DOMINGO 16º DEL TIEMPO ORDINARIO En la 1ª Lectura, Jeremías denuncia la infidelidad de los gobernantes. Esos malos pastores provocaron el exilio de todo.

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2 DOMINGO 16º DEL TIEMPO ORDINARIO

3 En la 1ª Lectura, Jeremías denuncia la infidelidad de los gobernantes. Esos malos pastores provocaron el exilio de todo el pueblo. Este domingo nos habla: - de la contemplación y la acción. - de la compasión de Jesús por sus ovejas.

4 Ahora nos explica Marcos la vuelta de los doce. El evangelio es la continuación del hilo que dejamos el domingo pasado centrado en la llamada de los apóstoles y en un primer envío a evangelizar.

5 Cristo, artífice de la paz y de la unidad. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. La obra de Cristo, el Buen pastor, es el acercamiento y la comunión. 2ª lectura:

6 En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.

7 Él les dijo: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco." Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado.

8 entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron;

9 Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

10 Salmo 22 El Señor es mi pastor, nada me falta.

11 El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas. El Señor es mi pastor, nada me falta.

12 Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. El Señor es mi pastor, nada me falta.

13 Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. El Señor es mi pastor, nada me falta.

14 Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. El Señor es mi pastor, nada me falta.

15 Mis ovejas escuchan mi voz - dice el Señor - y yo las conozco y ellas me siguen.