Asma Bronquial Dr. Freddy Ortega Cátedra: Medicina Interna Lady Loachamin Coronel Grupo: 4A
ASMA BRONQUIAL El asma, es una enfermedad respiratoria crónica que se caracteriza por un aumento de reactividad de las vías aéreas de menor calibre llamadas bronquios. Esto significa que ante diferentes estímulos, o ciertas sustancias que producen alergia (denominadas alérgenos), los bronquios se inflaman y disminuyen su diámetro, cerrándose de forma reversible. Esta es la principal diferencia del asma con la bronquitis crónica, en la que los bronquios disminuyen de calibre de manera irreversible. El asma es una enfermedad muy frecuente en niños.
¿CÓMO SE OCASIONA? El aumento de sensibilidad de los bronquios se denomina hiperreactividad y hace que los bronquios se cierren ante determinados estímulos como el ejercicio, el aire frío, las infecciones víricas, el humo del tabaco, los olores fuertes (pintura, químicos, productos de limpieza, etc.). La inflamación de los bronquios causa un aumento en la producción del moco, que además es más viscoso, por lo que se expulsa con dificultad. Cuando se habla de causas de asma es necesario distinguir entre las causas del asma propiamente dichas o factores etiológicos, y los factores desencadenantes que, aunque no producen la enfermedad, pueden desencadenar una crisis en una persona que previamente padecía asma. El aumento de sensibilidad de los bronquios se denomina hiperreactividad y hace que los bronquios se cierren ante determinados estímulos como el ejercicio, el aire frío, las infecciones víricas, el humo del tabaco, los olores fuertes (pintura, químicos, productos de limpieza, etc.). La inflamación de los bronquios causa un aumento en la producción del moco, que además es más viscoso, por lo que se expulsa con dificultad. Cuando se habla de causas de asma.
FACTORES ETIOLÓGICOS Componente genético: muchos pacientes tienen familiares con asma. Exposición a Neumoalérgenos: son sustancias que pueden producir síntomas respiratorios. Los más importantes son: ácaros del polvo, pólenes de plantas (gramíneas, parietaria, olivo, platanero), animales domésticos (pelo y escamas de su piel como el del perro, gato o hámster), hongos microscópicos (domésticos o no, crecen en lugares húmedos), factores ambientales y laborales (tabaco, polvo de madera, metales). Factores desencadenantes Los más importantes son los relacionados con el clima (frío, humedad, nieve), el ejercicio físico intenso, los ambientes contaminados (sobre todo con humo de tabaco, o sustancias químicas en el ambiente), las infecciones respiratorias, y algunos fármacos como la aspirina y derivados. En estos casos, suelen existir antecedentes familiares o personales de alergia. Por otro lado, hay pacientes que presentan asma nocturna, donde los síntomas empeoran especialmente en la madrugada, lo que puede tener relación con un reflujo gastroesofágico (RGE).
TIPOS DE ASMA Existen varias clasificaciones de los tipos de asma Tipos de asma en función del nivel de control: Asma controlado: sin síntomas diarios o nocturnos; no necesita medicación de rescate. Las reagudizaciones son muy poco frecuentes. Asma parcialmente controlado: síntomas diurnos dos o más veces por semana, con algún síntoma nocturno. Es necesario el uso de Tipos de asma medicación de rescate más de dos veces por semana, y las reagudizaciones son más frecuentes (una o más por año). Asma no controlado: con tres o más características del asma parcialmente controlado; las reagudizaciones son semanales.
Tipos de asma en función de la gravedad y frecuencia: En función del grado de obstrucción de las vías respiratorias (medido con espirometría), y la gravedad y frecuencia de presentación de los síntomas. Asma persistente: los síntomas aparecen durante todo el año. Asma intermitente: los síntomas aparecen dos o menos veces por semana, y los síntomas nocturnos aparecen dos o menos veces al mes. Asma persistente leve: los síntomas aparecen más de dos veces por semana, pero no a diario, y los síntomas nocturnos aparecen más de dos veces al mes, pero no todas las semanas. Asma persistente moderado: los síntomas aparecen todos los días, afectando la actividad normal y el sueño. Los síntomas nocturnos aparecen todas las semanas al menos una noche. Asma crónico: los síntomas son continuos. Las crisis o reagudizaciones son muy frecuentes y graves. Los síntomas nocturnos son prácticamente diarios.
LOS SÍNTOMAS DEL ASMA Varían de unas personas a otras, tanto en el tipo, como en su gravedad y frecuencia de aparición. Habitualmente los pacientes presentan periodos asintomáticos, seguidos por otros en los que los síntomas se agudizan y cuya intensidad puede llegar a ser muy grave. Los síntomas más frecuentes son: Tos: es generalmente irritativa, con pocas flemas, y en ocasiones absolutamente seca. Suele Síntomas del asma cursar en forma de accesos o crisis de tos, sobre todo por la noche y con el esfuerzo físico. Dificultad para respirar o disnea: generalmente al hacer ejercicio. En casos de reagudizaciones graves puede aparecer al hablar, o incluso en reposo. Sibilancias: silbidos en el pecho que se escuchan con el estetoscopio al explorar al paciente, y que son producidos por el paso del aire a través de las vías aéreas más estrechas. El asma también puede producir sensación de opresión en el pecho y mucosidad espesa que cuesta expulsar.
DIAGNÓSTICO: Historia clínica: El asma es una enfermedad con una evolución variable, que intercala períodos asintomáticos con otros de agudización de la intensidad de los síntomas. Además, es necesario preguntar por los antecedentes familiares de asma o de alergia, la exposición a sustancias tóxicas en el ambiente de trabajo o si ha tenido alergias previas. Radiografía de tórax: Permite evaluar la presencia de complicaciones y descartar otras enfermedades con síntomas similares como infecciones del aparato respiratorio, aspiración de cuerpos extraños o malformaciones de los bronquios. Pruebas de función pulmonar o espirometría: Es una prueba fundamental para el diagnóstico y seguimiento del asma, y mide la cantidad y velocidad de salida del aire durante la espiración (cuando los bronquios están obstruidos el aire tarda más tiempo en salir).
TRATAMIENTO MÉDICO DEL ASMA Los dos grandes grupos de medicamentos indicados para el asma, son los antiinflamatorios y los broncodilatadores. Antiinflamatorios: los más utilizados son los corticoides; disminuyen la inflamación de los bronquios. Existen formulaciones por vía inhalatoria o por vía oral o intravenosa en caso de reagudizaciones más graves. Otros medicamentos antiinflamatorios son las cromonas, que se utilizan por vía inhalada, y los antileucotrienos, que se toman en forma de pastillas. Broncodilatadores: se utilizan agonistas beta 2, anticolinérgicos y metilxantinas, y su función consiste en aumentar el diámetro del bronquio. Se administran de forma inhalada (mediante spray), ya que así llega mayor cantidad de fármaco al pulmón, con menos efectos secundarios para el organismo. Existen varios tipos: cartucho presurizado, cámara de inhalación o polvo seco. Inmunoterapia: se emplea únicamente en los pacientes sensibles a un alérgeno en los que no se ha conseguido una respuesta adecuada del asma, a pesar de seguir un tratamiento farmacológico y cumplir unas medidas de evitación apropiadas. Se administra en el hospital por personal especializado. Antihistamínicos: no controlan el asma pero sí son útiles para disminuir los síntomas alérgicos como picor en la nariz, estornudos, enrojecimiento de los ojos.