Dijo Jesús: Dijo Jesús: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá.

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2 Dijo Jesús: Dijo Jesús: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. (Jn 6, 48-51) es mi carne para la vida del mundo. (Jn 6, 48-51) Dijo Jesús: Dijo Jesús: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. (Jn 6, 48-51) es mi carne para la vida del mundo. (Jn 6, 48-51)

3 “Levántate, come que el camino es superior a tus fuerzas”. El ángel dirige estas palabras a Elías. Y el profeta encontró un pan y una jarra de agua.

4 Si uno se empeña en anunciar la verdad y denunciar las patrañas, será perseguido de una forma u otra. Si uno se empeña en anunciar la verdad y denunciar las patrañas, será perseguido de una forma u otra.

5 A nosotros nos gustaría oír esas palabras de aliento cuando las dificultades parecen insuperables..

6 El relato nos sugiere la necesidad de contar con el apoyo divino para llevar a cabo, la necesidad de contar con el apoyo divino para llevar a cabo, con generosidad y eficacia, la misión confiada.

7 Jesús se aplicó la imagen del pan partido y repartido. “Yo soy el pan bajado del cielo”.

8 Él mismo Él mismo es el alimento es el alimento que calma el hambre y repone las fuerzas. Es el enviado por el mismo Dios Es el enviado por el mismo Dios

9 La promesa de Isaías: “Serán todos enseñados por Dios”, anunciaba el futuro de Jerusalén. La promesa de Isaías: “Serán todos enseñados por Dios”, anunciaba el futuro de Jerusalén. Una generación que lucharía por la paz, según el proyecto de Dios. No habría paz sin prestar atención y obediencia a la enseñanza divina. No habría paz sin prestar atención y obediencia a la enseñanza divina. Una generación que lucharía por la paz, según el proyecto de Dios. No habría paz sin prestar atención y obediencia a la enseñanza divina. No habría paz sin prestar atención y obediencia a la enseñanza divina.

10 Es la palabra del Padre la que conduce la que conduce a los hombres hasta Jesús. La que los lleva La que los lleva a aceptarlo como pan a aceptarlo como pan para el camino de la vida. para el camino de la vida.

11 Señor Jesús, gracias a la revelación del Padre celestial, te reconocemos como el pan bajado del cielo para alimentar nuestra existencia y fortalecernos en el desierto de la vida. Amén.

12 Texto: José Román Flecha Andrés PALABRA DEL SEÑOR –Salamanca Presentación: Antonia Castro Panero Música: Monasterios de España-