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El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

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Presentación del tema: "El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo"— Transcripción de la presentación:

1 El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
Lectio divina del Salmo dominical El Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo Año B: Cristo, Mediador de una Alianza Nueva. Ex 24,3-8: Ésta es la sangre de la alianza que hace el Señor con vosotros. Sal 115, bc.17-18: Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor. Hb 9,11-15: La sangre de Cristo podrá purificar nuestra conciencia. Mc 14, : Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre.

2 Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.

3 ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho
¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.

4 Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.

5 Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu esclava;  rompiste mis cadenas.

6 Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.

7 Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.

8 Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.

9 Lectio :Ahora leemos el salmo entero, despacio…
1Amo al Señor, porque escucha mi voz suplicante, 2porque inclina su oído hacia mí, el día que lo invoco. 3Me envolvían redes de muerte, me alcanzaron los lazos del abismo, caí en tristeza y angustia. 4Invoqué el nombre del Señor: "Señor, salva mi vida". 5El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; 6el Señor guarda a los sencillos: estando yo sin fuerzas me salvó. 7Alma mía, recobra tu calma, que el Señor fue bueno contigo: 8arrancó mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, mis pies de la caída. 9Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida. SALMO 115 (116, 10-19) 1Tenía fe, aun cuando dije: "¡Qué desgraciado soy!" 2Yo decía en mi apuro: "Los hombres son unos mentirosos". 3¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? 4Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre. 5Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. 6Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. 7Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. 8Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. 9Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo; 10en el atrio de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén. Si quieres escuchar el original hebreo pincha aquí.

10 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio?
Según el P. Ramón Ribera, monje de Montserrat, y otros estudiosos, el orden de los salmos no se debe al azar sino que hay toda una estructura interna.

11 Lectio ¿Qué lugar ocupa este salmo en el salterio?
Nuestro salmo se encuentra en la segunda parte del salterio, dedicado a las alabanzas a Dios, formada por los libros: 4º: salmos y 5º: salmos Dentro del quinto libro, este salmo pertenece ha llamado “Hallel egipcio” (salmos ). Los salmos , que constituyen un único salmo en el texto hebreo, son un doble cántico de acción de gracias porque Dios los ha salvado en Egipto de los lazos de la muerte que los cercaban. Por eso, el pueblo puede continuar caminando entre los que viven (sal 114), y en medio de Jerusalén alzar el cáliz de la salvación que se ofrece tras una liberación (sal 115) Salmo 115: Acción de gracias en el Templo.

12 Lectio ¿Qué dice el texto?
Este salmo 115 forma una unidad temática y lingüística con el salmo 114. De hecho, en el texto masorético (versión hebrea) constituye un único salmo, el 116. El salmo 115 es un canto de acción de gracias individual, que constituye el cuarto himno del Hallel pascual (Salmos ) La liturgia judía lo emplea en la comida de Pascua, o Seder, en la primera noche de la fiesta. Jesús mismo lo cantó con sus discípulos antes de salir hacia el huerto de los Olivos. Centrándonos en el salmo 115 que destaca el aspecto sacrificial (mientras que el 114 destaca el orante), podemos establecer la siguiente estructura: a) recuerdo del peligro pasado (vv. 1-2); b) primera mención sacrificial (vv.3-5); c) recuerdo del peligro superado (vv.6-7); d) segunda mención sacrificial (vv.8-10). Si la primera parte del salmo 116 hebreo (nuestro salmo 114) nos llevaba a la contemplación de la primera faceta del misterio pascual de Cristo, su muerte en la cruz, de la que manó la vida y la resurrección, esta segunda parte del mismo salmo (nuestro salmo 115) nos lleva a la contemplación de la segunda faceta del mismo misterio pascual, la vida que brota de la muerte. Sí, aunque el Señor permita los sufrimientos del justo -de Cristo y de todos los que como él padecen en este mundo-, estos dolores, incluso la misma muerte, no son unos sufrimientos definitivos ni una muerte para siempre. Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles, para permitir que sea definitiva. Por ello determinó que la muerte fuera destruida por la resurrección de su Hijo.

13 Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto
Meditatio Lo propio de este paso es meditar qué me dice a mi el texto. Esto es algo muy personal por ello aquí para ayudar a esta meditación relacionamos el salmo con las lecturas del domingo. Y, después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. ¿Alguna vez seremos capaces de penetrar en las resonancias que tuvo el salmo 115 en el corazón de Jesús mientras cenaba, mientras pasaba el pan y el cáliz a sus discípulos dándoles la realidad plena de su Cuerpo y de su Sangre? Tomemos de nuevo sus palabras en nuestros labios y orémoslas con respeto y amor.

14 Alzaré la copa de la salvación.
El cáliz que bendecimos es la comunión de la Sangre de Cristo. Sangre de la Nueva y Eterna Alianza de la que era figura la que Dios hizo con su pueblo en el Sinaí. Es un pacto de amor y de entrega ya que la sangre es símbolo de vida, y la sangre derramada es la vida entregada. Cantemos con gozo el estribillo de este domingo, con acción de gracias por la Alianza, con voluntad reiterada de ofrecer el Sacrificio invocando el nombre del Señor.

15 Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.
Por eso, Cristo se entrega: para redimirnos, para salvarnos y hacernos partícipes de la vida divina. Pero no olvidemos que comulgar con Cristo es hacernos partícipes de su destino. La Eucaristía es prenda de vida futura pero también viático en el duro y escarpado camino de la vida.

16 Oratio ¿Qué me hace decirle a Dios este salmo, la liturgia de este domingo?
ADORO TE DEVOTE Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de verdad. En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido. No veo las llagas como las vio Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame. ¡Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura. Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.

17 Contemplatio Miro y me dejo mirar… En esto los Padres de la Iglesia son maestros…
“Acabamos de oír al Maestro veraz, Redentor divino y Salvador humano, encarecernos nuestro precio: su sangre. Nos ha hablado, en efecto, de su cuerpo y de su sangre: al cuerpo lo llamó comida; a la sangre, bebida.  Así, pues, nos dio en su cuerpo y sangre un saludable alimento. Coman, pues, quienes lo comen y beban los que lo beben; tengan hambre y sed; coman la vida, beban la vida. Comerlo es restablecerse; pero te restableces de tal forma que no merma lo que te restablece. Y beberlo, ¿qué es sino vivir? Come la vida, bebe la vida: tendrás vida y la vida plena. ” (San Agustín, Sermón 131, 1)

18 Actio ¿Qué me hace vivir el Señor a partir de esta Palabra?
Es el momento de la “obediencia de la Fe”… Te adoro, Señor, en Ti creo, en Ti espero.


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