El género picaresco en la pintura: “Niño espulgándose” Bartolomé Esteban Murillo 9/12/2018
Murillo pintor español en cuya obra sobresalen escenas infantiles de mendigos y pilluelos ( pícaro). En esta pintura el niño pobre se espulga tratando de sobrevivir en una España enmarcada en una gran miseria y en pleno declive económico. Murillo pinta un cántaro de barro y un cesto con manzanas. En el suelo, restos de comida como único sustento que tenia este niño para poder sobrevivir. La niñez como uno de los eslabones más frágiles de la sociedad.
La escena está iluminada con un fuerte claroscuro La escena está iluminada con un fuerte claroscuro. La luz proviene de la ventana que queda a la izquierda e incide plenamente en el cuerpo sentado del chico, dejando en penumbra el resto de la estancia. Murillo trata de resaltar la figura del niño a través del juego de luces. Crítica contra el hambre, el dolor y la muerte. La luz también refuerza el ambiente melancólico que define la composición, destacando el abandono en el que vive el muchacho.
“Tres muchachos” Murillo 9/12/2018
Template copyright 2005 www.brainybetty.com Un niño llega hasta donde se encuentran otros dos muchachos dispuestos a merendar y con gesto amable les pide un pedazo de la tarta que van a comer, a lo que uno de ellos reacciona divertido en tanto el que tiene la tarta intenta ocultarla entre sus manos con gesto temeroso. Contraste de luces, colores ocres y nuevamente la miseria y el hambre hace uso de la vida de los niños que no son mas que golfillos que de ambulan por las calles. 9/12/2018 Template copyright 2005 www.brainybetty.com
“Niños jugando a los dados” Murillo 9/12/2018
Niños mendigos, vestidos e incluso harapientos, zapatos sin suela Niños mendigos, vestidos e incluso harapientos, zapatos sin suela. Dos de los chiquillos juegan a los dados en posturas encontradas mientras que un tercero come una fruta mientras que un perro le mira. Se supone que se trata de vendedores de fruta o aguadores debido a la presencia en primer plano de una canasta con fruta y una vasija de cerámica, jugando las escasas monedas conseguidas. Los gestos de los muchachos están perfectamente caracterizados, especialmente el que echa los dados cuyo
rostro está parcialmente iluminado por la luz. En los cuadros de Murillo, los niños suelen ser personajes de la calle, jóvenes pícaros que se ganan la comida y viven si un techo. Sus figuras transmiten siempre optimismo pues el pintor busca el momento feliz del juego o de la merienda a la que se entregan divertidos. retratar con tono amable a grupos de niños que manifiestan su alegría en el juego o comiendo golosos, y que son capaces de sobrevivir con sus limitados recursos gracias a la vitalidad que les otorga su propia juventud.
Las figuras de Murillo al igual que el Lazarillo de Tormes son pícaros que viven en la calle y tratan de subsistir. Niños adaptados a su situación, muestran actitudes alegres y desenfadas, mientras comen, juegan o negocian, como un triunfo de la vida sobre el dolor.