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“CORRESPONDENCIAS “ - Poema fundacional del SIMBOLISMO

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Presentación del tema: "“CORRESPONDENCIAS “ - Poema fundacional del SIMBOLISMO"— Transcripción de la presentación:

1 “CORRESPONDENCIAS “ - Poema fundacional del SIMBOLISMO
Incluído en “Las flores del mal”

2 - Concepción neoplatónica del Universo, en la que el MUNDO REAL
no es sino el reflejo de una REALIDAD SUPERIOR. - El SÍMBOLO unifica las diferentes experiencias sensibles ( material ) y trascendente ( espiritual ) - Comparación ( como, igual : “perfume fresco como oboe”) - Analogías - Metáfora ( fusión total entre dos términos: “A es B” ) - Sinestesia ( acercar sensación visual a olfativa, v.gr. ) SIMBOLISMO Símbolo ( expresa 1 idea mediante 1 imagen visual ¿ qué es ? sorprendente: paz - paloma) - La poesía ya no es un ARTE descriptivo para ennoblecer la realidad ordinaria, ahora es una forma de CONOCIMIENTO INTUITIVO. - El poeta ahora es un sacerdote, un iniciado, un oráculo. - Sinestesias: vista, oído, olfato, gusto, tacto - Correspondencias - Artes: pintura, música, arquitectura … - “Correspondencias” = poema fundacional - Pensamiento idealista ( Platón, Plotino, romanticismo,simbolismo… )

3 Naturaleza es templo donde vivos pilares
dejan salir, a veces, palabras confundidas; el hombre allí pasa entre selvas de símbolos que lo observan con sus miradas familiares. En una tenebrosa y profunda unidad, como largos ecos que de lejos se confunden, vasta como la noche y como la claridad, los perfumes, colores y sones se responden. 1º cuarteto - Correspondencias verticales : símbolos ( mundo espiritual ) Naturaleza = Templo (lugar sagrado) cuyos pilares hablan (oráculo ) de símbolos. 2º cuarteto – Correspondencias horizontales: sinestesias ( mundo sensible ) Comparaciones: “como” ( vv. 6 y 7 ) Antítesis: noche / claridad Profunda unidad (intuición) del Universo Sinestesias: “perfumes, colores y sones” ( v. 8 ) Los perfumes son los que antes se evaporan, se pierden.

4 Hay perfumes frescos como las carnes de niños,
dulces como el oboe, verdes como praderas - y otros, corrompidos, ricos y triunfadores, teniendo la expansión de cosas infinitas, como el ámbar, el almizcle, el benjuí, el incienso, que cantan los transportes de espíritu y sentidos. “ frescos como carnes” = gusto-tacto Sinestesias : “dulces como el oboe” = gusto-oído cualidades sensibles “verdes como praderas” = vista-olfato “Y otros corrompidos, ricos y triunfadores” cualidades morales “como el ámbar y el almizcle (erotismo ), benjuí e incienso ( espíritu ), “

5 Los sentidos son, para Baudelaire, los encargados de provocar “aquí abajo”, en esta vida, el éxtasis ( por eso drogas, alcohol, sexo…), que es la única manera de escapar del “spleen” ( hastío de vivir ) - Es el poema de Baudelaire que más comentarios ha suscitado

6 INTERPRETACIÓN FILOSÓFICA:
En el poema “Correspondencias” se hallará la imagen de una Naturaleza de cuyas columnas parten palabras confusas; el hombre atraviesa siempre una selva de símbolos. Tal el contenido del primer cuarteto, que podríamos definir como vertical-ascensional, de vuelo místico. El resto es horizontal y sinestésico. En esa selva, un diálogo constante se mantiene entre los colores, las músicas, los aromas. Lo prístino y lo pútrido se coaligan. Los objetos se corresponden entre sí. Desde ahora sería posible recurrir a imágenes y figuras y emplearlas como signos de una abstracción, de una persona, de una idea. Pero la concepción no era nueva. Era anterior a Blake y Baudelaire. Un mundo de correspondencias íntimas era un mundo tan viejo como el mundo mismo. Había sido, como dice Michel Foucault, la sintaxis de la prosa del orbe, vivida a nivel animista y cotidiano en el pasado clásico y medieval, y legitimada por la episteme del hombre del Renacimiento. Nada más burdo que creer que se salió de las tinieblas (supuestas) del Medioevo para entrar en un sistema de rigores inmediatos. Nada de eso.

7 Las correspondencias, por el contrario, sólo hallarían en el siglo XVI su significación más cabal. Si en la Grecia antigua Heródoto había creído que el Danubio era la perfecta contracara especular del Nilo meridional e Hipócrates suponía un esperma femenino; si Platón veía en la República ideal una sociedad dividida según las partes del alma que a su vez reflejaban la división del universo, el hombre del XVI (y hasta del XVII) estudiaría esas correspondencias que daban a nuestro mundo una coherencia interna, una cohesión y un ser en el tiempo.

8 En la filosofía del siglo XVI la quiromancia tiene perfecta validez científica; es lo más lógico que el mundo y la vida del individuo encuentren su correlación en las líneas y accidentes de la mano. O que la astrología sea vista como una ciencia casi divina, como lo es la onirocrítica, la interpretación de los sueños [3]. El mundo es pletórico e ilimitado, pero legible a través de su sistema de reciprocidades (“correspondencias” ). Al macrocosmos corresponde el microcosmos; el humanista toma la idea de Plotino (siglo V), quién la busca en Platón, quien la trae de la oscura raíz del mito. La magia y la erudición (divinatio et eruditio) se complementan. Los libros antiguos, redescubiertos, aclararán el misterio tanto como la observación; de nuevo Paracelso: "Nosotros los hombres, descubrimos todo lo que está oculto en las montañas por medio de signos y correspondencias exteriores (…) Nada hay en la profundidad de los mares, nada en las alturas del firmamento que el hombre no sea capaz de descubrir. No hay montaña tan vasta que no esconda a la mirada del hombre lo que contiene; esto le es revelado por los signos correspondientes" [4].

9 Persiste la idea de una "magia natural"; la kabbalah, trasladada por los judíos a los guetos medievales, es exumada como una forma de descifrar ese mar de símbolos. Aún en la teología tradicional, la hermenéutica del Antiguo Testamento sirve sólo para descifrar figuras escondidas del Nuevo, o símbolos de la Iglesia. También las letras se corresponden al mundo; y los libros, a los libros. Glosas y comentarios, "vivimos interglosándonos", se quejará Montaigne. Pero persiste la ilusión: "Así como este juego infinito de la naturaleza encuentra su vínculo, su forma y su limitación en la relación entre microcosmos y macrocosmos, así la tarea infinita del comentario se reafirma por la promesa de un texto efectivamente escrito que la interpretación revelará un día por entero". Mundo mágico y regido por la idea de un pansiquismo. Pero llega la hora de su derrota. El racionalismo se instala, con Descartes, Leibniz, Malebranche, Spinoza. Por detrás de los nombres ilustres hay, en la arqueología profunda, un reemplazo de las similitudes por el Orden y la Medida, por la sucesión ordenada, por el análisis, por la mathesis y la taxinomia. Un mundo de correspondecias ha sido derrotado.

10 El siglo XIX sufre una famélica nostalgia de correspondencias
El siglo XIX sufre una famélica nostalgia de correspondencias. Si la magia regresa, o fenómenos como el espiritismo encuentran una inesperada cantidad de adherentes en las élites intelectuales, es porque algo ha sucedido in lapsus. Han trajinado las revoluciones fracasadas, la invención de la máquina, la creencia comteana de una física social, el utilitarismo, el capitalismo burgués mostrando sus males, una población degradada de proletarios, una búsqueda de lo Real, lo Útil, Lo Regido Por El Progreso. Y lo que más nos interesa, algo que para nosotros es lo más normal del mundo pero que jamás hubiera cabido en el pensamiento de los presocráticos, de Platón, de Aristóteles, de Tomás de Aquino, del hombre del Renacimiento: el arte se ha alejado para siempre de la ciencia, como saberes paralelos o casi opuestos. El siglo XVIII, que ha visto a la Filosofía perder ramas que consideraba suyas (la Física, la Biología) ha tomado su revancha creando una nueva especulación del saber: la Estética, la mirada a lo bello.

11 Y se ha discutido la diferencia entre lo bello y lo sublime, se ha preguntado si el arte verdadero ha muerto, si la belleza proviene de los dioses, del genio humano, de sus capacidades puramente psíquicas; si a la belleza le corresponde el orden o el desorden, si la fealdad integra el orden de lo bello. Los alemanes van a la cabeza de la lid. “Dios es poeta, no matemático”, dirá Hamann. -El arte es autónomo, desinteresado, regido por el sentimiento individual, incapaz de penetrar "la cosa en sí" (noumenos) pero al menos puede trazar un puente entre CONOCIMIENTO y ÉTICA, dirá Kant en la tercera parte de su trilogía crítica, La crítica del juicio [5]. -La regla se da en cada obra de arte y no en los modelos griegos, dirá Herder. -El arte es el medio de comulgar con el mundo y su misterio, dirá Novalis. -El arte es autónomo, crítico, politizable, dirá Schiller. -El arte es subversivo y mesiánico, dirá Schlegel. -El arte supera a la filosofía en su capacidad de captar el mundo, dirá Schelling. -El arte puede abrirnos las puertas del pasado, dirá Hegel.

12 La búsqueda de las correspondencias quedará relegada al ámbito artístico (o al de las seudo ciencias, por supuesto). La supervivencia del pensamiento animista excluye la ciencia y se refugia en la poesía, el arte y la metafísica. Este animismo permite el diálogo de "alma a alma" y de las cosas entre sí: "Les parfums, les couleurs et les sons se répondent" ("colores y perfumes y sones se responden").

13 Y todos los ámbitos son impregnados por esta sed y, porosamente, entre sí se impregnan. La música, por ejemplo. Basta escuchar la precursora Sexta sinfonía en fa mayor, op. 68 "Pastoral" de Beethoven. Allí no hay música solamente; allí hay paisajes (amanecer, siesta, estallido de la tempestad, la calma posterior). El oído menos educado puede percibir la conjunción de música y colores; y sensaciones olfativas, porqué no. Aroma a brizna empapada de rocío; cortezas frescas; olor a tierra mojada en el remolineo acuoso. Si la Pastoral remite al paisaje, la Coral lo hace a la literatura. La voz humana incorpora a Schiller junto con la orquesta. Y poco después, el romanticismo inventa un subgénero, el Poema Sinfónico. Libertad expresiva, sin normativas, pero siempre remedando a un texto literario, una meditación sobre un cuadro, una leyenda, un episodio heroico. Los Preludios de Liszt se basan en las Meditaciones de Lamartine; textos de Dante, de Goethe, de Shakespeare, inspiran algunas de las mejores partituras. La culminación se da con Wagner, denostado al principio hasta un grado superlativo. No por casualidad Baudelaire, contra la corriente, escribe, tras el estreno de Tanhäuser, una de las primeras críticas favorables a este arte nuevo. La página sigue siendo antológica. Wagner ha irrumpido con la idea del drama "total".

14 En sus obras, alejadas de la operística italiana, el texto no es secundario ni un libreto librado al azar de cualquier poetastro. Él mismo los compone, y un sustrato filosófico sólido les priva de banalidad. Poesía, filosofía y música, pero también la escenografía grandiosa y simbólica. Y la consolidación del leitmotiv, anticipado por Weber y Liszt, pero llevado por Wagner a la consecuencia última: una idea, un objeto, un ser viviente, una emoción, una fuerza sobrenatural, pueden ser plasmados simbólicamente por untema o motivo musical claramente definido, y usado recurrentemente, directa o subliminalmente, a través de toda la obra.

15 Las correspondencias inundan la pintura. Ya mencionamos a Blake
Las correspondencias inundan la pintura. Ya mencionamos a Blake. En Francia, Delacroix (otro de los preferidos de Baudelaire) muestra que la pintura puede ir de la mano de la poesía y la música, y Baudelaire, autor de algunas de las mejores páginas de crítica de arte del siglo XIX, cantará a pintores, a esculturas, a viñetas. Es un poeta inundado de óleo, de luces, de sombras más aún, como lo está de perfumes en toda su gama. No hay que extrañar que el simbolismo pictórico lo reivindique. Como alguien dijo, "el simbolismo es un medio de comunicación con el misterio de las cosas, con su realidad secreta, mágica, religiosa". Hay un hálito místico en los cuadros de Odilon Redon (párpados cerrados pero abiertos hacia una sacra interioridad), del hierático Puvis de Chavannes, del suntuoso Gustave Moreau; para ellos, la ciencia y la filosofía han hallado parte de la verdad, pero no toda. La otra se esconde tras los símbolos, inteligibles o ininteligibles, que la pintura finisecular del XIX se empecinará en mostrar como contracara sensible del más insensible de los mundos.

16 El soneto Correspondences se yergue, magistral, fundacional o retrospectivo a un mundo en que los diálogos de todo y todos eran posibles. El poeta asume la voz hablada en un paraíso perdido, el del individuo, el de la humanidad. La corrupción imperante es trascendida en el símbolo; el símbolo sustituye a la realidad. Es una traducción. El propio Baudelaire lo dirá en una de sus páginas en prosa:"Ahora bien, ¿qué es un poeta (tomo la palabra en su acepción más extensa) sino un traductor, un descifrador? En los poetas excelentes no hay metáfora, comparación o epíteto que esté adaptado con exactitud matemática a la circunstancia actual, porque comparaciones, metáforas y epítetos son recogidos del fondo inagotable de la analogía universal y no podrían ser tomados en otro lugar".

17 Correspondences tuvo sus precursores: el alemán Ludwig Tieck ya había señalado la fraternidad del perfume con el canto y el color; traductor de Shakespeare, éste mismo la trasluce en algunos versos de La Tempestad. Y Hoffmann dirá, por boca de su personaje Kreisler, que la música es "el misterioso sánscrito de la Naturaleza expresado en sonidos, que llena de nostalgias el corazón humano, por cuanto sólo en ella el hombre comprende el canto de los árboles, de las flores, de los animales, de las hierbas y de los pájaros". Pero en esta genética del poema, también hay hijos ilustres. Como el poema À Clymène, de Verlaine o el celebérrimo soneto de Rimbaud,Voyelles (Vocales).

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