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Te suplicamos Oh Señor, Dios Nuestro; que pongas la Paz del Cielo

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Presentación del tema: "Te suplicamos Oh Señor, Dios Nuestro; que pongas la Paz del Cielo"— Transcripción de la presentación:

1

2 Te suplicamos Oh Señor, Dios Nuestro; que pongas la Paz del Cielo
en los corazones de los hombres, para que puedas unir a las naciones en una alianza inquebrantable, en el Honor de Tu Santo Nombre. Purifícanos con la limpieza de Tu Verdad y guía nuestros pasos en santidad interior. Danos concordia y paz a nosotros y a todos los seres vivos de la tierra, como la distes a nuestros padres cuando te suplicaron, con fe verdadera, dispuestos a obedecer al Santísimo y Todo poderoso. Concede a los que nos gobiernan y nos conducen en la tierra, un recto uso de la soberanía que les has otorgado. Señor, haz sus criterios conformes a lo que es bueno y agradable a Tí, para que, utilizando con reverencia, paz y bondad el poder que les has concedido, puedan encontrar favor ante Tus ojos. Solo Tú puedes hacerlo, esto y mucho más que esto. Gloria a Ti! Ahora y Siempre. San Clemente de Roma. Papa. Año 101

3 Oh, Señor, Tú ves como por todas partes
los vientos han estallado y el mar se convulsiona con la gran violencia de las olas crecientes. Ordena, te lo pedimos, que calmes los vientos y los mares. Restaura la paz entre nosotros, esa paz que solo Tú nos puedes ofrecer y restaura la armonía social. Bajo tu mirada protectora y tu inspiración puedan los hombres y mujeres volver al orden, venciendo la codicia, convirtiéndonos en lo que debemos ser, reflejo del amor de Dios, de la justicia, de la caridad con el prójimo, haciendo uso ordenado de todas las cosas. Haz que tu reino llegue. Que todos puedan reconocer que están sujetos a Ti, y que deben servirte, porque eres la verdad y la salvación; que sin Ti, todo lo que se hace es en vano. Tu ley, Señor, es justa y paternalmente bondadosa. Tú estás siempre a nuestro lado con tu fuerza y tu poder abundante para ayudarnos. La vida en la tierra es una guerra, pero Tú ayudas al ser humano a conquistar lo que necesita. Tú sostienes al débil y lo coronas con la victoria. Papa León XIII

4 que eres llamado Príncipe de la Paz,
Señor Jesucristo, que eres llamado Príncipe de la Paz, que eres Tú mismo nuestra paz y reconciliación, que tan a menudo dijiste: "La Paz contigo, la paz les doy.“ Haz que todos hombres y mujeres den testimonio de la verdad, de la justicia y del amor fraternal. Destierra de nuestros corazones cualquier cosa que podría poner en peligro la paz. Ilumina a nuestros gobernantes para que ellos pueden garantizar y puedan defender el gran regalo de la paz. Que todas las personas de la tierra se sientan hermanos y hermanas. Que el anhelo por la paz se haga presente y perdure por encima de cualquier situación. Beato Juan XXIII

5 Tu que creaste a los hombres para ser herederos de tu gloria,
Señor, Dios de la paz, Tu que creaste a los hombres para ser herederos de tu gloria, Te bendecimos y agradecemos porque nos enviaste a Jesús, tu hijo muy amado. Tu hiciste de El, en el misterio de su Pascua, el realizador de nuestra salvación, la fuente de toda paz, el lazo de toda fraternidad. Te agradecemos por los deseos, esfuerzos y realizaciones que tu Espíritu de paz suscitó en nuestros días, para sustituir el odio por el amor, la desconfianza por la comprensión, la indiferencia por la solidaridad. Abre todavía mas nuestro espíritu y nuestro corazón para las exigencias concretas del amor a todos nuestros hermanos, para que seamos, cada vez mas, artífices de la PAZ. Acuérdate, oh Padre, de todos los que luchan, sufren y mueren para el nacimiento de un mundo mas fraterno. Que para los hombres de todas las razas y lenguas venga tu Reino de justicia, paz y amor. Amen. Papa Pablo VI

6 Oh, Dios, Creador del universo, que extiendes tu preocupación paternal
sobre cada criatura y que guías los eventos de la historia a la meta de la salvación; reconocemos tu amor paternal que a pesar de la resistencia de la humanidad y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia, Tú nos haces preparar para la reconciliación. Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia; envía tu Espíritu sobre nosotros, para que él pueda obrar en la intimidad de nuestros corazones; para que los enemigos puedan empezar a dialogar; para que los adversarios puedan estrecharse las manos; y para que las personas Puedan encontrar entre sí la armonía. Para que todos puedan comprometerse en la búsqueda sincera por la verdadera paz; para que se eliminen todas las disputas, para que la caridad supere el odio, para que el perdón venza el deseo de venganza. Juan Pablo II Día Mundial por la Paz, 1 de enero del 2002

7 concede tu paz a nuestro violento mundo:
Dios de la Paz, concede tu paz a nuestro violento mundo: paz en los corazones de todos los hombre y mujeres y paz entre las naciones de la tierra. Lleva por tu senda del amor a aquellos cuya mentes y corazones están nublados por el odio. Haz que aquellos cuyas vidas fueron salvadas vivan de manera que las vidas perdidas no lo hayan sido en vano. Confórtanos y consuélanos, fortalécenos en la esperanza y danos la sabiduría y el coraje para trabajar incansablemente por un mundo en el que la verdadera paz y el amor reinen entre las naciones y los corazones de todos. Benedicto XVI

8 organicen algún acto litúrgico según esta intención.
El 7 de septiembre, en la Plaza de San Pedro, aquí, desde las y hasta las 24.00, nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia para invocar de Dios este gran don para la amada nación siria y para todas las situaciones de conflicto y de violencia en el mundo. ¡La humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de escuchar palabras de esperanza y de paz! Pido a todas las Iglesias particulares que, además de vivir este día de ayuno, organicen algún acto litúrgico según esta intención.

9 con la fuerza del diálogo, de la reconciliación y del amor.
A María le pedimos que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, de la reconciliación y del amor. Ella es Madre: que Ella nos ayude a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos. Ayúdanos, María, a superar también este momento difícil y a empeñarnos a construir cada día y en todo ambiente una auténtica cultura del encuentro y de la paz.

10 María, Reina de la paz, ¡ruega por nosotros! Papa Francisco

11 "Aunque parezca que prevalecen las fuerzas del mal,
quienes creen en Dios saben que el mal y muerte no tienen la última palabra" Juna Pablo II

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