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Tercer Domingo de Pascua

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Presentación del tema: "Tercer Domingo de Pascua"— Transcripción de la presentación:

1 Tercer Domingo de Pascua

2 En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén. La gracia de nuestro Señor Jesucristo,el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros Y con tu espíritu. Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados

3 misterios, reconozcamos nuestros
pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

4 Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

5 Amén. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad.

6 Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo

7 del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

8 ORACIÓN COLECTA Que tu pueblo, Señor, exulte siempre al verse renovado y rejuvenecido con el espíritu, y que la alegría de haber recobrado la adopción filial afiance su esperanza de resucitar gloriosamente.

9 Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amen.

10 Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
El día de Pentecostés, Pedro, de pie con los Once, pidió atención y les dirigió la palabra: --Judíos y vecinos todos de Jerusalén, escuchad mis palabras y enteraos bien de lo que pasa. Escuchadme, israelitas: Os hablo de Jesús Nazareno, el hombre

11 que Dios acreditó ante vosotros realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocéis. Conforme al designio previsto y sancionado por Dios, os lo entregaron, y vosotros, por mano de paganos, lo matasteis en una cruz. Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte; no era posible que la

12 muerte lo retuviera bajo su dominio, pues David dice "Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, exulta mi lengua, y mi carne descansa esperanzada. Porque no me entregarás a la muerte ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me has enseñado el sendero de la

13 vida, me saciarás de gozo en tu presencia."
Hermanos, permitidme hablaros con franqueza: El patriarca David murió y lo enterraron, y conservamos su sepulcro hasta el día de hoy. Pero era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento sentar en su trono a un descendiente suyo; cuando

14 dijo que "no lo entregaría a la muerte y que su carne no conocería la corrupción", hablaba previendo la resurrección del Mesías. Pues bien, Dios resucitó a este Jesús, y todos nosotros somos testigos. Ahora, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo que estaba prometido, y lo ha

15 derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.
Palabra de Dios

16 Señor, me enseñarás el sendero de la vida

17 Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: "Tú eres mi bien". El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano

18 Señor, me enseñarás el sendero de la vida

19 Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré

20 Señor, me enseñarás el sendero de la vida

21 Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena: porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción

22 Señor, me enseñarás el sendero de la vida

23 Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha

24 Señor, me enseñarás el sendero de la vida

25 Lectura de la primera Carta del apóstol San Pedro
Queridos hermanos: Si llamáis Padre al que juzga a cada uno, según sus obras, sin parcialidad, tomad en serio vuestro proceder en esta vida. Ya sabéis con qué os rescataron de ese proceder inútil recibido de vuestros padres: no con bienes efímeros,

26 con oro o plata, sino a precio de la sangre de Cristo, el Cordero sin defecto ni mancha, previsto antes de la creación del mundo y manifestado al final de los tiempos por nuestro bien. Por Cristo vosotros creéis en Dios, que lo resucitó de entre los muertos y le dio gloria, y así habéis puesto en Dios vuestra fe y vuestra

27 esperanza. Palabra de Dios 

28 Lectura del santo Evangelio según San Lucas
Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en

29 persona se acercó y se puso a caminar con ellos
persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: --¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino? Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: --¿Eres tú el único forastero en

30 Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?
El les preguntó: -- ¿Qué? Ellos le contestaron: --Lo de Jesús, el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes

31 para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron
para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso

32 vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron. Entonces Jesús les dijo: --¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los

33 profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?
Y, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo:

34 --Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída.
Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: -- ¿No ardía nuestro corazón

35 mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?
Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: --Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.

36 Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.
Palabra del Señor

37 HOMILÍA

38 “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?”

39 CREDO

40 Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y

41 sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

42 la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén

43 ORACIÓN DE LOS FIELES

44 Dios Padre resucitó a su Hijo Jesús y él nos ha rescatado del pecado y de la muerte. Dirijámonos confiadamente a él diciendo: -Te lo pedimos, Señor.

45 Por la Iglesia: para que alimentada por el Pan y la Palabra, lleve a cabo una renovada evangelización, haciendo renacer la fe en quienes la han perdido, fortaleciéndola en los que dudan y abriendo paso a Jesucristo en los corazones que lo buscan . Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

46 Por todos los cristianos: para que, conscientes del triunfo de Cristo sobre la muerte y el pecado, nuestra vida sea para muchos prueba de la cercanía de Dios a los hombres. Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

47 Por los excluidos, los explotados, los que no cuentan en la sociedad: para que descubran que Jesús está cerca de ellos y haga arder en sus corazones la esperanza, la paz y el amor de Dios, que quiere rescatarnos. Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

48 Por los seminarios, noviciados y casas de formación: para que, con fidelidad creciente, cada uno de sus miembros responda a los dones que Dios les concede en este tiempo de gracia, y sean muchos los jóvenes que respondan generosamente con su vida al servicio del Evangelio. Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

49 Por todos nosotros, para que seamos testigos de Cristo resucitado.
Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

50 Manifiéstate, Señor, en nuestras vidas, explícanos el sentido de las Escrituras y ayúdanos a reconocerte en la fracción del pan y cada vez que compartimos nuestros bienes con los más necesitados. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

51 LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

52 Bendito seas, Señor, Dios del universo,
por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. Bendito seas por siempre, Señor.

53 Bendito seas, Señor, Dios del universo,
por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. Bendito seas por siempre, Señor.

54 Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

55 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, las ofrendas de tu Iglesia exultante de gozo, y pues en la resurrección de tu Hijo nos diste motivo de tanta alegría, concédenos participar también del gozo eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.

56 El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.

57 En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo, en que Cristo, nuestra pascua, ha sido inmolado. Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.

58 Por eso, con esa efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

59 Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de su gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.

60 Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente

61 aceptada, tomó pan; dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE EL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

62 Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y BEBED TODOS DE EL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS

63 HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Éste es el Sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. !Ven, Señor Jesús!

64 Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos, humildemente, que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos

65 del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y reunida aquí en el día santísimo de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo; y con el Papa Benedicto, con nuestro Obispo Casimiro y todos los pastores que cuidan de tu

66 pueblo, llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia, admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen, Madre de

67 Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

68 Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Jesús nos enseñó:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

69 Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

70 Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

71 Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz os dejo, mi paz os doy"; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.

72 Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén. La paz del Señor esté siempre con vosotros. Y con tu espíritu. Podéis daros fraternalmente la paz.

73 Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros. danos la paz.

74 Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. El Cuerpo de Cristo. Amén.

75 “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?”

76 ORACIÓN Mira, Señor, con bondad a tu pueblo, y ya que has querido renovarlo con estos sacramentos de vida eterna, concédele también la resurrección gloriosa. Por Jesucristo Nuestro Señor.

77 El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. Amén. Podéis ir en paz. Demos gracias a Dios.

78 “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?”


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