“En el principio era el Verbo, el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios” Juan 1,1.

Natividad. Se hizo mayo aquél diciembre y se encendieron las flores.

Las abejas, por el aire, rastreaban su perfumado destino y miles de mariposas se afanaban tras el secreto de su gozoso vivir.

Los pastores se incorporaron despacio. La estrella de la mañana aún lucía como un silencio inflamado y el cielo era todo una fiesta de esperanza y de color.

Al primer sol, apagándose los murmullos de la noche, todos llegaron a la cueva con los cestos en las manos.

Allí, al niño recién nacido, le ofrecieron los frutos de sus desvelos y las flores de su ilusión.

Unos hombres que llegaron de Oriente ya se encontraban postrados a sus pies.

De hinojos le adoraban y abriendo sus cofres le ofrecieron oro, incienso y mirra; y con sus presentes le brindaron los pesares de todos los hombres. En tropel le dieron todas las soberbias y las desventuras, todos los quebrantos y las vanidades, todas las angustias y las ansias todas, todos los afanes y las frustraciones, todas las tristezas y las amarguras y todos los fracasos de la vida toda.

Al marcharse ya era mediodía y los pastores sintieron que aquél niño les llevaría a un nuevo país.

Un país donde las hadas volarían sonrientes a su encuentro, los tesoros de otras primaveras nunca se marchitarían, la luz en gotas de oro saciarían sus anhelos, las estrellas le ofrecerían sus guiños de lejanías, las perlas de rocío colmarían sus ensueños y las etéreas mariposas de aquél gozoso amanecer disiparían para siempre las tormentas del pasado.

Y en aquella aurora de plata, extasiada la sonrisa de la primavera ante la contemplación de festivas mariposas tremolando sus banderas, el niño, en la quietud de la cueva desplegó los labios, extendió las manos y con la mirada ofreció al mundo su ilimitada Luz.

Jesús de Nazaret nació aquél día, siendo a la sazón Herodes el Grande rey de Judea y Quirino gobernador de Siria. * * *

“Dorada” En aquél lejano día, como hoy aquí y en la distante Belén de Judá, vuela el piérido conocido con el nombre de “Colias crocea” - Dorada-. Es una mariposa inconfundible por su color anaranjado vivo y el amplio borde negro de sus cuatro alas. La hembra luce una serie irregular de manchas amarillas dentro de la banda marginal, de las que carece el macho.

Vuela en tres generaciones sucesivas desde finales de febrero hasta primeros de octubre. Su oruga se nutre de gran variedad de plantas entre las cuales posiblemente esté el cuernecillo, la retama negra, la alfalfa, el trébol común y el trébol blanco. Coloniza África del Norte, Canarias, Madeira, Azores, Península Ibérica, la mitad sur de Europa y Asia Occidental hasta Irán. * * *

Desde entonces, las mariposas se estremecen volando al sol, las hojas tiemblan en mi jardín y los frutos clamorean la llegada del Señor.

“Pregunta ahora a los insectos y ellos te enseñarán”. Job 12,7. “Dorada” Texto y composición: pedro martínez borrego – médico y entomólogo. Imagen: Internet. Tema musical: Oh happy day – Aretha Franklin.