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El cristianismo primitivo

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Presentación del tema: "El cristianismo primitivo"— Transcripción de la presentación:

1 El cristianismo primitivo
y medieval Mario Ordoyo

2 Índice 1.Nacimiento del cristianismo
2.Primera expansión del cristianismo 3.Persecuciones 4.La religión es tolerada 5.Monasterios 6.Peregrinaciones 7.Cruzadas 8.Caballeros cruzados 9.Catedrales góticas

3 Nacimiento del cristianismo
Conocemos los orígenes y formación del cristianismo por, en primer lugar, los libros del Nuevo Testamento, que refieren la vida y muerte de Jesús y algunos hechos relativos al establecimiento de la Iglesia. Aun siendo escritos de creyentes en el mensaje cristiano, y no tratarse, en consecuencia, de testimonios imparciales, muchos de sus informes responden perfectamente a la ideología y las costumbres del medio judío y el mundo helenístico-romano en que se sitúan los hechos. Por otra parte, aunque representen una defensa de la realidad cristiana, constituyen un testimonio palpitante y sincero más que una apología a toda costa. Basta pensar en el papel poco airoso que repetidas veces hacen los primeros dirigentes de la comunidad, los apóstoles de Jesús: obtusos, egoístas, cobardes y hasta desleales al Maestro. El retrato del propio Jesús rebosa humanidad incluso en su misma actividad taumatúrgica de curar enfermos y expulsar demonios.

4 ÍNDICE Jesús Los 12 Apóstoles
Jesús de Nazaret fue un judío palestino condenado a muerte por Poncio Pilatos, el procurador de la provincia de Judea, la cual comprendía el territorio del viejo reino hebreo de Judea. El cristianismo surgió del judaísmo, por lo que conviene volverse hacia el mundo político-religioso judío con el fin de encontrar los comienzos del cristianismo. Los 12 Apóstoles Juan. Se supone que murió en la isla griega de Patmos, o por lo menos es ahí cuando le perdemos la pista (no más tarde del año 95). El enterramiento es desconocido, aunque puede que esté en ¿Patmos?. La isla estuvo deshabitada entre los siglos VII y XI, por lo que no quedan trazas de dónde pudiera estar enterrado Juan. Por último, decir que la identificación que se hace entre Juan Evangelista, Juan el Apóstol y Juan de Patmos (autor del Libro del Apocalipsis) no es trivial. Hay margen de error. Siempre se ha creído así, y es muy probable que así sea. Es muy difícil de demostrar y de refutar porque las sucesivas traducciones del Apocalipsis, Evangelio según San Juan, y Cartas de los Apóstoles, hacen (casi) imposible un análisis estilístico que despeje estas dudas. Felipe. Predicó en Grecia, Siria y Frigia, en Anatolia. Fue martirizado en Hierápolis, alrededor del año 80. La tradición dice que fue enterrado cerca de donde murió. Es probable que la basílica que se edificó poco tiempo después estuviera en ese mismo sitio. Sin embargo, se desconoce el paradero de los restos del apóstol, ya que alrededor del año 600 la ciudad fue arrasada por los persas, y posteriormente por un terremoto. Estuvo deshabitada durante más de un siglo en la edad media, y sufrió otro terremoto en el siglo XVI. A día de hoy hay varias excavaciones en curso, y una de ellas está centrada en las ruinas del Martyrium, donde se supone que estaría enterrado San Felipe (la basílica a la que hacía referencia antes). Andrés. Probablemente los restos más viajeros de todos. Martirizado en Patras, Grecia. De allí fueron a Constantinopla, luego (según las tradiciones escocesas) parte de ellos fueron a St.Andrews en Escocia, de donde es patrón; en 1453, con la conquista turca, fueron sacados de Constantinopla y llevados a Morea, donde estuvieron hasta 1461 en que Tomás Paleólogo los entregó al Papa. En 1964 fueron llevados de vuelta a Patras. Por supuesto, en Escocia permanecen los que tenían desde el principio. Los de Patras no son más que un dedo, parte del cráneo y algunos trozos de la cruz en que fue martirizado. Pedro. La tradición le sitúa en Roma en el momento del Gran Incendio (año 64), y crucificado poco tiempo después. En 1968 se anunció que Pedro estaba enterrado bajo la cripta de la Basílica de San Pedro (¿dónde si no?). Los análisis de los restos encontrados decían que eran de un hombre de unos sesenta años, por lo que no desmienten que se tratara de San Pedro. Parece posible que se trate de sus restos, ya que hay continuidad en la presencia de una comunidad cristiana en esta iglesia, y parece razonable que fuera martirizado y enterrado en Roma. Santiago el Menor. Este es el Apóstol del que menos se sabe. Sólo aparece mencionado una vez en los Evangelios, y no está nada clara su figura. La única fecha referente a su muerte que he encontrado la sitúa en el año 62, y el lugar puede ser Jerusalén (aunque es poco probable) o Egipto (más probable). Al parecer, fue cortado en trozos, lo que explica que no haya ni rastro de su cuerpo. Mateo. Desde el siglo I la autoría de su Evangelio no estuvo muy clara. Sin embargo, le fue atribuida a San Mateo. Por lo visto, a día de hoy eso es más que improbable. Se ha descartado que se trate de un texto originalmente escrito en arameo y luego traducido al griego, y al parecer se escribió en griego originalmente. Eso descartaría la autoría de San Mateo. Sobre su muerte y sepultura, hay poco que decir. Una tradición sitúa su muerte en Etiopía alrededor del año 80. Otra afirma que fue martirizado en Hierápolis (como Felipe, lo que nos hace pensar que pueda haber una confusión). En la ciudad italiana de Salerno dicen tener sus restos. Tomás. Hay una oscura teoría que afirma que Judas Tadeo y Tomás son la misma persona. Aquellos que decidan creerla, ver punto 10. Para el resto, Felipe predicó en la India, donde murió alrededor del año 72. Sus restos permanecieron allí hasta el año 232, cuando fueron trasladados a Edessa, en el sur de Turquía. En el año 1258 fueron llevadas a la isla de Quíos, en el Egeo, y de ahí a Ortona, en Italia, donde siguen a día de hoy. Salieron bastante viajeros los restos de Felipe. Hace poco más de un año hubo una extraña polémica por unas palabras del Papa Benedicto XVI acerca de la ruta seguida por San Felipe. Santiago el Mayor. Martirizado en Jerusalén en el año 44, se supone que sus restos están en Santiago de Compostela. Hay muchas dudas al respecto, sobre todo porque la leyenda que afirmaba que Santiago había estado predicando en la península es cinco siglos posterior al propio viaje. No se ha hecho análisis alguno a los restos. Lamentándolo mucho, me parece muy poco probable que el hombre enterrado en la Catedral sea Santiago. Judas Tadeo. La tradición armenia le une a Simón Zelote en su peregrinaje por estas tierras, y por Persia. Una leyenda griega le convierte en el novio de las Bodas de Caná, por lo que sería pariente de Cristo. Sus restos permanecieron en un monasterio cercano al Lago Issyk Kul en el actual Kirguizistán hasta que fueron trasladados a Roma en el siglo XV. Hoy en día sus restos descansan en la Basílica de San Pedro de Roma, pero hay quien sostiene que fueron trasladados al Hindu Kush. Judas Iscariote. El Evangelio según San Mateo (lo escribiera quien lo escribiera) afirma que se suicidó colgándose de un árbol. Sus restos no han sido nunca objeto de veneración, por lo que no se sabe donde están. Lo más probable es que terminaran en una fosa común en Jerusalén. Simón el Zelote. Sobre este apóstol hay múltiples versiones: hay quien dice que fue martirizado en Samaria, o en lo que hoy es Georgia, o en Persia, o que murió pacíficamente en Edesa (en la actual Turquía). Incluso hay quien lo sitúa en Glastonbury (sí, la ciudad del festival). Muchas hipótesis y pocos datos. Bartolomé. Predicó junto a Judas Tadeo en Armenia, y fue martirizado en lo que hoy es Azerbayán. La tradición nos dice que sus restos viajaron hasta Sicilia, y luego hasta Roma, donde llegaron a finales del siglo X. En Frankfurt afirman tener parte de su cráneo.

5 Primera expansión del cristianismo
ÍNDICE

6 Persecuciones ÍNDICE La persecución de Trajano, 109-111
La razón más probable de la persecución fue, por parte de los judíos, la herejía que representaba la doctrina cristiana desde un punto de vista de la doctrina tradicional judío, ya que entre otras cosas, la idea de un Dios-Hombre chocaba con su arraigado monoteísmo. Además a oídos romanos, la predicación de los cristianos sobre el inminente regreso del rey de los judíos y el establecimiento de su reino, era sediciosa. Esta oposición judía fue un potente motor para plantar en Roma la semilla del odio al incipiente cristianismo. Numerosos cristianos han sufrido persecuciones por parte de no cristianos e incluso de otros cristianos de creencias diversas o más o menos estrictas durante la historia del cristianismo. Tal persecución admitía varios grados, desde el arresto sin garantías, la mengua de derechos públicos, el encarcelamiento, el azotamiento y la tortura, la ejecución, llamada martirio, pasando por el pago de un impuesto suplementario (como el caso de los mozárabes), la confiscación de sus bienes o incluso la destrucción de sus propiedades, su arte, sus libros y sus símbolos o la incitación a abjurar de sus principios y delatar a otros cristianos. La persecución de Trajano, La persecución de Domiciano, 81-96 La persecución de Nerón, 64-68 Otro emperador que se recuerda por su crueldad con los cristianos fue Domiciano, entre los años 81 y 96. Entre los numerosos cristianos martirizados durante esta persecución estaban Simeón, obispo de Jerusalén, que fue crucificado. Flavia, hija de un senador romano La persecución de Diocleciano fue planeada por la suprema autoridad imperial, que en poco más de un año promulgó cuatro edictos sucesivos, en los cuales se marca el ritmo creciente de la acción emprendida contra la Iglesia:1º ordenaba la destrucción de los lugares de culto y de los libros de las Sagradas Escrituras, y la privación de derechos civiles a los cristianos;2º dispuso el internamiento en prisión de todo el clero, con el fin de privar a los fieles de sus pastores;3º exigía a los clérigos encarcelados que sacrificasen a los dioses: los que accedieran serían libertados y se daría muerte a los que rehusasen;4º extendió la obligación de sacrificar a todos los cristianos. El rigor con que fueron aplicadas estas medidas varió de una a otra región, como reflejo de la división del Imperio. En toda la parte oriental la persecución fue muy dura, y también en las provincias occidentales gobernadas por Maximiano. En cambio, la persecución apenas se sintió en las Galias y en Britanía En su balance final, la persecución constituyó un rotundo fracaso.. Fueron, muy numerosos los mártires y confesores. Entre aquéllos se cuentan nombres famosos como los de Santa Inés, los santos médicos Cosme y Damián, San Sebastián, etc. España fue quizá la región del Occidente donde hubo mayor número de mártires, que fueron cantados por el poeta Aurelio Prudencio.. La Iglesia salió fortalecida de la persecución. Una de las más famosas y quizá la más temprana es la originada por el emperador Nerón, en torno al cual se originó la leyenda de su autoría del incendio que acabó con varios barrios de la ciudad de Roma. Los cristianos se convirtieron en objeto de su ira tras este gran incendio de Roma, en 64 d.C. Algunas personas sospechaban que Nerón mismo comenzó el incendio, así que el apuntó su dedo acusador a los cristianos. Esto lo hizo confiadamente, porque sabía que la gente miraba mal a los cristianos, y así se podía librarse de cualquier acusación. El incendio y la acusación de Nerón a la iglesia, provocó definitivamente una persecución a todos los cristianos. Se difundieron noticias de ritos asombrosos y atroces, se dijo que era una secta que conspiraba contra los dioses de Roma y el poder legítimamente establecido. Los mártires fueron innumerables (una muchedumbre ingente, según Tácito), y se les hizo morir entre refinados tormentos: crucificados, arrojados a las fieras en el anfiteatro, envueltos en pieles de animales para los perros, o convertidos en antorchas vivientes en los jardines vaticanos. Entre 109 y 111 dC, Plinio el Joven fue enviado por el emperador Trajano (98-117) a la provincia de Bitinia como gobernador. Durante su mandato, Plinio encuentran a los cristianos, y escribe al emperador sobre ellos. El gobernador indicó que había ordenado la ejecución de varios cristianos. Sin embargo, no estaba seguro de qué hacer con aquellos que dijeron que ya no eran cristianos, y pidió a su consejo de Trajano. El emperador respondió que los cristianos no deben ser buscados y que las acusaciones anónimas deben ser rechazadas como una muestra "indigna de nuestra época", y si se retractan y "adoran a nuestros dioses", deben ser liberados. Los que persistan, sin embargo, deben ser castigados.

7 La religión es tolerada
ÍNDICE Edicto de Milán El Edicto de Milán (en latín, Edictum Mediolanense), conocido también como La tolerancia del cristianismo, fue promulgado en Milán en el año 313 y en él se establecía la libertad de religión en el Imperio romano, dando fin a las persecuciones dirigidas por las autoridades contra ciertos grupos religiosos, particularmente los cristianos. El edicto fue firmado por Constantino I el Grande y Licinio, dirigentes de los imperios romanos de Occidente y Oriente, respectivamente. En el momento de la promulgación del edicto, existían en el Imperio cerca de 1500 sedes episcopales y al menos de 5 a 7 millones de habitantes de los 50 que componían el imperio profesaban el cristianismo.1 Después de la aprobación, se inició la etapa conocida por los historiadores cristianos como la Paz de la Iglesia. El Edicto Cunctos Populos También conocido como Edicto de Tesalónica, es promulgado por el emperador romano nacido en España, Teodosio el Grande, el 27 de febrero del año 380. Desde el punto de vista histórico, hay que ponerlo en relación con dos decretos: el Edicto de Tolerancia de Nicomedia y el Edicto de Milán. El Edicto de Tesalónica no es un edicto de despenalización o de tolerancia, es un verdadero edicto de cristianización, es decir, que declara “oficialmente” cristiano el Imperio.

8 Monasterios

9 Regla monástica de San Benito de Nursia
El monje inicia su jornada antes del amanecer con los maitines u oficio de lectura. 7.45 Laudes Al amanecer, se reúnen de nuevo para el canto de Laudes, acción de gracias por el día que empieza. Sigue después el desayuno. 9.00 Trabajo o estudio Cada monje desarrolla la actividad que se le ha encomendado. 12.00 Eucaristía La celebración diaria de la Eucaristía es el centro de la espiritualidad de la jornada. 13.30 Comida 15.20 Hora media 15.30 Trabajo De nuevo el monje se dedica al trabajo hasta la hora de Vísperas. 19.00 Vísperas Acción de gracias por el día que está terminando y por el trabajo realizado. 20.15 Cena 21.30 Completas Antes del descanso nocturno los monjes vuelven al coro para la oración de Completas que "completa" el día e introduce en la noche con su descanso. 6.15 ÍNDICE

10 Peregrinaciones -Peregrinación a Roma: A Roma conducía una de las tres principales vías de peregrinación medieval, la cual le daba el nombre a sus peregrinos de romeros. El objetivo último de los romeros era alcanzar la basílica de San Pedro y la visita a los sepulcros de San Pedro y San Pablo. Si ello fuera poco, Roma tenía numerosas iglesias plagadas de reliquias de santos y mártires de la antigüedad. La principal ruta de acceso a Roma fue la Vía Francígena que arrancaba desde Canterbury y atravesaba de noroeste a sureste Francia y Suiza, para penetrar en Italia por los Alpes. Se inicia a partir de la visita del arzobispo de Canterbury, Sigerico el Serio a finales del siglo X y sus escritos con la descripción de las etapas. Como en los restantes casos, diversos caminos secundarios permitían el acceso a la Vía Francígena desde otros puntos de Europa. También existieron caminos alternativos para llegar al lugar de entierro del sucesor de Cristo en la Tierra. El momento álgido de las peregrinaciones a Roma comienza en 1300 al proclamar el papa Bonifacio VIII la indulgencia plenaria a los romeros. -Peregrinación a Jerusalén: Los peregrinos a Jerusalén eran denominados palmeros, puesto que los que lograban regresar, lo hacían con palmas. Las peregrinaciones a Jerusalén y Tierra Santa ya existían desde la Antigüedad tardía y ni siquiera la conquista musulmana las había conseguido eliminar. Tal era el influjo y prestigio de estas tierras donde habían vivido los personajes sagrados del Nuevo Testamento y donde Cristo murió para salvación de la humanidad. El fenómeno de la peregrinación a Tierra Santa y la necesidad de proteger a los palmeros fue uno de los factores de estímulo al espíritu de guerra santa que culminaría en las Cruzadas, que durante dos siglos enfrentó a parte de la Cristiandad con el Islam.

11 -Peregrinación a Compostela: Quienes se dirigían hacia Compostela se llamaron durante la Edad Media peregrinos. El proceso de peregrinación a Compostela se inicia casi inmediatamente al descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago el Mayor en el siglo IX aunque adquiere su auge durante las últimas décadas del siglo XI, todo el XII y parte del XIII. A pesar de que su teórica menor importancia frente a lugares como Roma y Jerusalén, Compostela se convierte en el lugar preferido por la peregrinación europea. Se establece una ruta principal llamada Camino Francés que recorre más dos tercios de la Península Ibérica por su extremo norte (de oeste a este) y que parte de innumerables lugares de Europa que se van juntando en Francia y que también pasan por otros santuarios con reliquias de menor importancia. El éxito en el desarrollo del Camino de Santiago, además de la espontánea devoción religiosa popular, se debió a la acertada labor de organización y construcción de infraestructuras (hospitales, puentes, calzadas) por parte del papado y especialmente de varios reyes hispanos. Como ocurría en los casos de Roma y Jerusalén, y aunque el camino Francés era el más transitado, se establecieron otras rutas para visitar la tumba de Santiago según el punto geográfico de origen de cada peregrino. Se celebra Año Jubilar Jacobeo o Año Santo Jacobeo el año en que el 25 de julio (festividad de Santiago Apóstol) cae en domingo, sucediéndose con una cadencia regular de años. Este Jubileo perpetuo sólo se da en cuatro lugares en el mundo: Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela y Santo Toribio de Liébana. ÍNDICE

12 Cruzadas El siglo XI fue el apogeo de la fe cristiana, donde la ilusión de una Europa unificada bajo la autoridad papal, parecía ser una realidad palpable. Esta época gloriosa se empañó cuando los turcos seléucidas abrazaron el islam y se opusieron a toda fe distinta de la suya. Con el objetivo de eliminar a sus adversarios religiosos, atacaron el imperio de Oriente y se apoderaron del Asia menor. Los peregrinajes a Tierra Santa fueron prohibidos y el odio se hizo evidente entre estos fanáticos musulmanes y los caballeros, que también habían jurado defender la fe católica aún a riesgo de sus vidas. Con el objetivo de erradicar a los infieles musulmanes de Tierra Santa, enarbolando una bandera que mostraba como símbolo una cruz roja, se inició la Guerra Santa, por orden del Papa Urbano II. Los cruzados obtenían privilegios terrenales por participar en estas campañas y sobre todo los motivaba hallar la salvación espiritual al luchar por los ideales cristianos. Hubo en total ocho cruzadas, entre los siglos XI y XIV. ÍNDICE

13 Caballeros cruzados ÍNDICE
Los Caballero Templarios u Orden de los Pobres Caballeros de Cristo fue una de las organizaciones militares cristianas más famosas de la historia. Fue fundada en 1119 tras la primera cruzada por nueve caballeros franceses, bajo el mando de Hugo de Payens. Su objetivo era proteger la vida de los peregrinos cristianos que viajaban a Jerusalén. Se había organizado una cruzada para reconquistar Jerusalén de manos de los musulmanes. La cruzada fue un éxito y los peregrinos empezaron a viajar hasta Jerusalén para poder rezar ante el sepulcro de Cristo. Como el viaje desde Europa era largo la mayoría de los peregrinos viajaban con todos sus bienes, o por lo menos con una gran cantidad de dinero, constituyendo una presa muy apetecible para salteadores de caminos y bandidos.

14 Catedrales góticas ÍNDICE


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