2. La promesa de la Eucaristía La Sagrada Eucaristía 2. La promesa de la Eucaristía
Jesús multiplica los panes Un niño ofreció a Jesús cinco panes y dos peces para dar de cómo a la multitud. Jesús los bendijo y los dio a los Apóstoles para que los repartieran. Comieron miles de personas y recogieron doce cestos de sobras.
Los milagros de Jesús manifiestan su poder Después de los milagros, los discípulos pueden entender que quien tiene poder para multiplicar los panes, curar enfermedades incurables o caminar sobre las aguas, tiene también poder de convertir el pan y el vino en su Cuerpo y su Sangre.
Después de multiplicar los panes, Jesús promete la Eucaristía Jesús explica que Dios alimentó a los judíos en el desierto mandándoles el maná. Ellos se alimentaron cuando atravesaban el desierto, pero después murieron.
Jesús promete la Eucaristía Entre otras cosas nos dice: El pan que yo os daré es mi carne para la vida del mundo. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida (Jn 6, 51-55).
Jesús hablaba de presencia real Las palabras de Jesús no se pueden entender de modo simbólico: los que escuchaban pensaron que aquello no podía ser verdad y se quejaron: Estas palabras son muy duras… ¿cómo puede este darnos a comer su carne?.
Jesús no hablaba de modo simbólico, sino de presencia real Por eso Jesús no dijo cuando los judíos se escandalizan: me habéis entendido mal, sino que repite lo que ya había dicho. Fue tan claro que muchos lo abandonaron.
¿También vosotros queréis iros? Jesús prefería que lo abandonasen antes que cambiar nada de lo que había dicho. Pedro y los otros apóstoles, aunque no lo comprendían, se fiaron completamente de Jesús. FIN