ECOS DE M. CARMEN SALLÉS ¡Escucha!
¡Qué feliz nuestra misión, somos depositarios y encargados de lo que más ama Dios en este mundo, que es la niñez y la juventud! ¡Qué feliz nuestra misión que nos da por compañeros a los niños y a los jóvenes que son un pedacito de cielo en la tierra!
Los niños son cera blanda Los niños son cera blanda. Es tarea del educador imprimir en ella un sello de perfección. Infiltremos, con nuestra forma de vida la honradez.
¡Inculcad el amor a María Inmaculada! ¡Pedidle con frecuencia la bendición!
Educar no es sólo una tarea, es también y sobre todo, una misión. Seamos aljibes que se llenan por el estudio y la oración de ciencia y de virtud, para después repartirlas.
Encontraréis a Cristo en el corazón de los niños. Los ejemplos de vida hablan con más claridad que las palabras.
Amad a los niños y sabréis educarlos. Si amamos, descubrimos lo bueno de cada hombre, la imagen de Dios en él.
La oración es el canal por donde desciende la gracia. Quien esté más unido a Cristo dará más fruto. La oración es el canal por donde desciende la gracia.
¡ Feliz nuestra misión !