Raíces históricas del Patriarcado, del modelo solidario al modelo dominador
Olvidar/recordar Cuando los aspectos femeninos se olvidan, solo se oyen historias de hombres. Sin historias de mujeres, solo nacen héroes masculinos. Cuando la lengua hablada solo puede ser entendida por la mitad de la comunidad, se pierde la sabiduría de los siglos. No debería ser necesario reinventar la rueda cada generación. El Tao de las mujeres
I. ¿El orden cultural (Patriarcado) tal y como hoy lo conocemos ha sido siempre así o hubo un orden diferente que desconocemos? ¿Cuáles fueron las características de aquel orden sociocultural? ¿Porqué desapareció? II. ¿Qué es el Patriarcado y cómo se ha desarrollado? ¿Cuáles son las manifestaciones y características del patriarcado?
La voluntad de saber de las mujeres El desarrollo de ciencias como la genética, la arqueología, la climatología, la biología, la sexología. La constitución de muchas mujeres e investigadoras en sujetos de conocimiento Las reinterpretaciones de conclusiones supuestamente científicas pero marcadamente androcéntricas… Los feminismos… Han permitido re-descubrir y revalorar evidencias que contradicen la idea según la cual la cultura patriarcal siempre ha existido.
El orden de la Diosa: El Cáliz
Hace 20.000 años existieron sociedades humanas, en el paleolítico y el neolítico, que estuvieron orientadas a la solidaridad, la cooperación y la valoración sin distinción de las mujeres y los hombres.
En 1974, Erich Fromm afirmaba: “Una de las épocas más interesantes de la historia humana es la llamada “revolución Neolítica”. Tuvo lugar en Asia Menor hace unos 10.000 años, con el desarrollo de la agricultura. Por lo demás es muy verosímil, aunque no haya prueba alguna de ello, que hayan sido las mujeres las que descubrieron la agricultura. Es decir, descubrieron que también se cultiva hierba salvaje y se la puede mejorar transformándola en trigo o grano comestible. Los hombres no eran tan descubridores, o se dedicaban probablemente al mismo tiempo a la caza y a la cría de ovejas. Con la agricultura se descubrió que es posible no limitarse a comer lo que la Naturaleza produce por si misma, sino que uno puede insertarse en forma productiva, en forma natural y que el hombre puede producir con su propia razón y su propia habilidad. Esto ocurrió, como hemos dicho, hace unos pocos milenios. En estos primeros 4.000 años, digamos, de la Revolución Neolítica, encontramos una sociedad verosímilmente muy amistosa, (…) una forma democrática muy genuina de vida, y, como ya he dicho, con un rol muchísimo más fuerte de la mujer y la madre. Solo con posterioridad la sociedad se organizó patriarcalmente”. [1] [1] Erich Fromm. El amor a la vida Barcelona, ediciones Paidos, 1987. Página 87
El arte centrado en la Diosa, (…) con su sorprendente carencia de imágenes de dominación masculina o hechos de guerra, parece haber reflejado un orden social en el que las mujeres, primero como jefas de clanes y sacerdotisas, y más tarde en otros roles importantes, desempeñaban un papel esencial, y en el cual tanto hombres como mujeres trabajaban juntos para el bien común en una equitativa solidaridad”.[1] [1] Riane Eisler. El cáliz y la espada. Santiago de Chile, Editorial Cuatro Vientos, 11ª edición, 2008. Página 23
“En general el propósito principal del arte y de la vida no era conquistar y saquear, sino cultivar la tierra y proveer los recursos materiales y espirituales para una vida satisfactoria, el arte neolítico, y especialmente el minoico, parece expresar una visión donde la función primordial de los misteriosos poderes que gobiernan el universo no consiste en exigir obediencia, castigar y destruir, sino más bien en dar”.[1] [1] Riane Eisler. El cáliz y la espada. Santiago de Chile, Editorial Cuatro Vientos, 11ª edición, 2008. Página 23
En los tiempos de la Gran Diosa El cuerpo femenino fue reverenciado, valorado, respetado, dignificado Se valoraban las cualidades asociadas a lo femenino Las jerarquías no constituían las formas de relación entre mujeres y hombres No hay evidencias de guerras Se desarrollaron tecnologías de producción y cuidado de la vida. (El Cáliz, o vientre abultado de las venus )
Hablamos de sociedades que representaron el poder creativo del universo en el cuerpo de las mujeres, Cuerpo femenino que simbolizaba los vínculos de amor y confianza entre mujeres y hombres. Cuerpo femenino expresión de la fertilidad, lo nutritivo y lo creativo de la madre tierra. Cuerpo femenino expresión de los misterios de la vida, la muerte y la renovación
Entonces el mundo antiguo se estructuró social, cultural, política y simbólicamente sobre el mito fundante de la Gran Diosa, unidad paradojal, que permitió la vivencia psíquica, cultural y social de los opuestos: Vida y muerte Cuerpo y alma Consciente e inconsciente Mente y emociones Naturaleza y cultura Luz y noche Amor y odio Origen y final
Dice Pepe Rodríguez: “El proceso de absorción y suplantación de la Diosa por un dios masculino no se dio en todas partes de igual modo ni al mismo ritmo, pero su resultado siempre acabó siendo el mismo”[1]: la degradación de las mujeres, la instauración de la violencia como instrumento de control, el empobrecimiento cultural, la usurpación de recursos y privilegios, la glorificación de la guerra, el menosprecio de la vida, las mujeres y la naturaleza. [1] Pepe Rodríguez. Dios nació mujer. Barcelona, Ediciones B, S.A. 1999 página 313
“Es probable que nunca terminemos el puzzle de los orígenes dominadores. Pero al menos estamos comenzando a reunir algunas de sus piezas –y con ello, empezamos a comprender las circunstancias que originalmente llevaron a una socialización masculina que prácticamente impone la coraza emocional (es decir, la represión por parte de los hombres de sentimientos que no sean rabia, desprecio y otras emociones “duras” o “masculinas”) y a una estructura social donde tanto la mujer como las emociones “suaves” y “femeninas” (por ejemplo, compasión y cariño) están excluidas de la autoridad social. Hoy contamos con evidencia de que las múltiples condiciones que en nuestra prehistoria –y en algunos lugares incluso en la protohistoria- llevaron a una forma dominadora de organización sociosexual”[1] fueron una combinación de factores tecnológicos, sociales y psicológicos donde las condiciones ambientales desempeñaron un papel clave. [1] Riane Eisler. Placer sagrado. Santiago de Chile, Editorial Cuatro Vientos, 1998. Página 103
El orden GINECOCÉNTRICO es aquel cuya figura de poder es la mujer y la Deidad femenina, poder simbolizado por el Cáliz de la vida.
GINECOCRACIA: Etimológicamente significa el poder o el gobierno de las mujeres. La palabra procede de la composición de las voces griegas gyné, que significa “mujer”, y kratein, “dominación”, “poder”. Algunos antropólogos —el suizo Johann Jakob Bachofen, entre ellos— sostienen que las sociedades primitivas fueron ginecocráticas porque, bajo el régimen de promiscuidad sexual en que vivieron, la madre era el único elemento conocido de la procreación y el parentesco se establecía a partir de ella. Había un gobierno materno de la familia. La mujer tomaba las decisiones de la vida doméstica.
GILANIA es la sociedad donde los valores masculinos y femeninos están en igualdad. Adjetivo: gilánico. Procedencia: introducido por Riane Eisler, en "El Cáliz y la Espada" (1987) del griego antiguo γυνή (gunḗ, “mujer”), λύειν (lúein) or λύω (lúō, “atar, unir”), y ἀνήρ (anḗr, “hombre”).
MATRIARCADO: La palabra matriarcado (del latín māter, «madre»y del griego archein, «gobernar») refiere a un tipo de sociedad en la cual las mujeres, especialmente las madres tienen un rol central de liderazgo político, autoridad moral , control de la propiedad y de la custodia de sus hijos. Confundida a veces con los términos ginarquía, ginocracia, ginecocracia, o sociedad ginocéntrica. la mujer está a cargo de la distribución de los bienes para el clan y, especialmente, de las fuentes de nutrición, campo y comida. Esta característica hace que todos los miembros del clan dependan más de la matrilinealidad y matrilocalidad, y esto le otorga a la mujer una fuerte posición en las sociedades que hoy son consideradas matriarcales. https://www.youtube.com/watch?v=rWQF6FbziEQ Matriarcado en Cultura Musuo, China
MATRILINEAL: En algunas sociedades el prestigio social y la adscripción de bienes y posesiones se recibe por vía materna, más que por vía paterna. Eso en general implica que en algunas sociedades son las mujeres quienes heredan las tierras familiares y no los hombres. Aunque en muchas sociedades matrilineales las mujeres tienen un poder decisorio sobre asuntos familiares razonablemente importantes. La posición social viene de la madre más que del padre y las familias extensas y la alianzas tribales se establezcan sobre líneas sanguíneas femeninas
MATRILOCALIDAD: usado por algunos antropólogos para describir sociedades en donde la autoridad maternal se basa en relaciones domésticas, debiéndole al esposo unirse a la familia de la esposa, en lugar de que la esposa se mude a la villa o tribu del esposo, así, ella es mantenida por su familia extendida, y el esposo tiende a estar socialmente aislado.
“¿Qué fue lo que produjo un cambio radical en la dirección cultural, el viraje que nos precipitó de un orden social sostenido por el Cáliz a un orden social dominado por la Espada?” Íbid, Eisler, p. 47.
ARTE MINOICO
El patriarcado: el orden de La Espada
La palabra «patriarca» proviene de las palabras griegas άρχειν árkhein, que significa mandar, y πατήρ patḗr, que significa padre. Fueron patriarcas los jefes de las primeras familias hebreas. Luego pasó a ser el nombre de una jerarquía eclesiástica de la iglesia cristiana primitiva. Varias iglesias cristianas modernas siguen usando la palabra patriarcado para designar un grupo de diócesis. https://es.wikipedia.org/wiki/Patriarcado#cite_ref-3
Históricamente el término ha sido utilizado para designar un tipo de organización social en el que la autoridad la ejerce el varón jefe de familia, dueño del patrimonio, del que formaban parte los hijos, la esposa, los esclavos y los bienes. La familia es, claro está, una de las instituciones básicas de este orden social.
“El patriarcado puede definirse como un sistema de relaciones sociales sexo–políticas basadas en diferentes instituciones públicas y privadas y en la solidaridad interclases e intragénero instaurado por los varones, quienes como grupo social y en forma individual y colectiva, oprimen a las mujeres también en forma individual y colectiva y se apropian de su fuerza productiva y reproductiva, de sus cuerpos y sus productos, ya sea con medios pacíficos o mediante el uso de la violencia.” http://www.nodo50.org/mujeresred/spip.php?article1396 Marta Fontenla
Hasta hace muy poco se nos hizo creer: Que las sociedades humanas fueron siempre de dominio masculino. Que la violencia honra la virilidad y superioridad masculina Que la guerra es inevitable, es el motor de la historia
La cultura patriarcal se levanta sobre la valoración de: La superioridad masculina La guerra Las jerarquías El poder como ejercicio dominación La opresión de las mujeres y la desvalorización de los femenino.
Así entonces: Las mujeres son inferiorizadas , controladas, cosificadas. https://www.youtube.com/watch?v=6SdNStpEJKA El otro diferente es excluido y objeto de control y dominación Se legitima un modo de pensamiento binario excluyente y jerarquizado. Mayor valoración al poder que quita la vida, que al poder que da la vida. Producción de tecnologías de destrucción, aniquiladoras. El poder se adhiere a la tenencia de la propiedad y al dominio de la economía.
La lógica binaria Está presente en el pensamiento y las prácticas sociales patriarcales, es fundamento y causa que explica la guerra, el uso de las violencias y las muchas formas de discriminación. En el patriarcado no hay mediación, no existe “Y”, solo la “O”: ángel o demonio, paz o guerra, amor u odio, público o privado.
La violencia, expresión del patriarcado, De esta manera, el patriarcado interrumpe la orientación de estas sociedades a la solidaridad y a la igualitaria valoración de las mujeres y los hombres. Destruye las conexiones interiores y sociales que ella posibilitaba. A partir de un complejo proceso cultural, simbólico y psíquico el patriarcado borra las huellas de los símbolos y valores que ella trasmite. La violencia, expresión del patriarcado, Es en sus raíces negación de lo femenino
Sin embargo, de esos tiempos conservamos retazos y huellas que se expresan en: Las múltiples expresiones de resistencia por parte de las mujeres a las violencias y la guerra Los variados movimientos sociales que trabajan con su mente y su corazón por la justicia, la equidad, la inclusión y el respeto a la naturaleza Las acciones individuales y colectivas que buscan vivir la dimensión espiritual integrando cuerpo, mente y emociones en una interacción creativa y respetuosa consigo misma, las otras, los otros y el entorno natural y social. Hoy somos muchas las mujeres que trabajamos por transformar una sociedad que construye símbolos de poder y dominio en las armas y la negación y desprestigio de lo femenino: la conservación, la nutrición, el cuidado, la inclusión
Es urgente recuperar esos sentidos primordiales olvidados y re-inventar nuevos símbolos, prácticas y formas de pensar que nos permitan a todas y todos sentirnos polvo de estrellas, hijas e hijos de una misma Eva ancestral, en un proyecto común de co-creación del planeta, procurando el desarrollo pleno de nuestra riqueza interior y de nuestras muchas capacidades humanas.
Todo proyecto social y cultural que apunte a modificar o transformar el orden hegemónico vigente, es un proyecto que afecta las hondas y antiguas estructuras de la psiquis colectiva, en un cambio en la conciencia y de la experiencia humana, al que se opondrán vigorosamente quienes se benefician de los réditos del poder-
“La nueva visión es que tanto mujeres como hombres utilizaron facultades exclusivas de los humanos para sustentar y mejorar la vida…bajo la nueva visión de la evolución cultural, el predominio masculino, la violencia masculina y el autoritarismo no son inevitables dones eternos. Y un mundo más pacífico e igualitario es una posibilidad real para el futuro y no sólo un “sueño utópico” (Eisler, R. p.84)
Emergencia Del Tao emergen las historias que conectan a todas las mujeres. Los hilos han estado escondidos durante miles de años. Los caminos han sido desgastados por los Pies de aquellas que los anduvieron antes. Las historias fueron silenciadas. Las vidas olvidadas. Ahora el silencio se rompe; Un coro se eleva. Las mujeres hablan. Emergencia. El Tao de las mujeres