Domingo 19º Tiempo Ordinario – Ciclo A La barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas. De madrugada se les acercó Jesús andando sobre el mar, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.

andando sobre las aguas». Jesús dijo enseguida: «¡Tened confianza!, soy yo; no temáis». «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre las aguas». Pedro le respondió:

« Señor, sálvame» (Mt 14, 24-33) Jesús le dijo: «Ven». Pedro bajó de la barca y se puso a caminar sobre las aguas yendo hacia Jesús. Le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: « Señor, sálvame» (Mt 14, 24-33)

También recordamos cómo a enemigos formidables. Siempre tendrás mi mano, mi amistad tus sueños van camino de la luz Cruza el puente sobre aguas turbulentas y te aliviarás... Y si te falta amor si el dolor te ahoga el alma y apenas puedes respirar También recordamos cómo el miedo hizo creer a Don Quijote y a Sancho que el ruido que hacían los batanes en la noche se debía a enemigos formidables. Recordamos todavía la canción de «El puente sobre aguas turbulentas».

pero los cristianos parecen especialmente impresionados Ante las leyes que contradicen frontalmente su sentido de la vida y ante el terrorismo, muchos sienten la sensación de ir navegando «sobre aguas turbulentas» Esa sensación afecta a todos, pero los cristianos parecen especialmente impresionados en estos momentos.

Cuando se pierde la fe en aquello que se cree, El miedo a hacer pública la propia identidad es uno de los signos más claros de la inseguridad personal. La inseguridad genera miedo y el miedo nos paraliza. Cuando se pierde la fe en aquello que se cree, queda uno a merced de cualquiera.

FE Y CONFIANZA En el evangelio de hoy la barca de los discípulos de Jesús está ya lejos de tierra y sacudida por las olas.

Caminar sobre el mar es una imagen del dominio sobre el mal. Los discípulos descubren a Jesús, que camina sobre el agua. Caminar sobre el mar es una imagen del dominio sobre el mal. Sin embargo, a los fatigados de remar, les parece un fantasma.

« ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!». A los que creen vivir en la ausencia de su Señor les resulta difícil navegar. Entonces como ahora necesitan que él les devuelva la esperanza: « ¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!».

Entre el temor y la esperanza, el creyente añora la cercanía «Señor, si eres tú, mándame ir a ti andando sobre el agua» Entre el temor y la esperanza, el creyente añora la cercanía de su Señor. La fe genera confianza y ésta se manifiesta en la osadía que vence al miedo.

lo que nos mantiene a flote, sino la fuerza del Señor. « Señor, sálvame » El creyente se hunde cuando se apoya sólo en sus fuerzas o en sus razones. No es el propio poder ni el propio saber lo que nos mantiene a flote, sino la fuerza del Señor.

«Realmente eres Hijo de Dios» A esa confesión se nos invita ya desde el bautismo. Es el anuncio que se espera de nuestros labios. Y de nuestra vida entera que ha de ser coherente con esa proclamación.

Tú conoces las tentaciones de miedo que nos asaltan cada día. Señor Jesús, Tú conoces las tentaciones de miedo que nos asaltan cada día. Tú sabes también que confiamos en ti. Te reconocemos como Salvador y así te anunciamos con humildad y decisión. Amén.

PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Texto: José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Presentación: Antonia Castro Panero Música: Relax.Sonidos de cascada