AMÓN Gómez de la Serna ( ), madrileño universal, adelantado en España del surrealismo y las vanguardias, pasará a la historia, más allá de su rica y abundante producción literaria (más de cien libros de todos los estilos), por la creación o recreación del género GREGUERÍA: frases cortas, sentido del humor y, sobre todo, vuelo libre a la loca de la casa. T odos hablan de Ramón como poeta, pero nadie presenta sus versos. Y es que parece que sólo escribió en verso dos insignificantes poemas. Pero las greguerías son otra cosa: sensibilidad, inteligencia, provocación, fantasía, ternura... Me recuerdan al Neruda de las Odas elementales que, aunque expresadas en escritura vertical, podrían considerarse poemas en prosa. M e he permitido, en esta Presentación PPS, de entre los miles y miles de ejemplos posibles, ilustrar dieciséis greguerías del extraño lírico que sólo escribía poemas de un solo verso. Os invito a encender los altavoces y acoger en un solo abrazo el texto, la imagen y el sonido (el elegante jazz de Jacques Loussier interpretando a Bach).
E l que baila como un caballero es el que lleva a la mujer por la cintura como si fuese un ramo de flores.
L os místicos dormían sobre almohada de piedra y de nube.
E ra tan niño que escribía aún en arco iris.
L a casa más abrazada por las enredaderas parece una casa privilegiada que ha provocado el más férvido amor de la tierra.
L loran los gatos en la noche porque hubieran querido nacer niños en vez de gatos.
E n el agua bebemos recuerdo de paisajes.
L os lagos son los charcos que quedaron del diluvio.
C uando se ven salir grandes transatlánticos del puerto, parece que las casas aburridas se escapan de la ciudad.
L a sensación al andar sobre la nieve es que se hunden los pies en pozos que dan al más allá.
E ra tan coqueta aquella Venus de mármol que siempre tenía una mariposa en la cabeza.
M e gusta ver las grandes orquestas de violines porque la oblicuidad movida de los muchos arcos simula una especie de lluvia musical.
E l corazón de la alcachofa está envuelto en sus cartas de amor.
L os cactos son las perchas para los sombreros del viento.
L os flamencos sumen a la laguna en un atardecer perenne.
L as estatuas de mármol se ruborizan en los ocasos.
E l lunar es el punto final del poema de la belleza. Nido de Poesía WEB Nido de Poesía BLOG