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IV Domingo de Pascua.

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Presentación del tema: "IV Domingo de Pascua."— Transcripción de la presentación:

1 IV Domingo de Pascua

2 En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén. La gracia de nuestro Señor Jesucristo,el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros Y con tu espíritu. Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados

3 misterios, reconozcamos nuestros
pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

4 Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

5 Amén. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad.

6 Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo

7 del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

8 ORACIÓN COLECTA Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, concédenos también la alegría eterna del reino de tus elegidos, para que así el débil rebaño del tu Hijo tenga parte en la admirable victoria de tu Pastor.

9 Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amen.

10 Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles
En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo, dijo: -- Jefes del pueblo y ancianos, escuchadme: porque le hemos hecho un favor a un enfermo, nos interrogáis hoy para averiguar que poder ha curado a ese hombre. Pues quede bien claro, a vosotros

11 y a todo Israel, que ha sido el nombre de Jesucristo Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra angular;

12 ningún otro puede salvar y, bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre que pueda salvarnos.
Palabra de Dios

13 La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular

14 Dar gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia. Mejor es refugiarse en el Señor, que fiarse de los jefes.

15 La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular

16 La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular

17 Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación, La piedra que desecharon los arquitectos. es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente

18 La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular

19 Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor. Tú eres mi Dios, te doy gracias. Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

20 La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular

21 Lectura de la primera Carta del apóstol San Juan
Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues, ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no lo conoció a Él. Queridos: ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que,

22 cuando se manifieste, seremos semejantes a Él, porque le veremos tal cual es.
Palabra de Dios

23 Lectura del santo Evangelio según San Juan
En aquel tiempo dijo Jesús: -- Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y los dispersa; y es que a un asalariado

24 no le importan las ovejas
no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo Pastor.

25 Por eso me ama el Padre: porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para quitarla y tengo poder para recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para quitarla y tengo poder para recuperarla. Este mandato he

26 recibido de mi Padre. Palabra del Señor

27 HOMILÍA

28

29 CREDO

30 Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y

31 sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

32 la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén

33 ORACIÓN DE LOS FIELES

34 Pidamos a Dios que el poder de Jesús resucitado se manifieste en su Iglesia. Digamos juntos:
-Te lo pedimos, Señor.

35 Por la Iglesia: para que en este tiempo de alegría pascual reconozca en sus pastores la presencia viva y misteriosa de Cristo, el único Pastor. Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

36 Por los sacerdotes y consagrados y por todos aquellos a quienes se les confía el anuncio del Evangelio: para que transmitan el mensaje salvador de Cristo desde un compromiso radical con la verdad. Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

37 Por nuestra sociedad: para que vivamos como hermanos y reinen la paz y la concordia.
Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

38 Por los jóvenes: para que sean generosos en el seguimiento del Señor y sean muchos los que se entreguen a él en el sacerdocio y en la vida consagrada. Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

39 Por los enfermos y los que sufren: para que Jesús los conforte y alivie.
Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

40 Por nosotros, por nuestros familiares y amigos y por los que se encomiendan a nuestra oración.
Oremos: -Te lo pedimos, Señor.

41 Señor Jesús, tú que diste tu vida para que nosotros la tuviéramos en abundancia. Escucha nuestras oraciones y no permitas que nos apartemos de ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

42 LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

43 Bendito seas, Señor, Dios del universo,
por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. Bendito seas por siempre, Señor.

44 Bendito seas, Señor, Dios del universo,
por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. Bendito seas por siempre, Señor.

45 Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

46 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Concédenos, Señor, que la celebración de estos misterios pascuales nos llene siempre de alegría y que la actualización repetida de nuestra redención sea para nosotros fuente de gozo incesante. Por Jesucristo nuestro Señor.

47 El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.

48 En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo, en que Cristo, nuestra pascua, ha sido inmolado. Porque él es el verdadero Cordero que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida.

49 Por eso, con esa efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:

50 Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de su gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor.

51 Santo eres en verdad, Señor,
fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente

52 aceptada, tomó pan; dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE EL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

53 Del mismo modo, acabada la cena,
tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y BEBED TODOS DE EL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS

54 HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA.
Éste es el Sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. !Ven, Señor Jesús!

55 Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos, humildemente, que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos

56 del Cuerpo y Sangre de Cristo.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y reunida aquí en el día santísimo de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo; y con el Papa Benedicto, con nuestro Obispo Casimiro y todos los pastores que cuidan de tu

57 pueblo, llévala a su perfección por la caridad.
Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia, admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen, Madre de

58 Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

59 Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Jesús nos enseñó:
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

60 Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

61 Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

62 Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz os dejo, mi paz os doy"; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.

63 Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén. La paz del Señor esté siempre con vosotros. Y con tu espíritu. Podéis daros fraternalmente la paz.

64 Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros. danos la paz.

65 Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. El Cuerpo de Cristo. Amén.

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67 ORACIÓN Pastor bueno, vela con solicitud sobre nosotros y haz que el rebaño adquirido por la sangre de tu Hijo pueda gozar eternamente por las verdes praderas de tu reino. Por Jesucristo Nuestro Señor.

68 El Señor esté con vosotros.
Y con tu espíritu. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. Amén. Podéis ir en paz. Demos gracias a Dios.

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