve la prenda al deudor, da de comer al hambriento y viste al desnudo (NVI)

El nieto vivirá 17 se abstiene de hacer el mal, no presta dinero con usura ni exige intereses; cumple mis leyes y obedece mis decretos. Un hijo así no merece morir por la maldad de su padre; ¡merece vivir! (NVI)

18 En cuanto a su padre, que fue un opresor, que robó a su prójimo y que hizo lo malo en medio de su pueblo, ¡morirá por su propio pecado! (NVI)

El Señor responde una pregunta 19 »Pero ustedes preguntan: “¿Por qué no carga el hijo con las culpas de su padre?” ¡Porque el hijo era justo y recto, pues obedeció mis decretos y los puso en práctica! ¡Tal hijo merece vivir! (NVI)

d.- al justo con justicia, al malvado con maldad Ezequiel 18:20 Todo el que peque merece la muerte, pero ningún hijo cargará con la culpa de su padre, ni ningún padre con la del hijo: al justo se le pagará con justicia y al malvado se le pagará con maldad. (NVI)

III.- El significado del sacrificio de Jesús

a.- no hay nadie justo En el Nuevo Testamento se aclara que no hay nadie que sea justo. Es por esto que la única esperanza está en la gracia, la misericordia y el perdón de Dios.

Romanos 3:10 Como está escrito:     No hay justo, ni aun uno; 11 No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.

b.- Cristo nos libró de maldición Gálatas 3:13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero ,

14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.

Los creyentes hoy no viven bajo una maldición personal De acuerdo al Nuevo Pacto en Cristo Jesús, para quienes le han entregado su vida a Él no hay maldición

Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. 2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Mucha atención Un fuerte énfasis en la maldición generacional ata al creyente, en vez de darle libertad. Además, quita la fe en la obra redentora de la muerte de Jesús en la cruz. Un creyente no necesita de un “experto” o “mediador” para solucionar el problema del pecado.

1 Timoteo 2:5 Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 6 el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

La Biblia claramente nos dice que somos responsables por nuestros pecados y nos da la solución: Mateo 4:17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

No necesitamos nada adicional a la sangre de Cristo para el perdón de nuestros pecados. 1 Juan 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.

IV.- La sanidad del ciego

Juan 9:35 Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? 36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? 37 Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es. 38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.

Para concluir

Hebreos 4:16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.