Dequeísmo y Queísmo Profesora M. soto ESPA 3208
Dequeísmo Correcto: Me consta que el teatro estaba lleno. Resulta que el ministro no acudió a la cita. Es fácil que volvamos a encontrarnos. En estos casos estamos ante oraciones sustantivas que hacen la función de sujeto. Por norma, ningún sujeto lleva preposición, por lo que no se le puede añadir la preposición de. Incorrecto: Me consta de que el teatro estaba lleno. Resulta de que el ministro no acudió a la cita. Es fácil de que volvamos a encontrarnos.
Dequeísmo Lo mismo puede decirse en el caso de oraciones sustantivas con función de complemento directo de cosa, que aparece siempre sin preposición. Incorrecto: Me aconsejaron de que no volviera por allí. Todos pensamos de que el profesor tenía razón. Correcto: Me aconsejaron que no volviera por allí. Todos pensamos que el profesor tenía razón.
Dequeísmo Por último, el dequeísmo podemos también encontrarlo en oraciones sustantivas que hacen la función de complemento de régimen en donde la preposición de viene a sustituir a la que rige el propio verbo. Incorrecto: Confío de que el coche esté en su sitio. Me fijé de que era tan alto como su padre. Insistió de que nos quedáramos a cenar. Correcto: Confío en que el coche esté en su sitio. Me fijé en que era tan alto como su padre. Insistió en que nos quedáramos a cenar.
Queísmo Pero no siempre la aparición de la preposición de y la conjunción que tiene que ser considerado como un error. Algunos verbos poseen como régimen la preposición de, por lo que su ausencia o la de cualquier otra preposición también ha de considerarse un error, denominado queísmo: Incorrecto: Me alegro que hayas podido llegar a tiempo. Me acuerdo que siempre jugábamos con otros niños. Insistió que teníamos que volver. Confío que me puedas ayudar en el traslado. Correcto: Me alegro de que hayas podido llegar a tiempo Me acuerdo de que siempre jugábamos con otros niños. Insistió en que teníamos que volver. Confío en que me puedas ayudar en el traslado.