BIENVENIDOS A LA ESCUELA DOMINICAL ASAMBLEA DE DIOS NOMBRE DE SU IGLESIA PASTORES: SU NOMBRE Y EL DE SU ESPOSA

DIOS HIJO Jesús es Dios Hijo, quien vivió entre nosotros, murió y viene otra vez.

FUNDAMENTO BÍBLICO: Isaías 53:3-6; Mateo 16: 13-17; Juan 14:1-3; Filipenses 2:5-11; Colosenses 1:15-20; Hebreos 4:14-16; 9:27-28. VERSICULO CLAVE: “Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tu eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, Mateo 16:16.

INTRODUCCION ¿Cómo le respondería usted a alguien que le pidiera una descripción sobre quien es Jesús? Sin ninguna duda respondería que es la segunda persona de la Trinidad, que Jesús es Dios. Esta lección nos presenta una perspectiva mayor de quien es Jesús y lo que Él significa para nosotros.

HIJO DE DIOS, HIJO DEL HOMBRE Mateo 16:13-17; Filipenses 2:5-11; Colosenses 1:15-20.

En la pregunta que Jesús hace a los discípulos se identifica como el “Hijo del Hombre”, Mateo 16:13. Aparece más de ochenta veces en los evangelios. Era un título Mesiánico. Tiene referencia a la profecía de Daniel 7:13-14, y Mateo 16:16-17, 26:63-65. En respuesta a la pregunta los discípulos le dicen: Que la gente no lo identificaba como el Mesías, Mateo 16:14. Pero Pedro si supo identificarlo, “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente, Mateo 16:15-17.

En Filipenses 2:5-11 nos describe bien los aspectos humanos y divinos de lo que significa decir que Jesús es el Hijo del Hombre. Morir para los judíos era una maldición, Deuteronomio 21:23. Pero en su muerte, resurrección y ascensión mostró ser el verdaderamente Dios, exaltado y digno de ser adorado. Él es el Hijo del Hombre y también el Hijo de Dios.

En Colosenses 1:15-20 nos describe la supremacía de Jesús. Él es la imagen del Dios invisible: ver a Jesús es ver a Dios, V.15-16; 1 Timoteo 3:16. Él es Creador de todas cosas, V.16. Él ya existía antes que todas las cosas, V.15. Él es “el Alfa y la Omega”, Apocalipsis 22:13. Él es nuestro Agente de la reconciliación, V.19-20.

SIERVO SUFRIENTE Isaías 53:3-6; Hebreos 4:14-16. 2

Isaías profetiza con vividos detalles el sufrimiento que soportaría el Mesías, Isaías 53:3-6. Él sufrió el sacrificio y fue rechazado, V.3. Él Dios Hijo tomó sobre si la carga de nuestros dolores, sufrimientos, enfermedades, V.4. Mateo 8:17. La humanidad desde su punto de vista, consideró a Jesús como herido por Dios, v.4. Los líderes religiosos lo acusaron de blasfemia, y que fue considerado digno de morir, Mateo 26:65-66. Sin embargo, Él soportó el castigo por nuestros pecados, V. 5. Él es nuestro único medio disponible de alcanzar la paz con el Padre.

El Dios Hijo entiende nuestras debilidades, V.15. Hebreos 4:14-16 nos describe a Jesús como nuestro gran sumo sacerdote, el Mediador entre la humanidad y el Padre. No obstante, Él es más que un sumo sacerdote. Él es Dios Hijo. El Dios Hijo entiende nuestras debilidades, V.15. El Dios Hijo nos invita a acercarnos a Él confiadamente para pedir ayuda en los momentos difíciles, V.16.

VOLVERA DE NUEVO Juan 14:1-3; Hebreos 9:27-28.

El capítulo 13 contexto del capítulo 14 de Juan, describe las cosas que estaban angustiando a los discípulos: Un discípulo iba a traicionar a Jesús. Otro discípulo iba a negar Jesús. Y que Jesús poco tiempo iba a estar con ellos.

Ante esto Jesús los anima y los consuela, Juan 14:1-3. Les dice: Que superaran su turbación emocional, V.1. Que, así como creían en Dios, creyeran también en Él, V.1. Que iba a preparar una morada permanente para los suyos, V.2. Que Él regresaría a buscarlos, V.3.

En Hebreos 9:27-28 hay cuatro verdades inquebrantables: Que la muerte es inevitable, V.27. Que hay un juicio venidero, V.17. Que Cristo se ofreció en sacrificio una vez y para siempre, V.28. Que Cristo vendrá a “salvar a los que le esperan”, V.28. Esta espera según 2 Pedro 3:11-12: Es andar en santa y piadosa manera de vivir. Es algo activo, no pasivo.

DISCIPULADO Y MINISTERIO EN ACCION

En la vida de Jesús encontramos una verdad que es central en el cristianismo: Dios hijo vino a la tierra en forma humana. El vino para que podamos ser libres del poder del pecado, y para ayudarnos a vivir como hijos de Dios. Hay que orar y confiar en que Jesús nos ayudara tener victoria sobre el pecado. Es necesario anunciar a parientes, amigos y otros, que en Cristo hay libertad de la esclavitud del pecado.