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San José de Calasanz 25 de Agosto.

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Presentación del tema: "San José de Calasanz 25 de Agosto."— Transcripción de la presentación:

1 San José de Calasanz 25 de Agosto

2 San José de Calasanz, fundador de la Orden de las Escuelas Pías.
Se le ha llamado "El gran pedagogo". "El Patriarca de los niños". "El Job de la Ley de gracia".

3 Precursor de la pedagogía moderna, Calasanz fue sobre todo un gran santo, un formidable organizador y un cabal formador de maestros. Al don de enseñar la ciencia desinteresadamente supo unir el celo por la salvación de las almas.

4  Fue el primer hombre en crear un sistema educativo gratuito del mundo a cualquier niño de cualquier clase social y de cualquier culto religioso, siguiendo a Dios al escuchar la voz del Señor, que le dijo: "José, entrégate a los pobres. Enseña a estos niños y cuida de ellos".

5 Fue el último entre varios hermanos.
San José de Calasanz nació el 31 de Julio de 1557 en Peralta de la Sal, una población española de habla catalana situada en la región de Aragón, en las proximidades de Cataluña. Fue el último entre varios hermanos.

6 Su buena madre le puso al corriente de lo importante para vivir: tierna devoción a la Virgen y odio al pecado. Tanto que cuando sólo tenía cinco años hubo quien le vió por el olivar con un cuchillo en la mano dispuesto a matar al demonio que es el peor enemigo.

7  El maestro de la escuela rural, para descansar de la monotonía de cada día, con frecuencia tomaba al pequeño José, lo subía a una mesa y le hacía deletrear primero, leer más adelante y enseñar un poco de tiempo después cuanto sabía a sus compañeros. Ya mayorcito, recordando esto, se subía a una mesa y excitaba a sus compañeros a ser mejores y a amar más y más a Jesucristo y a la Virgen María. Sabía atraer y convencer porque José ponía en estos actos toda su alma.

8 Con doce años, José deja su pueblo y se va a estudiar la secundaria a Estadilla, a unos 20 Km. Realiza sus estudios en el colegio de los padres Trinitarios. José, era un joven estudioso, responsable, generoso y con una gran simpatía personal, que le permitía tener muchos amigos entre sus compañeros de estudios.

9 Cuando cumple los catorce años, José de Calasanz manifiesta la decisión de hacerse sacerdote. Su entrega, su generosidad, su anhelo por ayudar a los demás, van unidos a una fuerte y vivencial fe en Dios, aumentada por el ejemplo y la educación recibida por parte de su familia.

10 En 1571 se traslada a la próxima ciudad de Lleida, donde se encontraba la universidad más prestigiosa de la antigua corona de Aragón. A ella acudían alumnos procedentes de Cataluña, Aragón y Valencia, las tres grandes comunidades que se integraban en la corona aragonesa. Calasanz fue elegido prior de los aragone-ses. Era una primera manifestación del prestigio y de la ascendencia moral que dimanaba de su personalidad. En Lleida estudió filosofía y derecho.

11 Para estudiar teología fue a Valencia y Alcalá de Henares
Para estudiar teología fue a Valencia y Alcalá de Henares. Durante su estancia en Alcalá murió su hermano Pedro y también su madre, teniendo que volver a Peralta de la Sal, a causa del llamado de su padre, que no quería que fuese sacerdote, para no perder el apellido Calasanz. Estando en Peralta, cae enfermo gravemente y esta enfermedad fue lo que motivó a su padre a aceptar que fuera sacerdote si salía bien.

12 La preocupación por los pobres y los desfavorecidos ya se manifestó en sus años de juventud en España, cuando creó una fundación en Claverol que todos los años distribuía alimentos a los pobres de aquella localidad. Esa fundación benéfica funcionó hasta 1883, es decir, casi dos siglos y medio. La gran preocupación social que Calasanz demostraría después en su obra pedagógica tiene ese antecedente revelador en plena juventud.

13   El 9 de Abril de 1583 recibe el Diaconado en Fraga, y por fin el 17 de Diciembre del mismo Año, en la capilla del castillo de Sanahuja, es elevado al sacerdocio por el obispo de Urgel, cumplido los 25 años de edad. Durante la Navidad de este Año celebra su primera misa.

14 Durante unos años ejerció el sacerdocio en su patria, concretamente en las diócesis de Huesca, Albarracín y Urgel. Durante todo el día se dedicaba a visitar enfermos y enseñar el catecismo.

15 Pronto los Obispos conocieron su valía y le dieron diversos cargos y honores.
Como secretario del Capítulo catedralicio escribió diez cartas al Virrey de Cataluña, en las que le pedía ayuda urgente para resolver la angustiosa situación que se vivía en aquella comarca, donde los bandoleros robaban, extorsionaban y asesinaban sin límites.

16 A finales de febrero de 1592 marchó a Roma
A finales de febrero de 1592 marchó a Roma. El viaje tenía dos objetivos: tramitar algunos asuntos de su diócesis, como enviado por el obispo de Urgell, y obtener una canonjía, que le permitiera volver a la patria, tranquilo para mirar el mañana con una cierta calma y confianza. Pensaba estar poco tiempo.

17 Para no estar ocioso en Roma, mientras los trámites, estuvo de preceptor de los sobri-nos del cardenal Marco Antonio Colonna.

18 Y ayudaba los domingos en la catequesis al párroco de la iglesia de Santa Dorotea, en la barriada del Trastévere.

19 En Roma entró en una cofradía dedicada a enseñar catecismo a los niños y se dio cuenta de que la ignorancia religiosa era total y que no bastaba con enseñar religión los domingos, sino que era necesario fundar escuelas para poder enseñar educación e instrucción durante la semana.

20 También comenzó a visitar las casas más pobres, donde había tantas bocas que saciar, los enfermos más graves que asistir, padres de familia que la mayoría de veces no tenían ni un miserable trabajo, entre otras cosas porque quizá entraban y salían con frecuencia de la cárcel o de los hospitales.

21 En la parroquia de Santa Dorotea el mismo párroco, don Antonio Brandini, tenía una pequeña escuelita. Conmovido el santo por el celo de don Brandini, manifestó una cierta disponibilidad a echarle una mano, y fue entonces cuando sintió que Dios le llamaba a esta misión: ayudar no sólo a los pobres en general sino a los niños, muchachos y juventud mas desheredada a salir de la vía muerta de los sin esperanza, y a luchar por un futuro de ciudadanos respetados, de buenos cristianos, de esforzados trabajadores, capaces de ganarse el pan honestamente.

22 Por su cabeza comienza a pasar la idea de crear una escuela gratuita abierta a todos los niños, especialmente a los más necesitados. Propone su idea a las autoridades eclesiásticas, a gente cristiana rica. Sin embargo todos la rechazan. No les interesa.

23 Calasanz no se desanima y decide lanzarse solo a la aventura
Calasanz no se desanima y decide lanzarse solo a la aventura. Y así en la vieja sacristía de la parroquia de Santa Dorotea, comienza en el 1597 la primera escuela gratuita de Europa. Además, junto con esa formación humana, debía impartirse una formación en la fe, que haría de esos chicos discípulos de Cristo, para vivir el Evangelio allí donde estuvieren. Los alumnos, pocos en un principio, no tienen recursos para comprar material escolar; Calasanz utiliza para esto el poco dinero que recibe de su trabajo con el Cardenal de Colonna.

24 En compañía de otros dos miembros de la Sociedad de las Escuelas de la Doctrina Cristiana, se dedicó a recoger e instruir a estos niños. Tal es la fecha de la fundación de las Escuelas Pías. Pronto se le unieron otros colaboradores.  

25 Así comenzó su labor de maestro en la sacristía de la Parroquia de Santa Dorotea, en pleno barrio de Trastévere. Estando en este cargo, José consigue el cargo eclesiástico que él tanto deseaba, pero renunció a éste con las palabras memorables, que se encontró en una de sus tantas cartas: ”Encontré en Roma la forma definitiva de servir a Dios, educar a los niños y no la dejaré ir por cosa alguna del mundo”.

26 ¡Y el amor de Dios iba prendiendo en sus almas!..
Volcado por completo en Dios y con el afán de llevar los hombres por el camino del Evangelio, José de Calasanz vivió una vida ascética de intensa oración y de penitencia. El trabajo apostólico con los niños y los jóvenes era agotador, le absorbía por completo. Pero, por otra parte, era un trabajo muy gratificante, pues, siendo ellos tan receptivos, asimilaban con suma rapidez cuanto se les enseñaba. ¡Y el amor de Dios iba prendiendo en sus almas!..

27 Pronto vinieron las dificultades que fueron una constante en su camino
Pronto vinieron las dificultades que fueron una constante en su camino. Al poco de entregarse en la escuelita de Santa Dorotea, el Tiber se desbordó arrasándola. José trabajó y la hizo resurgir. Al mismo tiempo ayuda incansablemente con los apestados a consecuencia de la riada. Pronto se dio cuenta de que la escuelita se quedaba chica y se trasladó al edificio Vestri, que al poco quedó también pequeño, y de nuevo se trasladó a la plaza San Pantaleón. Allí plantó y cultivó las raíces del árbol que después extendería sus ramas y frutos por todo el mundo. 

28 Al principio buscó colaboradores entre los miembros de la cofradía de la Doctrina Cristiana que acudían a título personal como voluntarios, pero Calasanz tenía necesidad de encontrar maestros verdaderos y preparados. Para él la escuela, la enseñanza, era una vocación, una misión que vivir y prestigiar hasta el fondo, durante toda la vida, las 24 horas del día y sin separar la dimensión humana y natural de la sobrenatural y cristiana. Entendió que tal misión requería de una familia religiosa. Proyecto doble pero unitario en el fondo.

29 En 1602, se fue a vivir en las escuelas, que ya contaban con crecido numero de alumnos y a las que le había puesto el nombre de “Escuelas Pías”, con el lema de “Piedad y Letras”. En 1616 optó por no alquilar ningún lugar y decidió comprarlo, con ayuda de varios cardenales, y con la aprobación del papa Pablo V.

30  Los seguidores de José formaban una comunidad sin votos ni reglas, estaban unidos y estimulados por la autoridad moral del fundador. El Papa Paulo V, en 1617, le dio la confirmación definitiva como congregación religiosa independiente. José de Calasanz y otros 14 compañeros pronunciaron, en manos del cardenal Giustiniani, los tres votos religiosos, añadiendo un cuarto: el de dedicarse a la instrucción gratuita de los niños pobres.

31 Era una Congregación de votos simples; pero Gregorio XV, en 1621, la elevó a la categoría de Orden con votos solemnes y nombró a José de Calasanz como General. El 12 de Enero de 1632, el Papa Urbano VIII resolvió nombrar general vitalicio a José de Calasanz, al ver la unanimidad con que todos aclamaban a su venerable fundador.

32 A sus institutos educativos les designó "Escuelas Pías" y a los que le acompañaban les llamó: Pobres clérigos regulares de la Madre de Dios de las Escuelas Pías. Popularmente se llamaron Escolapios. A los dos años ya había "Escuelas Pías" en muchos sitios de Italia y en muchos países.

33 Desde el principio tuvo que descubrir por qué derroteros debían ir las escuelas, mostrar la importancia del ministerio de la educación tan desprestigiado por aquel entonces. Contó con la oposición de algunas órdenes religiosas que lo veían como competencia.

34 En todo momento de dificultad Calasanz enseñó a confiar en que “Dios proveerá”. Toda seguridad procede de Dios. Al escolapio sólo le tocaba dedicar su vida por entero al ministerio de la educación, el resto era cosa de Dios. Necesaria la pobreza para vaciarse de todo aquello que impidiera recibir de Dios lo necesario.

35 Cuando ya se cernía el ocaso en la vida de este intrépido apóstol y educador, que fue José de Calasanz, como Dios quisiera todavía labrar, esculpir, más su alma,... le hizo pasar por el crisol del dolor.

36 Primero en lo físico. El padre Calasanz tenía una gran fuerza y un día se echó sobre sus espaldas una pesadísima campana y se subió por una escalera para llevarla a la torre. Pero la escalera se partió y él cayó con la campana y se rompió una pierna. Estuvo varios meses en cama entre la vida y la muerte y desde entonces su falta de salud lo hizo sufrir mucho. 

37 Pero el mayor sufrimiento fue en lo interno del Instituto.
Recibió el padre Calasanz como colaborador a un hombre ambicioso y lleno de envidia, el cual se propuso hacerle la guerra y quitarle el cargo de Superior General.  Se llamaba el P. Mario Sozzi. Se hizo amigo de los del Santo Oficio y consiguió con malentendidos, intrigas y calumnias la deposición del cargo de General a José Calasanz.

38 Lo humilló hasta conseguir trasladarlo a él y a su Curia entre guardias a los tribunales de la Inquisición como espía y malhechor y a desposeerlo de todo gobierno en la orden. 

39 Todo esto suponía la extinción total.
Calasanz tuvo que asistir a la reducción de la orden de las Escuelas Pías a Congregación. Los religiosos de Calasanz pasaban a ser congregación sin votos y junto con sus casas y escuelas quedaban en todo y por todo bajo la autoridad de los obispos locales, sin tener ya superiores propios. El fundador y los otros superiores eran destituidos definitivamente de toda autoridad. Todos los escolapios que lo solicitaran podían pasar a cualquier otra orden y no se podía admitir ya a nadie más en el noviciado.   Todo esto suponía la extinción total.

40 José de Calasanz, como era hombre de Dios y con profundo sentido de Iglesia, en lugar de enrabiarse, o de caer en la tristeza y en la angustia, lleno de fe y con la confianza puesta en Dios, estaba seguro que Dios, que tiene poder para todo, restauraría de nuevo su Orden.

41 Cuando el breve que contenía la reducción firmado por Inocencio X le fue leído a Calasanz, éste con la frente levantada y las manos cruzadas en el pecho pronunció las palabras de Job: “¡El Señor me lo dio, el Señor me lo quitó… Bendito sea Dios!”

42 Algunos han venido a llamar a Calasanz el Job del Nuevo Testamento.
El fundador de las Escuelas Pías conocerá los últimos años de su vejez como un período durísimo y tormentoso, el más difícil y penoso de su vida, un verdadero calvario, que se concluirá, como para Cristo, sólo con la muerte.

43  Lo verdaderamente admirable es que en todo este negro negocio de injusticia José permaneció en el ejercicio sublime de la paciencia, humildad, obediencia, sufriendo la calumnia y la desunión de los suyos, al tiempo que animaba como podía a los más próximos a la perseverancia, prometiéndoles una futura restauración.

44 El santo sufría en silencio, pero aceptaba la voluntad de Dios
El santo sufría en silencio, pero aceptaba la voluntad de Dios. Decía, refiriéndose a su Orden: "entre más la mortifiquen los hombres, más la glorificará Dios“.  Pocos días antes de su muerte seguía repitiendo a los religiosos que habían perseverado: “Si permanece-mos unidos como verdaderos hermanos no debemos tener miedo de nada, aunque se desencadene el infierno”.

45 Calasanz el hombre bueno, capaz de perdonar a quienes tanto daño le habían hecho, se mantuvo fiel a la Iglesia, a la cual sirvió desde siempre. Así rogó que solicitaran para él ante su muerte inminente la indulgencia plenaria y la bendición del Papa que había ordenado la Reducción de la orden.

46 Un día como todos, Calasanz celebró su misa con normalidad
Un día como todos, Calasanz celebró su misa con normalidad. Luego un fuerte dolor lo obligó a ir a la cama. Al día siguiente no tuvo fuerzas para celebrar la Eucaristía.

47 Esperó la misa de los niños en el oratorio y recibió la comunión de manos del Padre Berro con tal devoción que todos los alumnos quedaron asombrados.

48 San José de Calasanz murió en Roma, a los 91 años, en el amanecer del 25 de agosto de 1648, pronunciando tres veces el nombre de Jesús.

49 Fue enterrado en la iglesia de san Pantaleón.

50 Ocho años después de su muerte, el papa Alejandro VII rehabilita las Escuelas Pías.

51 En 1748, la Iglesia católica beatifica a José Calasanz
 En 1748, la Iglesia católica beatifica a José Calasanz. Y es canonizado 19 años más tarde.

52 Finalmente, el 13 de agosto de 1948 el papa Pío XII lo proclama patrono de las Escuelas Populares Cristianas del mundo.

53 El Papa Juan Pablo II afirmó que San José de Calasanz tomó por modelo a Cristo e intentó transmitir a los jóvenes, además de la ciencia profana, la sabiduría del Evangelio, enseñándo-les a captar la acción amorosa de Dios La Iglesia celebra su fiesta el día 25 de agosto.

54 Decía el santo en el año 1621:
"La buena educación de los jóvenes es, en verdad, el ministerio más digno, el más noble, el de mayor mérito, el más beneficioso, el más útil, el más necesario, el más natural, el más razonable, el más grato, el más atractivo y el más glorioso“. 

55 San José de Calasanz es uno de los precursores de la  pedagogía moderna, aunque no compuso una obra estrictamente monográfica sobre ese tema, sino que esparció su teoría sobre la educación en diversas cartas, reglamentos y escritos de carácter práctico. Creó, organizó y sistematizó la enseñanza escolar graduada por niveles y ciclos en la enseñanza primaria y una cierta formación profesional. 

56 La historia de san José de Calasanz es una historia de búsqueda, pues él percibe que el camino de una persona nunca está hecho desde el comienzo. El santo está dispuesto a encontrar el modo de servir a Dios y a los hombres, que se sintetiza en " para gloria de Dios y utilidad del prójimo“, frase de despedida en varias de sus cartas.

57 "Si el niño humilde tuviera una escuela donde estudiar, su futuro sería distinto“, decía.
San José de Calasanz piensa que si todos los niños son hijos de Dios, todos tienen los mismos derechos en la vida. La vida no es cruel, sino, que la hacemos cruel los seres humanos, y la crueldad engendra crueldad y la injusticia odio. Por eso, sería necesario abrir escuelas gratuitas para todos los niños pobres, para darles oportunidad y que la vida sea igual para todos.

58 “Si esto se lleva adecuadamente y si es obra de Cristo, lo demás será menester, porque el mismo Cristo ayudará a cultivar la inteligencia de todos y al desarrollo de estas escuelas; porque si  la escuela es obra de Dios, Él proveerá los medios necesarios para su buen funcionamiento.”

59 Calasanz quiso que sus escuelas fueran para  todos los niños y todos los jóvenes, sin discriminación de raza o religión o posición económica, porque es un derecho ser instruidos y educados. El comprende que la cultura es un bien patrimonial de todos, exactamente igual que la vida misma, y, más todavía, que la cultura es un bien que debe distribuirse gratuitamente a quienes no puedan pagarlos. 

60 Su entrega, su generosidad, su anhelo por ayudar a los demás, van unidos a una fuerte y vivencial fe en Dios, aumentada por el ejemplo y la educación recibida por parte de su familia. Decía: “Siento que me voy haciendo viejo. Me cuesta la clase, me canso con facilidad, pero… mientras pueda caminar y hablar me tendrán a su lado.”

61 Y finalmente su confianza con la Virgen María. Decía:
“Advierta que somos pobres de la Madre de Dios y no de los hombres, Y así, la insistencia sea con nuestra Madre, y no con los hombres, pues ella no se molesta jamás con nuestras importunaciones, y los hombres sí¨. Rezaba: “Virgen María, Madre de Dios, dame fuerzas, que no sucumba, aunque sólo sea por los niños”. 

62 enseñando a quien no sabe
Este es el hombre que pasó haciendo el bien. Sirvió a Dios enseñando a quien no sabe

63 hubo un hombre que se dio por los demás.
que pasó por esta tierra, hubo un hombre que se dio por los demás. Automático

64 Hubo un hombre que supo ver en los niños futuros hombres de una nueva humanidad.

65 supiste dar tu vida por los demás,
San José de Calasanz, supiste dar tu vida por los demás,

66 supiste dar tu vida por los demás,
San José de Calasanz, supiste dar tu vida por los demás,

67 enseñándoles a amar.

68 Como un padre para el que no tuvo padre,

69 como hermano para el que no tuvo hermano,

70 como amigo para aquel que en esta vida no ha tenido el cariño de un amigo.

71 Como un padre para el que no tuvo padre, como hermano para el que no tuvo hermano,

72 como amigo para aquel que en esta vida no ha conocido a Jesús, su gran amigo.

73 supiste dar tu vida por los demás,
San José de Calasanz, supiste dar tu vida por los demás,

74 supiste dar tu vida por los demás,
San José de Calasanz, supiste dar tu vida por los demás,

75 enseñándoles a amar.

76 Que san José de Calasanz nos muestre a María, como lo hizo con aquellos niños.
AMÉN


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