Llegó y no le reconocimos. Perdón, Señor perdón
Llegó y no le reconocimos. Partió para nosotros el pan y no lo comimos. Hizo del agua vino del mejor sabor y no lo saboreamos. Sanó todas nuestras heridas y no le agradecimos. Perdón, Señor no te conocimos. Perdón, Señor perdón
Caminó y no seguimos sus pasos. Nos habló y nos tapamos los oídos. Nos decía que nos amaba y nosotros buscando los primeros puestos. Levantó al paralítico y nosotros estábamos caídos. Nos gritaba ¿No tengan miedo! Y temblábamos en la pequeña barca agitada por las olas. Perdón, Señor perdón
Vimos al mudo hablar, al leproso sanar y nosotros mudos y con las carnes contaminadas. Él nos decía y nos lo repetía, pero … Nosotros tan distantes, Tan lejanos, Tan llenos de codicia, de maldad y de materialismo. Perdón, Señor perdón Padre Marcelo