LA FAMILIA DE D. BOSCO MAMÁ MARGARITA LA MADRE DE D. BOSCO
En esta casa, en el poblado de Los Becchi, nació Juan Bosco. Aquí mi madre me enseñó a vivir y me enseñó cosas que fueron fundamen-tales es en mi vida.
Cuando tenía dos años perdí a mi padre, Francisco, mi madre, Margarita, quedó viuda y tuvo que cuidar de tres hijos, Antonio, José y yo, y de la abuela.
El mayor empeño de Mamá Margarita fue instruir a sus hijos en la religión, hacerlos obedientes y ocuparlos en trabajos propios de su edad.
-¡Qué flores tan bonitas -¡Qué flores tan bonitas!. Si Dios cuida de ellas, ¿no cuidará de nosotros como de estas flores?
- ¡Mira, cuántas estrellas. Las ha creado Dios para nosotros - ¡Mira, cuántas estrellas! Las ha creado Dios para nosotros. ¡Cómo nos quiere Dios!
Mi madre nos enseñaba a ver a Dios en los pobres.
Cuando íbamos al pueblo nos encontrábamos con situaciones difíciles: - Juanito, pídele a Dios que no seas como ellos.
Volviendo luego a casa, le dije a mi madre: - Mamá, cuánto me gustaría hacerme sacerdote para ayudar a los jóvenes!. Así no llegarían a ser malos....
Mamá Margarita me educaba para que fuera sincero y valiente (como vimos en la historia de la mancha de aceite)
Yo era el más hábil en los juegos y el más atrevido en hacer piruetas; muchas veces volvía a casa con la cabeza rota...
Y mi madre me decía: - ¡Será posible! Todos los días vienes con una herida. Desde hoy te prohíbo que juegues con esos amigos.
Mamá, déjame ir con ellos Mamá, déjame ir con ellos. Cuando estoy con ellos son mejores y no dicen palabrotas. Y mi madre siempre me dejaba....
Con el tiempo comprendí que no bastaba con entretener con juegos a mis amigos y que debería ir más por la parroquia para conocer mejor a Jesús…
El Párroco, D. Calosso habló con mi madre para que me mandara a estudiar.
Mi hermano mayor, Antonio, hijo del primer matrimonio de mi padre, puso muchas pegas a que yo estudiara..Sólo quería que trabajara en el campo.
A D. Caloso le dio mucha pena y me invitó a vivir en su casa. Esta solución duró poco tiempo porque murió de repente y tuve que volver a mi casa. Allí estudiaba y trabajaba. Pero a mi hermano no le gustaba aquello y se puso muy terco.
Mi madre trató de hablar con Antonio, pero no consiguió nada. -Yo haré el trabajo de Juan, dijo ella. Pero no aceptó.
Entonces mi madre me aconsejó que buscara una casa dónde vivir, si quería estudiar algún día. - ¡No nos hemos de asustar! La Providencia de Dios estará con nosotros.
La marcha y la separación fueron muy dolorosas. - Adiós, Juan. Pórtate siempre como un buen muchacho y sé muy devoto de María. ¡Confía en ella!
Un día me vino a ver mi tío y me propuso volver a casa y comenzar de nuevo a ir al colegio. Figuraos qué alegría para mi: volver a casa y abrazar a mi madre.
Juanito, ya es tarde; ¡vete a dormir! Si sigues así te vas a poner malo. Sólo un poquito más. ¡Tengo que terminar los deberes!
Con el tiempo encontré una familia donde me quedaba a dormir durante la semana. Y cuando mi madre venía a pagar la pensión con cosas del campo el señor de la casa no quería cogerlo, porque , decía, que me portaba muy bien y le ayudaba.
Al año siguiente, continué los estudios en Chieri, con intención de entrar en el seminario.
Así dejé mi familia. Para poder pagar la pensión tuve que que trabajar en muchos oficios, a la vez que estudiaba.
- Juan, sigue la vocación a la que Dios te llama - Juan, sigue la vocación a la que Dios te llama. No te preocupes por atenderme, cuando sea mayor. Y ten en cuenta, que si algún día llegas a ser un cura con dinero, yo no apareceré por tu casa.
Por fin, después de mucho estudiar, a los veintiséis años, me hice sacerdote. Gracias a la gran ayuda de mi madre. Mi madre parecía estar en el cielo cuando le dí por primera vez la comunión.
Esa noche, cuando ya se terminó la fiesta y quedamos solos, me dijo: - Piénsatelo bien, Juan: comenzar a decir misa es comenzar a sufrir!.
El Oratorio se convirtió en “casa que acoge, parroquia que evangeliza, colegio que prepara para la vida y lugar para jugar y encontrar buenos amigos que viven con mucha alegría”.
Tenía mucho trabajo y caí enfermo Tenía mucho trabajo y caí enfermo. Así que volví a la casa de mi madre a reponerme. El Párroco me indicó:”Dile a tu madre que se vaya contigo y te ayude” Y, a pesar de su mucha edad, se vino al Oratorio.
Esta es nuestra nueva casa, mamá. Y mi madre comenzó una etapa de diez años en la que hizo de madre de muchos jóvenes, olvidándose de que ya tenía edad para descansar. ¡Qué generosa fue mi madre con el Señor!
“Estaba muy claro que no se limitaba a ser cocinera y a lavar la ropa: los chicos tenían una confianza total en ella y se sentían queridos como hijos” (D. Pascual Chávez). De aquí que la conozcamos como “MAMÁ MARGARITA”
Como muchos chicos no tenían ni casa ni familia donde vivir D Como muchos chicos no tenían ni casa ni familia donde vivir D. Bosco, con la ayuda de mamá Margarita les acogió en el Oratorio.
Una noche D. Bosco llevó a casa a un chico y no tenían sitio para dormir. Así que después de darle de cenar…
Esta noche vas a dormir aquí mismo, dijo mi madre. Pero no hagas como otros, que se llevaron todo… Vamos a rezar juntos.
Así se comenzó a tener jóvenes viviendo en el Oratorio Así se comenzó a tener jóvenes viviendo en el Oratorio. En 1854 ya eran cien los internos. Para Mamá Margarita no contaba el trabajo.
¡Y qué traviesos que eran ¡Y qué traviesos que eran! Un día colmaron su paciencia cuando destrozaron la huertecita con la que ella se distraía.
- ¡Ya no puedo más, Juan! Me vuelvo al pueblo a terminar allí mis días tranquila!
D. Bosco la miró a los ojos D. Bosco la miró a los ojos. Luego miró a un crucifijo que estaba delante de ambos. Mamá Margarita le dijo: - Tienes razón, hijo. ¡El hizo más por nosotros!
‘Desde ese momento, jamás se oyó de sus labios una palabra de queja” nos dijo D. Bosco.
La vida de Mamá Margarita está unida esencialmente al comienzo de la Obra Salesiana y sin ella no habría podido existir.
Los consejos de mi madre me ayudaron y defendieron de los enemigos que también tuve.. Ella me animaba siempre...
Una de las bonitas costumbres de mi madre era preparar castañas la víspera de los difuntos, para repartirlas entre los chicos.
Un año calculamos mal la cantidad y…. Ya sabemos todos lo que ocurrió
Podemos decir que la Congregaçión Salesiana fue criada con la riqueza espiritual de Mamá Margarita’. (Teresio Bosco)
- Dios sabe cuánto os quise, pero he de ir allá arriba - Dios sabe cuánto os quise, pero he de ir allá arriba.Hice todo lo que pude. Dí a los chicos que he trabajado para ellos como una madre. (Memórias Biográficas)
Mamá Margarita vivió pobre y pobre murió: llevada a un sepulcro común, nunca tuvo escrito su nombre en una lápida, pero su nombre está escrito en nuestros corazones.
MAMÁ MARGARITA Cuida hoy de nuestras familias Concédenos muchas madres como tú.