El Misterio de la Encarnación es la “cifra y divino ejemplar de la espiritualidad propia del Instituto”
porque en él “el Verbo de Dios tomó carne en las entrañas de María la Virgen para educar en su salvación a la pobre humanidad”.
Miguel Fenollera ofrece unas “lecciones” para que todos los Avemarianos las reflexionemos y vivamos personalmente en nuestra misión.
Sabiduría de Dios Compasión de Dios Paciencia de Dios Humildad de María La obediencia de Nuestra Madre y Maestra La abnegación del Señor Jesús La obediencia de Jesús y su Madre La ejemplar entereza
“disponiendo elevar la creación al unir la segunda Persona de la Trinidad con la humanidad”
“prometiendo un Redentor al pecado de nuestros primeros padres”
“sufriendo el pecado del hombre”
“creyéndose indigna de la maternidad divina”
“que expresa en su Hágase en mí según tu palabra cuyo eco no debe dejar de sentir la buena avemariana”
que, “a pesar de su categoría de Dios, tomó la condición de Siervo, haciéndose igual a nosotros en todo, menos en el pecado”
“sometiéndose a la Purificación, Circuncisión, Presentación al Templo, asistencia a las Fiestas legales del pueblo de Israel, pago de tributos...
que podían haber omitido con razón y justicia”
“con que Nuestra Madre y Maestra consuma la obra de la Encarnación asistiendo a la Pasión y Muerte de su Hijo,
viéndolo subir a los cielos,
y quedando Ella aquí para ser la primera maestra apóstol”
“Dios sea bendito y nos bendiga”