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14 de Abril de 2013
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3er DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN Evangelio: Juan 21, 1-14
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3er DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN Evangelio: Juan 21, 1-14 El reflejo del encuentro comunitario y personal con el Resucitado
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El Texto Jesús resucitado se apareció otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades.
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El Texto Sucedió así: estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.
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El Texto Simón Pedro les dijo: «Voy a pescar». Ellos le respondieron: «Vamos también nosotros».
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El Texto Salieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.
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El Texto Al amanecer, Jesús estaba en la orilla, aunque los discípulos no sabían que era Él.
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El Texto Jesús les dijo: «Muchachos, ¿tienen algo para comer?» Ellos respondieron: «No». Él les dijo: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán».
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El Texto Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla.
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El Texto El discípulo al que Jesús amaba dijo a Pedro: «¡Es el Señor!»
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El Texto Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se ciñó la túnica, que era lo único que llevaba puesto, y se tiró al agua.
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El Texto Los otros discípulos fueron en la barca, arrastrando la red con los peces, porque estaban sólo a unos cien metros de la orilla.
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El Texto Al bajar a tierra vieron que había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan.
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El Texto Jesús les dijo: «Traigan algunos de los pescados que acaban de sacar».
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El Texto Simón Pedro subió a la barca y sacó la red a tierra, llena de peces grandes: eran ciento cincuenta y tres y, a pesar de ser tantos, la red no se rompió.
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El Texto Jesús les dijo: «Vengan a comer». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Quién eres?», porque sabían que era el Señor.
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El Texto Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado.
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El Texto Ésta fue la tercera vez que Jesús resucitado se apareció a sus discípulos. Palabra del Señor
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Sigamos en la línea de la meditación que hicimos la semana anterior, mirando el evangelio desde la clave de la vida comunitaria
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ya que, como decíamos, creemos que es la más cercana a la experiencia de fe que fomentó, quiere y espera Jesús.
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Además, agregaremos algunas preguntas que quieren ayudar a revisar la vida propia respecto a la fe
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En primer lugar notemos que el grupo no está completo: sólo se nombra a siete discípulos
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A veces nos falta gente en la comunidad ¿le hacemos saber a esos hermanos que los hemos echado de menos; que nos hacen falta?
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Y, en lo personal: ¿manifestamos a nuestros seres queridos, familiares, amigos, vecinos. que nos son importantes?
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Los discípulos, después del impacto de todo lo vivido en vez de continuar la misión de dedicarse a ser “pescadores de hombres”
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quieren retroceder a lo ya conocido; a lo que hacían antes de conocer a Jesús «Voy a pescar». «Vamos también nosotros»
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¿Mantenemos presente el objetivo de nuestra comunidad para seguir avanzando en lo que el Señor quiere de nosotros…
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…y, así, evitar volver a lo que ya hemos hecho con una comodidad antievangélica?
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Y, en lo personal: ¿me planteo desafíos en mi relación con Dios? ¿o me contento con lo de siempre, la rutina infértil?
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El intento de los discípulos les es infructuoso «esa noche no pescaron nada» ¿Qué les faltará?
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La oscuridad de la noche los envuelve porque sólo contaron con sus fuerzas y no habían considerado al Señor para que los acompañara.
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Después logran sólo vislumbrarlo «al amanecer, Jesús estaba en la orilla»
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Cuando Jesús está, la oscuridad queda atrás porque él es «la luz del mundo»
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¿Nuestra comunidad tiene siempre presente al Señor en las actividades, no sólo en la oración inicial…
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…sino usando y actualizando sus criterios en las decisiones que tomamos y las actividades que programamos?
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Y, en lo personal: ¿en qué me baso para tomar decisiones trascendentes? ¿he probado usar la pregunta orientadora del Padre Hurtado: “qué haría Cristo en mi lugar”?
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A continuación se produce el diálogo con Jesús donde él busca guiarlos desde su propia experiencia, desde su quehacer cotidiano
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les pregunta por los resultados de lo que han hecho «Muchachos, ¿tienen algo para comer?»
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ellos deben reconocer que les fue mal, entonces el Señor sugiere un camino para encontrar lo que necesitaban: «Tiren la red a la derecha de la barca y encontrarán»
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Nuestra comunidad ¿sólo hace oración pragmática (mecánica, autómata, “por cumplir”)?
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O ¿dedica tiempo al diálogo con el Señor meditando la Biblia…
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haciendo retiros y jornadas de profundización para alimentar nuestra experiencia de quién es Él y qué quiere de nosotros hoy y también para el futuro?
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Y, en lo personal: ¿Cuánto y de qué calidad es mi conversación (Oración) con Él?
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¿Me hago tiempo suficiente para encontrarlo en las Escrituras?
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Confiando en su palabra, aunque sonara descabellada esta vez fueron exitosos «Ellos la tiraron y se llenó tanto de peces que no podían arrastrarla»
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o sea, no sólo les fue bien esta vez sino que sobrepasaron las expectativas que se habían propuesto
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¿Nuestra comunidad ha tenido experiencias de esos pequeños y grandes milagros que le han dado vitalidad?
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¿Recurrimos a esas vivencias en momentos de dificultad para alentarnos y cuando queremos emprender nuevos desafíos para partir con más fuerzas?
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Y, en lo personal: ¿sería capaz de decir que nunca “el Señor ha hecho en mí maravillas”?
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¿Qué me hace sentir o, mejor, cómo responde mi forma de vivir y de actuar con los demás recordar esas intervenciones divinas en favor mío?
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Todo esto abre los ojos de quien es más sensible a captar la acción misteriosa de Dios ése es «el discípulo al que Jesús amaba» y al que sigue amando
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el auténtico discípulo es quien en distintas circunstancias logra reconocerlo y lo proclama: «dijo a Pedro: "¡Es el Señor!"»
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Aquello moviliza a toda la comunidad en dirección a él
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La vida de nuestra comunidad ¿da a entender que reconoce al Señor en los más pobres, sufrientes y marginados…
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…que es donde él indicó que lo encontraríamos? ¿Cómo vive esa experiencia?
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Y, en lo personal: ¿me dice algo aquello de cuando diste de comer al hambriento o de beber al sediento o de atender a quien lo necesite…
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…es el mismo Señor quien se siente acogido? (ver Mateo 25,34 y siguientes)
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Miremos ahora cómo son recibidos por el Resucitado: «había fuego preparado, un pescado sobre las brasas y pan»
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«Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio, e hizo lo mismo con el pescado» para dejarles claro que no había cambiado
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seguía siendo el mismo que conocían en sus actitudes que lo distinguían de los demás, el que antes les había dicho: «yo estoy entre ustedes como el que sirve» (Lucas 22,27)
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Por eso, «sabían que era el Señor»
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Para todos el mensaje es y sigue siendo: «Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes» (Juan 13,15)
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Así cualquiera puede reconocer al Señor resucitado en mi comunidad y en mi vida personal
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Concédenos, Señor, que lo que hacemos refleje tu presencia en el mundo que tanto lo necesita. Así sea.
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