“EL DIALOGO EN NUESTRA SOCIEDAD” Integrantes: ―Emily Ortiz ―Ma. Isabel Merchán ―Tania Torres ―David Lupercio ―Julio Barros ―Robin Coronel
¿Qué es el dialogo en la sociedad cristiana? El diálogo en la sociedad cristiana hace referencia a la interacción positiva, cooperativa y constructiva que ejecutan diferentes personas en aspectos tradicionales, religiosos o espirituales, de manera individual o cooperativa.
La sociedad occidental se encuentra en una realidad multilingüe, multicultural y multirreligiosa, se puede vivir de dos modos: CONFRONTACION: Si se vive como en una confrontación solo se tiene en cuenta las diferencias y las dificultades y no se asume una actitud cristiana. OPORTUNIDAD: Vivir con multiculturalidad como una oportunidad permite conocer otras maneras de contemplar la realidad.
El dialogo es una actitud fundamental para vivir la diversidad, debe tener algunos rasgos característicos: La identidad del otro, al que se considera como uno igual, y exige confianza, respeto y discreción. Requiere una actitud de escucha de lo que el otro quiere comunicar. El silencio para ordenar y meditar lo que se ha escuchado y esfuerzo sincero por descubrir la verdad del otro.
El dialogo entre personas de diferentes religiones No significa poner en duda las propias convicciones de fe, no intentar llegar a un consenso universal en el terreno de lo religioso, ni caer en un relativismo según el cual no existe la verdad absoluta.
Los cristianos reconocen que Jesús es la verdad revelada por Dios en la historia de la humanidad, pero la verdad nunca se impone, sino que se propone; el diálogo interreligioso es una nueva oportunidad para anunciar el Evangelio.
Oración Por La Paz¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz! Que allí donde haya odio, ponga yo amor; donde haya ofensa, ponga yo perdón; donde haya discordia, ponga yo unión; donde haya error, ponga yo verdad; donde haya duda, ponga yo fe; donde haya desesperación, ponga yo esperanza; donde haya tinieblas, ponga yo luz; donde haya tristeza, ponga yo alegría. ¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto ser consolado como consolar; ser comprendido, como comprender; ser amado, como amar. Porque dando es como se recibe; olvidando, como se encuentra; perdonando, como se es perdonado; muriendo, como se resucita a la vida eterna. Amén San Francisco de Asís