AL ALBA. Empresa de Servicios Socioeducativos Tlf:608309237/667431219 Alba de los Reyes Santos Sánchez

¡qué bonito me ha quedado! Como el muñeco es de madera de pino le llamaré Pinocho. En una vieja carpintería, Gepeto, un señor amable y simpático, terminaba un día más de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construido ese día.

¡Ojala Pinocho fuese de verdad! Aquella noche, Gepeto se quedó durmiendo deseando que su muñeco fuese un niño de verdad. Siempre había deseado tener un hijo. Cuando se encontraba profundamente dormido, llegó un hada buena y viendo a Pinocho tan bonito, premió al buen carpintero, dando, con su varita mágica, vida al muñeco.

Al día siguiente, cuando se despertó, Gepeto no daba crédito a sus ojos. ¡Es un niño de verdad!

Feliz y muy satisfecho, Gepeto mandó a Pinocho a la escuela Feliz y muy satisfecho, Gepeto mandó a Pinocho a la escuela. Quería que fuese como el resto de los niños de carne y hueso. Le acompañó su amigo Pepito Grillo, el consejero que le había dado el hada buena.

Pero, en el camino del colegio, Pinocho se hizo amigo de dos hombres muy malos, ignorando los consejos de Pepito Grillo. En lugar de ir a la escuela, Pinocho decidió seguir a sus nuevos amigos.

Cada vez que mientas te crecerá la nariz Los hombres malos vendieron a Pinocho a un feriante por unas monedas de oro, el cual le encerró en una jaula para que no se pudiese escapar de él. El hada le rescató con la condición de que no mintiese y si lo hacia le crecería la nariz.

De regreso a casa, se encontró de nuevo con esos dos hombres malos y les volvió a hacer caso. Entró en un parque de atracciones que le recomendaron para divertirse sin escuchar a Pepito Grillo. Allí descubrió que los niños de tanto jugar, vaguear y no estudiar, se convertían en burros. Pinocho se dio cuenta cuando vio las orejas y la cola de burro que le había salido.

¡Papá!, ¡Papá! ¡Papá!.. Cuando escapó de ese lugar, Pepito Grillo le informó de que su padre estaba buscándolo perdido en alta mar y saltaron desde un acantilado al mar para rescatarle. Pinocho gritaba desconsolado, papá.

En el mar fue tragado por una ballena donde se encontró con su padre Gepeto. Pudieron salir gracias a una fogata que hicieron dentro de ella, haciéndola estornudar.

¡Agárrate fuerte! ¡Va a estornudar y nos va a lanzar hacia la orilla!

Cuando llegaron a la orilla Gepeto vio que su hijo Pinocho se había desmallado y parecía no tener vida. Gepeto se lo llevó a su cama mientras lloraba desconsolado.

El hada se compadeció de él, ya que sus actos fueron puros y sinceros cuando intentó rescatar a su padre. El hada dijo: “¡Tienes el cuerpo de madera, pero el corazón de un niño!”. “¡Te convertiré en un niño real!”.

¡Papá..Papá…no llores!... ¡soy un niño de verdad!….¡Papá soy real! El padre se despertó orgulloso de tener el hijo que siempre había deseado y lo celebraron cantando y bailando. Pinocho nunca más volvió a desobedecer y siguió estudiando.

FIN