Luisa Piccarreta, testigo de sí misma Le dijeron entonces los fariseos: “Tú das testimonio de Tí mismo: tu testimonio no es válido”. Jesús respondió: “Aunque Yo dé testimonio de Mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque Yo sé de donde vengo y a donde voy…” (Jn 8,13-14) Luisa Piccarreta, testigo de sí misma
Luisa, la Pequeña Hija de la Divina Voluntad “El Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu que somos hijos de Dios” (Rom. 8,16) “...En medio a esa inmensidad, en un punto altísimo me parece ver a la Divinidad, o sea, a las Tres Divinas Personas que me esperan... Y no sé cómo, una niñita sale de mí, pero soy yo misma; tal vez es mi pequeña alma; pero es conmovedor ver como esa niñita se encamina en ese vacío inmenso, ella solita, que camina tímida, de puntillas, con la mirada dirigida siempre hacia donde ve a las Tres Divinas Personas, pues teme que si baja los ojos no sabe a dónde ha de ir a parar en ese vacío inmenso. Toda su fuerza consiste en esa mirada fija en lo alto, porque siendo correspondida con la mirada de la Alteza Suprema, recibe la fuerza para su camino...” (10 de Mayo de 1925)
23 de Abril de 1865, Domingo “in Albis”, futura Fiesta de la Divina Misericordia: Nacimiento y Bautismo de Luisa Piccarreta “... Además debes saber que, para encomendarte la misión de mi Voluntad, si no te quité la mancha original, como hice con mi Madre querida, te quité el estímulo de la concupiscencia y el gérmen de la corrupción, pues era conveniente para el decoro y la santidad de mi Voluntad, que no tomara asiento en una voluntad y en una naturaleza corrompida; habrían sido como nubes delante del Sol de mi Querer, y sus conocimientos, como rayos de luz, no habrían penetrado ni tomado posesión de tu alma” (21 de Mayo de 1925)