BEBIENDO DE LA FUENTE! Congregación Hijas de la Misericordia de la TOR de San Francisco

La espléndida liturgia de Navidad… …nos invita a postrarnos con María y San José ante este Dios revestido de la humildad de nuestra carne: “Cristo nos ha nacido, venid adorémosle”; “con toda la milicia celestial” nos hace cantar “Gloria a Dios”; y con la sencilla comitiva pastoril nos manda a “alabar y glorificar a Dios”; y por fin, nos asocia a la caravana de los Reyes Magos, para que con ellos nos “arrodillemos delante del Niño y le adoremos” Este último numero de “Bebiendo de la fuente” del 2016, llega hasta ustedes con una preciosa reflexión hecha de puño y letra de nuestra amada Madre, María de Jesús Crucificado Petković, sobre este gran misterio de fe: La Navidad! Les invitamos a leer con atención y abrir el corazón a las inspiraciones del Espíritu!

DEL AMOR AL NIÑO JESÙS Beata María Petković Navidad - Argentina, 26 - XII – 1943

Nos reunimos hoy cerca del pesebre… Es muy confortante para el alma estar cerca del pesebre, del trono del dulce Amor, desde donde nos llama para que vayamos a Él, para que allí aprendamos a despreciar la vanidad y el orgullo del mundo; para que dejemos este necio mundo que no está educado según el espíritu de Dios o ya está corrompido y no sabe lo que hace. El mundo está hambriento de las cosas modernas, lujosas..., y en su ceguedad y vanidad no saben apreciar el espíritu y las enseñanzas de Jesús desde el pesebre hasta la cruz.

Fuera de esta felicidad que ya gozáis en esta vida, más aún gozaréis de aquella que os está prometida en la gloria eterna, si perseveráis hasta la muerte en su divino servicio, en su divino amor hacia Él y hacia el prójimo. Yo deseo que este amor perfeccione vuestra vida cada día más y más, para que estéis siempre unidos en el amor fraterno. Esta es mi felicitación para ustedes en el día de hoy y también mi más grande deseo.

Hoy nos reunimos aquí delante del pesebre para contemplar al divino Niño Jesús, que por amor a su Padre Celestial vino a este mundo, para cumplir su santísima voluntad. En el mismo amor del Padre nos ama a todos porque somos también nosotros de su Padre, como Él mismo lo dijo en la última Cena: "Por ellos te ruego; no por el mundo, sino por los que Tu me diste, porque son tuyos" (Juan, 17, 9).

Mirad, este gran Amor en el pesebre… … que resplandezca en vuestras vidas, en vuestras obras. Pero no sólo durante la Navidad sino durante toda vuestra vida os anime su divino amor y resplandezca en vuestras acciones. Pronunciad a menudo su santo Nombre, con gran respeto y amor, en cada momento glorificándolo y bendiciendo este dulce Nombre de Jesús.

Mientras contemplamos a Jesús… …como tierno Niño en el pesebre, al mismo tiempo contemplémosle en la cruz, crucificado por nuestro amor, que esto nos esté siempre presente en el corazón, y tratemos con toda nuestra fuerza de infundir este mismo amor a Jesús en los corazones de los niños, de los jóvenes, de los enfermos y de todos, para que amen a este Amor: nuestro Salvador, y por Él a nuestro Eterno Padre.  

Jesús vino del cielo a la tierra 1º: Por amor y gloria del Padre y salvación de la humanidad. 2º: Para darnos ejemplo de humildad, de caridad y mostrarnos el camino al Padre. 3º: Para sufrir y dar hasta la última gota de su Sangre Santísima por nosotros, demostrándonos así su amor.

Jesucristo vino en forma de tierno y humilde Niño… … y muchas veces en forma de niño se presenta a las almas porque del niño nadie teme, además Él quiere que lo imitemos y lo sigamos en la humildad y que como niños seamos humildes y sencillos.

Es muy importante: Que quien ama a Jesucristo, amará aquello que Él ama. Así si amamos a Jesucristo, amaremos también la santa pobreza y a los pobres; la obediencia y la voluntad del Padre Eterno; la sencillez y todo aquello que es santo y bueno. Amaremos la cruz y los sufrimientos, sabiendo que sólo por medio de la cruz llegaremos a Él. Por eso la cruz debe ser nuestra mayor fortuna, riqueza, refugio y salvación.

Para amar y seguir a nuestro dulce Jesús Crucificado desde el pesebre hasta la cruz… … tomemos como modelo a nuestro Seráfico Padre San Francisco, que era tan enamorado de Jesús Crucificado que lo contemplaba siempre con un profundo amor que mereció llevar los estigmas de las Llagas de Jesús en su cuerpo. Os pongo, en el alma y en el corazón que os preocupéis por vuestra santificación y salvación de las almas.

Que vuestro primer fin sea… … la gloria de Dios, vuestra propia santificación y la salvación de las almas. Esto debe ser nuestro primer deber porque es la voluntad de Dios. Por eso, que nada obstaculice el camino de la perfección y santificación. Todo aquello que puede servir de obstáculo debéis rechazarlo prontamente de ustedes.

Jesucristo nos da su gracia y los medios para que seamos santos y Él nos ayudará siempre, basta que vea nuestra buena voluntad. Beata María Petković , Navidad - Argentina, 26 - XII – 1943

Nos despedimos de todos ustedes deseándoles que el año 2017 esté cargado de tantas bendiciones para cada uno, a nivel personal y familiar. Sigamos siendo testimonio de amor y de misericordia.   Superiora General M. Cristina Orsillo Hna. Salvadora Mercado, Responsable del área Laicos: salmerro@gmail.com Hasta la próxima presentación!