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27 de febrero de 2011 Octavo domingo Tiempo Ordinario.

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Presentación del tema: "27 de febrero de 2011 Octavo domingo Tiempo Ordinario."— Transcripción de la presentación:

1 27 de febrero de 2011 Octavo domingo Tiempo Ordinario

2 En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. La gracia de nuestro Señor Jesucristo,el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros Y con tu espíritu. Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados

3 misterios, reconozcamos nuestros Pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

4 Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

5 Amén. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.

6 Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo

7 del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

8 ORACIÓN COLECTA Concédenos tu ayuda, Señor, para que el mundo progrese, según tus designios, gocen las naciones de una paz estable y tu Iglesia se alegre de poder servirte con una entrega confiada y pacífica.

9 Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amen.

10 1ª LECTURA

11 Lectura del libro de Isaías Sión decía: Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado. ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvida, yo no te olvidaré. Palabra de Dios

12 SALMO RESPONSORIAL (Sal 61)

13 Descansa sólo en Dios, alma mía

14 Sólo en Dios descansa mi alma Porque de él viene mi salvación; Solo él es mi roca y mi salvación, Mi alcázar: no vacilaré.

15 Descansa sólo en Dios, alma mía

16 Descansa sólo en Dios, alma mía Porque él es mi esperanza; Solo él es mi roca y mi salvación, Mi alcázar: no vacilaré.

17 Descansa sólo en Dios, alma mía

18 De Dios viene mi salvación y mi gloria; Él es mi roca firme, Dios es mi refugio. Pueblo suyo, confiad en él, Desahogad ante él vuestro corazón

19 Descansa sólo en Dios, alma mía

20 2ª LECTURA

21 Lectura de la primera Carta del apóstol San Pablo a los Corintios. Hermanos: Que la gente sólo vea en vosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios. Ahora, en un administrador lo que se busca es que sea fiel. Para mi lo de menos es que me pidáis cuentas vosotros o un tribunal

22 humano; ni siquiera yo me pido cuentas. La conciencia, es verdad, no me remuerde; pero, no juzguéis antes de tiempo, dejad que venga el Señor. El iluminará lo que esconden las tinieblas y pondrá al descubierto los designios del corazón; entonces cada uno recibirá la alabanza de Dios.

23 Palabra de Dios

24 EVANGELIO

25 Lectura del santo Evangelio según San Mateo En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará la primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.

26 Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis

27 vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podría añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan, ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y

28 mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el Reino

29 de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por la mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos. Palabra del Señor

30 HOMILÍA

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32 CREDO

33 Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y

34 sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

35 la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén

36 ORACIÓN DE LOS FIELES

37 Acudamos a Dios, que nos da la gracia de creer en su poder y que nos salva. Digamos juntos: -Te rogamos, óyenos.

38 Para que Jesús, que derramó su sangre por nuestra salvación, haga que la Iglesia dé la vida que de él recibe a todos los que buscan a Dios. Oremos. -Te rogamos, óyenos.

39 Para que los fieles y pastores de la Iglesia escuchemos juntos la Palabra de Dios, nos abramos a su novedad y la transmitamos sin temor ni egoísmos. Oremos. -Te rogamos, óyenos.

40 Para que nuestros gobernantes no endurezcan su corazón ante la miseria, el pecado social de la injusticia y la pobreza, y busquen caminos de desarrollo para todos los hombres y mujeres que habitan en nuestro suelo. Oremos. -Te rogamos, óyenos.

41 Para que Jesús sacie la sed de felicidad de las familias divididas, las que viven situaciones irregulares, las que padecen la infidelidad y les dé cuanto necesitan. Oremos. -Te rogamos, óyenos.

42 Para que las mujeres marginadas, los niños explotados y los ancianos abandonados experimenten la fuerza y el consuelo de Jesús, que no los deja solos. Oremos. -Te rogamos, óyenos.

43 Dios y Padre nuestro, escucha nuestros ruegos, haz que escuchemos tu voz, acojamos tu salvación y vivamos el mandamiento del amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

44 LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

45 Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. Bendito seas por siempre, Señor.

46 Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. Bendito seas por siempre, Señor.

47 Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

48 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Señor, Dios nuestro, tú mismo nos das lo que hemos de ofrecerte y miras esta ofrenda como un gesto de nuestro devoto servicio; confiadamente suplicamos que lo que nos otorgas para que redunde en mérito nuestro nos ayude también

49 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS a alcanzar los premios eternos. Por Jesucristo nuestro Señor.

50 El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.

51 En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre Santo siempre y en todo lugar, por Jesucristo tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tu nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María la Virgen, fuera nuestro

52 Salvador y Redentor. Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria diciendo:

53 Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de su gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

54 Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente

55 aceptada, tomó pan; dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: TOMAD Y COMED TODOS DE EL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

56 Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y BEBED TODOS DE EL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS

57 HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. Éste es el Sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. !Ven, Señor Jesús!

58 Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos, humildemente, que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos

59 del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y reunida aquí en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal; y con el Papa Benedicto, con nuestro Obispo Casimiro y todos los pastores que cuidan de tu

60 pueblo, llévala a su perfección por la caridad. Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia, admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen, Madre de

61 Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

62 Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

63 Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

64 Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

65 Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz os dejo, mi paz os doy"; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.

66 Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. La paz del Señor esté siempre con vosotros. Y con tu espíritu. Podéis daros fraternalmente la paz.

67 Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

68 Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. El Cuerpo de Cristo. Amén.

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70 ORACIÓN Alimentados por los dones de la salvación, te pedimos, Padre de misericordia, que por este sacramento con que ahora nos fortaleces nos hagas un día ser partícipes de la vida eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor.

71 El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. Amén. Podéis ir en paz. Demos gracias a Dios.

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