Lectio divina del Salmo dominical

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Transcripción de la presentación:

Lectio divina del Salmo dominical Domingo IV de Pascua Hch 2,14a.36-41: Dios lo ha constituido Señor y Mesías. Sal 22,1-3a.3b-4.5.6: El Señor es mi pastor, nada me falta. 1P 2,20b-25: Habéis vuelto al pastor de vuestras vidas. Jn 10,1-10: Yo soy la puerta de las ovejas.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Preparas una mesa ante mi, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Lectio Ahora leemos el salmo entero, despacio… 1 [Salmo. De David.] El Señor es mi Pastor, nada me falta: 2 en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas 3 y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. 4 Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. 5 Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. 6 Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. Si quieres escuchar el salmo en hebreo, pincha en este vínculo

Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio? Dentro del primer libro, los salmos 3-31 constituyen la 1ª Colección de David. David es el protagonista de estos salmos y todos traen su nombre en el título (aunque esto no quiere decir que los haya escrito él). Toda esta colección está organizada en 4 septenarios que corresponden a 14+14. Para los hebreos el nº 14 es el equivalente numérico de las letras de la palabra “David.” El Salmo 22 se encuentra en el tercer septenario (salmos 18-24), en él el salmista canta a Dios como Pastor. Un Pastor-Rey que le serena y conforta y cuyo amor le acompaña toda la vida. Nuestro salmo se encuentra en la primera parte del salterio, dedicado a las súplicas a Dios, formada por los libros: 1º: salmos 1-40 2º: salmos 41-71 Y 3º: salmos 72-88 Salmo 22: el Señor es mi Pastor

Lectio ¿Qué dice el texto? Un sentimiento de profunda confianza en Dios -expresado en un lenguaje de incomparable belleza poética- es la característica de este Salmo tantas veces orado y comentado. En la primera parte (vv. 1-4), el salmista se vale de la imagen del “pastor” para describir su experiencia de la protección divina. El Señor es el Pastor y él es la oveja que Dios cuida y guía con ternura. En la segunda parte (vv. 5-6), la imagen empleada es la del Anfitrión y Aliado. Los elementos simbólicos parecen entrecruzarse con la referencia a una situación concreta: el salmista, perseguido por sus enemigos (v. 5) se pone al amparo del Señor en el Templo (v. 6), y allí el Señor le brinda su hospitalidad, haciéndolo partícipe de su mesa (v. 5). El nexo de unión de ambas imágenes lo podemos resumir en el v. 4b: “Tú vas conmigo.” (Versículo que nos sacude ya que el salmista que hasta ahora relataba su experiencia en tercera persona, de repente, consciente de la Presencia del Señor a su lado, comienza a dirigirse a Él, como un Tú, en agradecida conversación). El salmista sabe que en el pasado de su Pueblo Dios lo liberó de Egipto, y lo guió por el desierto como a un rebaño hasta conducirlo a la tierra prometida donde Él ejerce como Anfitrión. El Nuevo Testamento retoma la imagen del “pastor” para aplicarla a Cristo, el “Buen Pastor” que da la vida por sus ovejas (Jn. 10).

Meditatio: Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto Meditatio: Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. La elección del salmo 22 para este IV Domingo de Pascua viene motivado por la centralidad de la figura del Buen Pastor del capítulo 10 del Evangelio según san Juan. Perícopa de la que hoy leemos un fragmento. No trata pues de responder directamente a la 1ª lectura, aunque poniendo ésta en relación con la primera carta de san Pedro que se lee en la 2ª lectura, está claro que al convertirse y hacerse bautizar unos tres mil aquel día, gracias a la predicación de Pedro, volvieron todos ellos al Pastor y guardián de nuestras almas, Puerta por la que tenemos acceso al Padre: Cristo Jesús muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Pastor que da su vida por sus ovejas y lleva a plenitud la confianza y experiencia del salmista.

Ante estos ejemplos de la Palabra cabe preguntarse: - ¿Cómo vivo mi confianza en el Señor? - ¿De veras lo experimento como Pastor y Guardián de mi vida? - ¿Qué sin Él todo falta, y con Él todo lo demás sobra? - Si vivo esto, ¿no he de sentir la urgencia de velar por el bien de mi hermano?

Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo? Te damos gracias, Señor, Pastor de nuestras almas. Haz que entremos por Ti, la Puerta que nos introduce en las verdes praderas de tu Reino. Amén. Aleluya.

Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros… “¿Dónde apacientas, Pastor bueno, que llevas sobre tus hombros todo el rebaño? Toda la naturaleza humana es una oveja que has llevado sobre tus hombros. Dime dónde descansas, condúceme a buenos pastos en los que yo me alimente, llámame por mi nombre para que yo, tu oveja, oiga tu voz, y por tu voz me venga la vida eterna… Dime dónde moras para que habiendo hallado tus pastos celestiales me sacie con alimento de salvación.” (San Gregorio de Nisa, Homilías al Cantar de los Cantares, 2)

Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra? Es el momento de la “obediencia de la Fe”… ¡Déjate pastorear por Cristo!