Objetivo: Descubrir la importancia que tienen las emociones en nuestras vidas. Aprender a decidir tomando en cuenta tanto nuestra inteligencia racional como emocional.

“Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta… eso no es fácil” (Aristóteles, en Ética de Nicodemo, siglo VI ac)

Controlar las emociones es una de las pruebas más difíciles de la madurez humana y quien lo logra demuestra que tiene una inteligencia distinta a la que indica el coeficiente intelectual (I.Q.). Esto se denomina también inteligencia emocional. Puede o no tener relación con el desempeño académico, pero definitivamente tiene relación con nuestra manera de ver al mundo y de relacionarnos con las personas.

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Las personas más brillantes pueden hundirse en los peligros de las pasiones descontroladas por no saber manejar sus sentimientos. Algunas de las cosas incluidas en la inteligencia emocional son: Se capaz de motivarse y resistir frente a las decepciones Controlar el impulso Demorar la gratificación Regular el humor Mostrar empatía Abrigar esperanzas El coeficiente intelectual puede medir la inteligencia académica y es importante para el aprendizaje escolar pero no para la comprensión y el control de las emociones.

La inteligencia académica, por si sola, no resulta un éxito. La inteligencia emocional, por si sola, tampoco lo hace. Solo la combinación de ambas inteligencias nos capacita para convertirnos en triunfadores.

La razón es la forma de analizar los sucesos, es la que nos permite tener conciencia, analizar, reflexionar y meditar. Por otro lado, las emociones son un tipo de conocimiento impulsivo y poderoso, muchas veces ilógico pero que nos permite actuar en situaciones inesperadas. La frase de Sócrates, “Conócete a ti mismo”, es la piedra angular de la inteligencia emocional: conocer los propios sentimientos en el momento en que se experimentan. Parece fácil, pero no lo es. El controlar nuestros sentimientos es una habilidad que se logra ejercitándola. Se llama autocontrol emocional. Conocernos a nosotros mismos significa tomar conciencia de nuestro humor y de nuestras ideas sobre este humor. El reconocer los sentimientos no deseables nos capacita para superarlos. Este reconocimiento nos hace más libres pues actuamos conforme a conciencia y no a instinto.

La mente emocional es esencial para la vida personal. Si la mente racional apoya al conocimiento y al control de la emociones, también las emociones deben interactuar con la razón. Las decisiones que tienen que ver con nuestro destino deben de ser tomadas, en gran medida, por nuestro corazón: qué carrera elegir, que tipo de trabajo, con quién casarnos, donde vivir y así sucesivamente. Esto significa que para la toma de decisiones, debemos considerar los sentimientos y la inteligencia emocional que hemos acumulado a lo largo de nuestras vidas.

Actitivdades: 1.Cuaderno de actividades. 2.Dinámica: a.El grupo entero hace una lista del 1 al 15 enumerando diferentes emociones. b.Del 1 es una emoción baja, como tristeza o depresión y el 15 un estado de animo alegre y feliz. c.Luego el líder le va a decir un número y una situación a cada persona. Cada persona tiene que actuar con una pareja su situación dentro del estado de animo que le toco. d.Al final se discute el efecto que tu estado de animo tiene sobre tu actividad.

Conclusión: En cierta forma, tenemos dos cerebros, dos mentes y dos clases diferentes de inteligencias: la racional y la emocional. Nuestro desempeño en la vida está determinado por las dos; lo que importa no es sólo el coeficiente intelectual sino también la inteligencia emocional. En efecto, el intelecto no puede funcionar de manera óptima sin la ayuda de las emociones. La razón y el corazón son dos socios que interactúan para hacernos unos verdaderos triunfadores en el arte de la vida.