¿QUIÉN VIOLA REALMENTE LOS DERECHOS HUMANOS? RINCON WILMER C.I GRUPO METROPOLITANO

LOS DERECHOS HUMANOS Los derechos humanos están basados en la necesidad de respetar la dignidad de todos los seres humanos, independientemente de sus características particulares.

Los Estados asumen las obligaciones y los deberes, en virtud del derecho internacional, de respetar, proteger y cumplir los derechos humanos. La obligación de respetarlos significa que los Estados deben abstenerse de interferir en el disfrute de los derechos humanos, o de limitarlos. En el plano individual, así como debemos hacer respetar nuestros derechos humanos, también debemos respetar los derechos humanos de los demás.

El estado es el vínculo formal con la comunidad internacional, es el que monopoliza el uso de la fuerza, sea policial o militar; también es el único que puede emitir instrumentos jurídicos a ser acatados por la población y el que administra justicia. Por tanto es el que ejerce soberanía teóricamente en nombre del pueblo, por ende tiene el poder en sus manos.

CUANDO OCURRE LA VIOLACION DE LOS DERECHOS HUMANOS

Los derechos humanos se violan cuando el Estado, a través de sus autoridades o particulares que operan bajo la autorización, tolerancia o aquiescencia estatal, realizan acciones u omisiones que privan a las personas del disfrute de los mismos.

“Por violación de los Derechos Humanos debe entenderse toda conducta negativa mediante la cual un agente directo o indirecto del Estado vulnera, en cualquier persona y en cualquier tiempo.

EJEMPLO: “Si la familia de una persona asesinada, o la familia de un policía asesinado por la delincuencia, acude al Estado, a los órganos de justicia, entiéndase el Ministerio Público o los órganos de seguridad como la Policía y estos no actúan para investigar el hecho, ahí se está produciendo una violación de DDHH contra ellos porque se le está negando el derecho humano al acceso a la justicia”.

“ El derecho es la ley de Dios y la ley es el derecho de los hombres. Dios, desde la Creación, no ha alterado aún ni un solo ápice ninguno de sus derechos, mientras que los hombres no han dejado de alterar ni una sola de sus leyes desde el principio.” Ramón de Campoamor. Extractado del diario La Prensa, año I, número 1, Buenos Aires 18 de octubre de 1869