Espíritu Santo, inspira Cultura de Encuentro
que me una a Ti y a los hermanos por medio del amor; Espíritu Santo, amor eterno del Padre y del Hijo, Dígnate concederme el fruto de caridad que me una a Ti y a los hermanos por medio del amor;
el fruto de gozo espiritual que me llene de una santa alegría aun en las aflicciones;
la tranquilidad de la conciencia; el fruto de paz que produzca en mí la tranquilidad de la conciencia;
que me haga amar la cruz y me ayude a llevarla; el fruto de paciencia que me haga amar la cruz y me ayude a llevarla;
el fruto de benignidad que me incline a socorrer las necesidades de mis prójimos;
el fruto de bondad que me haga benéfico para todos;
el fruto de longanimidad que me sostenga sin impacientarme, en medio de las contrariedades;
el fruto de mansedumbre que me haga soportar tranquilamente todo cuanto haya de molesto en el prójimo;
el fruto de fe que me penetre de respeto y amor por la Palabra de Dios;
el fruto de continencia que conserve mi cuerpo en la santidad; Danos el fruto de la Comunión que nos introduce en la cultura del Encuentro.
En nuestros orígenes carismáticos, fue el encuentro con Dios y con los hermanos/as, propiciado por el Espíritu, lo que inspiró y dio cauce a nuestra Familia Amigoniana. el fruto de fe que me penetre de respeto y amor por la Palabra de Dios;
el fruto de fe que me penetre de respeto y amor por la Palabra de Dios; Encuentro con Dios que les identificó y les unió en la comunicación de un nuevo Carisma, con una nueva espiritualidad y la misión de ser testigos de su misericordia.
el fruto de fe que me penetre de respeto y amor por la Palabra de Dios; El don del Espíritu originó la comunión entre los convocados, la apertura a la comunión con los pobres, con la Iglesia y con el mundo para compartir la originalidad de su Carisma.
Surge la Familia Amigoniana por la disponibilidad y el compromiso de las dos Congregaciones y de los laicos/as amigonianos solidarios, abiertos a la Cultura del Encuentro que han dado continuidad a este relato Amigoniano. el fruto de fe que me penetre de respeto y amor por la Palabra de Dios;
LLAMADOS A SER DÓCILES AL ESPÍRITU PARA PROLONGAR HOY LA CULTURA DEL ENCUENTRO, ABIERTOS A SU MISERICORDIA, Y PROMOVIENDO LA COMUNIÓN DESDE EL CARISMA QUE ES AMBITO COMÚN PARA NUESTRA FAMILIA.
Que, abiertos al Espíritu, promovamos hoy en nosotros la disponibilidad radical y estable para dar continuidad a esta obra de DiOS en la Familia Amigoniana.
Nuestro P. Fundador, Luis Amigó, instrumento del Espíritu para este don carismático, es centro de unidad y garantía de fidelidad para la Familia Amigoniana. Nos acogemos a su intercesión constante y pedimos su beatificación para ser reconocido en la Iglesia como testigo del Encuentro Misericordioso. .