La honestidad es una virtud que nos lleva a comportarnos rectamente, haciendo lo que debemos, con nobleza en la intención.
La persona honesta… No se aprovecha de los demás. Ajusta su comportamiento a lo que es correcto. Vive su realidad sin avergonzarse de ella. No busca pretextos para actuar mal. Es sincero consigo mismo. Es objetivo con sus virtudes y con sus defectos. Paga sus deudas, cumple sus compromisos. Persigue hacer lo justo aunque se perjudique. Se arrepiente y corrige cuando no actúa correctamente.
Honestidad: cumplir promesas Recuerda las promesas que has hecho, si hay alguna pendiente cúmplela. Si cometiste un error acéptalo delante de los demás. No te apropies de nada por medios indebidos Si te prestaron algo hace mucho tiempo devuélvelo ahora mismo, Reconoce lo que sientes.
Quien no es honesto… I II III Actúa con hipocresía para aparentar en todo momento algo que no es. II Miente continuamente para quedar bien y para que no le descubran sus falsedades. III Es incapaz de guardar un secreto o un asunto por el que se prometió guardar silencio.
La honestidad es una virtud que se vive en la sinceridad, en la fidelidad a las promesas hechas en el matrimonio, en el trabajo y con las amistades; en los pactos, en los acuerdos y hasta en los pequeños compromisos.
Una persona honesta habla con la verdad y vive de acuerdo con la verdad, renuncia a las mentiras o las trampas y afirma en cada momento los valores que son más importantes para ella.
NO SÉ Te muestres como no eres. Confundas cuidar tu imagen con deshonestidad. Elegante y simpática, pero con la verdad. SÉ
NO SÉ Prometas lo que no vas a cumplir. No ofrezcas cuando sabes que no es verdad. Honesto con los demás y contigo mismo. SÉ
“Un hombre debe ser lo suficientemente grande para admitir sus errores, lo suficientemente inteligente para aprovecharlos y lo suficientemente fuerte para corregirlos”(John Maxwell). “Este es el primer precepto de la amistad: Pedir a los amigos sólo lo honesto, y sólo lo honesto hacer por ellos” (Cicerón). “Sólo hay una forma de saber si un hombre es honesto: preguntárselo. Si responde sí, ya sabemos que no lo es” (Groucho Marx).