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Queda clara la verdad de que Cristo está realmente presente en la Eucaristía. Pero ¿en qué consiste el hecho de que esté presente?¿Cómo es que el pan.

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Presentación del tema: "Queda clara la verdad de que Cristo está realmente presente en la Eucaristía. Pero ¿en qué consiste el hecho de que esté presente?¿Cómo es que el pan."— Transcripción de la presentación:

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3 Queda clara la verdad de que Cristo está realmente presente en la Eucaristía. Pero ¿en qué consiste el hecho de que esté presente?¿Cómo es que el pan se convierte en el cuerpo de Jesús y el vino en su sangre? Es decir: ¿Cómo se hace presente Cristo? Y la pregunta es: ¿Ha desaparecido el pan? O si no ha desaparecido: ¿El cuerpo de Cristo está metido dentro del pan?

4 por medio de la conversión de toda la sustancia (o substancia, para indicarlo según el original) del pan y del vino en la substancia del cuerpo y de la sangre de Cristo, subsistiendo los accidentes de pan y de vino”. Es lo que llamamos: la transubstanciación. El Concilio de Trento respondía: “En el sacramento eucarístico se hacen presentes el Cuerpo y la Sangre de Cristo

5 Quiere decir que el cuerpo de Cristo no entra en el pan o desaparece el pan para que comience a estar Cristo, sino que hay un cambio de substancia. Esto es algo que no sucede en otros casos, sino sólo aquí por un milagro o misterio de Dios. Es un misterio porque no se ve, sino sólo a través de nuestra fe.

6 La sustancia es lo que es en sí; y los accidentes es lo que se ve o lo que aparece: color, sabor, peso, tamaño. La sustancia es lo que está dentro, como el alma de las cosas. Normalmente van juntas, menos en la Eucaristía. Explicando un poco podemos decir: En todas las cosas materiales que vemos, hay dos partes: la substancia (o sustancia) y los accidentes.

7 Normalmente si algo se parece a pan, tiene color de pan, sabe a pan, huele a pan, tiene tamaño de pan, decimos: es pan. Menos en la Eucaristía donde Dios hace ese milagro, que más bien es un misterio. Por fuera parece igual, como antes cuando era pan; pero se ha cambiado la sustancia, lo que es. Lo que era pan se ha cambiado en el cuerpo de Jesucristo. A este cambio llamamos: la transubstanciación.

8 En la naturaleza hay cosas que cambian, metamorfosis, pero queda algo de la sustancia. Al entrar los alimentos en nuestro cuerpo, se van cambiando, transformando, pero no hay una transubstanciación. Va cambiando un poco más o un poco menos a nuestro organismo, según diversas circunstancias. Es un cambio total de una sustancia en otra, quedando los mismos accidentes. Esto es algo único.

9 Otra comparación se puede poner con lo que hace el bautismo. Por la recepción de la vida de Cristo y la expulsión del pecado, nuestro ser se parece más a Dios. Como diría san Pablo: Lo antiguo ha desaparecido para comenzar un nuevo ser. Pero nunca es total, porque hasta el más santo debe estar cambiando continuamente.

10 Esto es por virtud de las palabras de Cristo dichas por quien tiene esa representación. Allí ya no hay pan sino que está el cuerpo de Cristo. Es de fe. La dificultad está cuando comienza uno a poner razones humanas. En la Eucaristía no se dice que va cambiando, sino que de pronto aquello es el cuerpo de Cristo.

11 Lutero, que era muy inteligente, aunque aceptaba la presencia real, se armó un verdadero lío con esto de la transubstanciación, que rechazaba. Decía que el Cuerpo de Cristo estaba unido al pan. Ponía el ejemplo de la esponja empapada en agua. Si fuese así, Jesús no habría dicho: “Esto es mi cuerpo”, sino “aquí está mi cuerpo”.

12 Algunos, de forma parecida a lo anterior, creen que el cuerpo de Cristo está como comprimido. Y ponen el ejemplo de la retina del ojo que puede tener dentro un monumento muy grande. Pero en realidad el monumento no está dentro del ojo. Jesús es cuerpo glorioso y sus medidas sobrepasan las medidas a las que estamos acostumbrados.

13 Una comparación que sí podemos hacer es lo que pasa con el alma. Está presente en todo nuestro cuerpo; pero si tenemos la desgracia de perder una parte del cuerpo, como puede ser un brazo, el alma no disminuye, sino que sigue entera ocupando diferente extensión. Son comparaciones nada más. La Eucaristía es otra cosa: Es Cristo, pero no está metido en otra cosa.

14 Lo que sí sabemos es que Cristo es aquello que tenemos en nuestras manos después de la consagración o entra en nuestro cuerpo por la comunión.

15 Jesús, sé que estás ahí en el sagrario, Automático

16 esperando que alguien te venga a acompañar

17 Sin hablar, como en la cruz, tus ojos buscan donde descansar.

18 ¡Jesús mírame! Estoy junto a ti.

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20 Ofreciéndote a los hombres por amor,

21 Es Dios hecho pan y vino,

22 ¡Jesús, sí quiero! Humilde voy a Ti.

23 Aunque sólo soy un niño, yo lo quiero de verdad

24 a Jesús en el altar.

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26 Hacer CLICK a buscar- lo en el altar.

27 Sobre el hecho de cómo se realice, es más para técnicos, pues hay varias ideas: que si el pan se aniquila cuando viene Cristo; Pero debe haber una simultaneidad entre la venida de Cristo y la desaparición del pan. Y Cristo, al estar allí, no va aumentando o disminuyendo.

28 Alguno decía que era como una nueva creación. Pero no es creación sino cambio de sustancia: se va el pan y viene Cristo. Cuando Jesús dice: “Esto es mi cuerpo”, ya es su cuerpo y no es pan.

29 Primero el grano de trigo cae en el surco y se muere para que pueda brotar la espiga. Los nuevos granos molidos se hacen harina de la cual se podrá hacer el pan. También Jesús, para darnos vida, murió, se entregó, pero resucitó y se hace vida en la Eucaristía. Uno puede recrearse viendo cómo se prepara el pan y el vino dentro de la naturaleza donde se va dando cierta transformación.

30 Lo mismo pasa con el fruto de la vid: Va creciendo y se hacen uvas, que exprimidas, pisadas y fermentadas se convierten en vino. Así también brota la gracia y la paz de Cristo en nosotros, cuanto más nos unamos con Cristo en la Eucaristía.

31 Automático Si el grano no muere y cae en el surco,

32 no brota la espiga, no nace el fruto.

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35 Ofrezco mi vida, mi sangre y mi cuerpo.

36 Si el grano no muere y cae en el surco,

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39 no nace el fruto. Hacer CLICK

40 Jesús al morir parecía un bandido, sin embargo era el Salvador que derramaba su sangre por nosotros. Otro misterio de Dios. A veces llamamos misterios a lo que es difícil entender, aunque podemos llegar a saber. Así llamamos los misterios de la naturaleza, a los que poco a poco vamos descubriendo.

41 Pero los misterios de Dios nunca los podremos comprender en esta vida: cómo Dios es uno y tres personas, cómo Jesús es Dios y hombre a la vez y cómo en la Eucaristía está Jesús realmente presente. Lo aceptamos porque Dios lo ha dicho, nos gozamos en ello y esperamos que seamos felices penetrando en ello durante la eternidad.

42 La Eucaristía, al ser misterio, no es algo espectacular. Cuando dentro (o alrededor) de la Eucaristía hay milagros, como los hay, sí es algo espectacular, que nos debe ayudar a crecer en lo principal, que es la fe y el amor.

43 No podemos decir que sea imposible el hecho de que el cuerpo glorioso de Cristo, que no está sometido a las leyes de tiempo y espacio, pueda permanecer bajo las especies de pan y vino, sabiendo de la omnipotencia de Dios y de su inmenso amor. Aunque no podamos llegar a demostrar el misterio, por lo menos debemos llegar a comprender que no es un absurdo.

44 Podemos llegar a comprender que no podemos llegar a todo, que tenemos una razón limitada, que las cosas de Dios son muy superiores a nuestra razón y no las podemos meter en nuestra inteligencia. Aun en lo humano vemos las diferencias entre inteligencias. Nuestra razón natural, que es un don de Dios, no puede contradecir- se con algo que Dios nos dice directamente

45 Para comprender la Eucaristía valen algunas comparaciones. Por ejemplo, sabemos que Jesús está presente en todas las hostias consagradas del mundo. Una comparación pueden ser unas palabras pronunciadas que pueden estar a la vez en muchos oídos, y más si están en la radio o TV. Y esas palabras pronunciadas y esparcidas no nos disminuyen.

46 Lo mismo pasa con una persona que puede ser vista en muchos espejos a la vez o en muchas pantallas de TV sin ser disminuido en nada. Así Jesús no se disminuye, aunque está en muchos sagrarios a la vez.

47 Así que para que esté Cristo en la Eucaristía no vemos el absurdo. Pero además hay razones de conveniencia, ya que resplandecen principalmente tres virtudes de Dios: la omnipotencia, la sabiduría y sobre todo el amor. Por este amor de Jesús, es natural que, si puede, procure quedarse entre nosotros y no nos deje sólo un retrato o algo externo.

48 Así que conociendo el poder y el amor de Jesucristo, hombre- Dios, está bien y muy bien que se haya querido quedar entre nosotros de manera real en la Eucaristía. Pero además lo sabemos y lo creemos por nuestra fe. Por eso terminamos hoy adorándole de rodillas en el alma y, si podemos, con todo nuestro ser.

49 De rodillas, Señor, ante el sagrario Automático

50 de amor y de unidad.

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52 en frutos de verdad

53 Cristo en todas las almas,

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55 Cristo en todas las almas,

56 y en el mundo la paz.

57 Con la Madre adorando a Jesús en la Eucaristía AMÉN


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