La descarga está en progreso. Por favor, espere

La descarga está en progreso. Por favor, espere

La Ilustración. El Siglo de las Luces

Presentaciones similares


Presentación del tema: "La Ilustración. El Siglo de las Luces"— Transcripción de la presentación:

1 La Ilustración. El Siglo de las Luces

2

3 Concepto La Ilustración es la salida del Hombre de su autoculpable minoría de edad. La minoría de edad significa la incapacidad de servirse de su propio entendimiento sin la guía de otro. Uno mismo es el culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. ¡Sapere audere! ¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento! He aquí el lema de la Ilustración. Inmanuel Kant

4

5

6 Literatura ilustrada Corrientes literarias
Postbarroco. Pretende continuar el estilo, técnicas y temas que fueron característicos del movimiento barroco durante el Siglo XVII. Literariamente no aporta nada nuevo ni de especial calidad. Neoclasicismo. Movimiento que se caracteriza por aplicar las ideas propias de la Ilustración y por buscar un regreso a los valores clásicos griegos y romanos. Los rasgos que definen esta corriente podemos resumirlos en los que siguen: -Vuelta al mundo clásico. -Sometimiento a las reglas de creación literaria (principalmente a las de Aristóteles). -Entienden que el arte y la literatura deben buscar la utilidad. -Eliminación de la obra de arte de los sentimientos desbordados. -Imitación de la naturaleza. Prerromanticismo. Corriente que anticipa el Romanticismo del Siglo XIX al dar prioridad a los sentimientos por encima de la razón. Esa prioridad que cobran los sentimientos explica la aparición, entre otros, del terror ("el sueño de la razón produce monstruos"). También es característico de esta corriente la ambientación de las obras en una naturaleza estridente, macabra o desbordada: días de tormenta, noches oscuras y tenebrosas, cementerios, ruinas, etc... Esta ambientación será la típica del movimiento romántico. Sobre las corrientes artísticas citadas debemos hacer algunas matizaciones: En primer lugar, hemos de saber que el Postbarroco ocupa la práctica totalidad de la primera mitad del Siglo XVIII. En segundo lugar hay que tener en cuenta que en los últimos años del siglo coexisten la corriente neoclásica y la prerromántica. Esta coexistencia no es solo en el tiempo, sino que se da incluso en la obra de algunos escritores, como es el caso de José Cadalso que tiene una parte de su obra que coincide con lo que llamaremos Neoclasicismo (las Cartas marruecas, por ejemplo), y otra parte de la misma a la que podemos llamar prerromántica (las Noches lúgubres).

7 Las cartas marruecas, de José Cadalso.
La prosa El género literario más importante de la prosa del siglo XVIII es el ensayo, ya que, como hemos visto, los rasgos que predominan en esta época se desarrollan mejor con la exposición teórica de ideas, pensamientos y críticas. Entre los ensayistas más conocidos de la época hay que resaltar a Feijoo y a Jovellanos. El ensayo ilustrado tuvo un cauce de difusión muy importante en los periódicos. Aunque habían aparecido esporádicamente en siglos anteriores, es durante el XVIII cuando se produce un desarrollo pleno del periodismo. La rápida divulgación de la prensa escrita (gracias a una lectura cómoda y barata) tuvo dos consecuencias: La toma de conciencia de la importancia de una información sistemática. El reconocimiento por parte de los gobiernos de la capacidad de influencia del periodismo en la opinión pública. La finalidad de los periódicos del siglo XVIII no pudo ser informativa (dadas las dificultades de comunicación y lo tardío de la llegada de las nuevas noticias), sino que fue educativa y divulgativa. Las obras que adoptan forma de carta, bien sea dirigidas a personas reales, bien a personajes ficticios, se convirtió en un género muy abundante durante el siglo XVIII, ya que servía perfectamente para ejercer la crítica de costumbres, comportamientos e ideas. De entre todos los autores de literatura epistolar hay que destacar al gaditano José Cadalso. Pulsa sobre el enlace siguiente para saber más sobre su obra epistolar. Las cartas marruecas, de José Cadalso.

8 LUCHA CONTRA EL BARROCO El padre Feijoó (1676-1764)
LUCHA CONTRA EL BARROCO El padre Feijoó ( ). Teatro crítico Universal (1726): En los españoles picados de cultura dio en reinar de algún tiempo a esta parte una afectación pueril de tropos retóricos, por la mayor parte vulgares, una multitud de epítetos sinónimos, una colocación violenta de voces pomposas que hacen el estilo, no gloriosamente majestuoso, sí asquerosamente entumecido. Al que añaden muchos una temeraria introducción de voces, ya latinas, ya francesas, que debieran ser decomisadas como contrabando del idioma o idioma de contrabando en estos reinos. Ciertamente en España son pocos los que distinguen el estilo sublime del afectado y muchos los que confunden uno con otro.

9 NEOCLASICISMO José Cadalso, Cartas Marruecas (1793):
La decadencia de tu patria en este siglo es capaz de demostración con todo el rigor geométrico. ¿Hablas de población? Tiene diez millones escasos de almas, mitad del número de vasallos españoles que contaba Fernando el Católico. Esta disminución es evidente. Veo algunas pocas casas nuevas en Madrid, y tal cual ciudad grande; pero sal por esas provincias y verás a lo menos dos terceras partes de casas caídas, sin esperanza de que una sola pueda algún día levantarse. Ciudad tienes en España que contó algún día quince mil familias, reducidas hoy a ochocientas. ¿Hablas de ciencias? En el siglo antepasado tu nación era la más docta de Europa, como la francesa en el pasado, y la inglesa en el actual; pero hoy, del otro lado de los Pirineos, apenas se conocen los sabios que así se llaman por acá. […] El atraso de las ciencias en España en este silgo, ¿quién puede dudar que proceda de la falta de protección que hallan sus profesores? Hay cochero en Madrid que gana trescientos pesos duros, y cocinero que funda mayorazgos; pero no hay quien no sepa que se ha de morir de hambre como se entregue a las ciencias, exceptuadas a las del ergo, que son las únicas que dan qué comer.

10 La poesía La poesía española durante el siglo XVIII se adapta a diferentes tendencias: Poesía postbarroca. Este tipo de poesía se da durante toda la primera mitad del siglo. Se trata de una continuación de la poesía barroca y una imitación constante de los maestros de ese movimiento: Góngora y Quevedo. Poesía rococó. Meléndez Valdés. Enfrentamiento con el estilo barroco. Vuelta a los modelos clásicos (griegos y romanos) y del Renacimiento español. Los temas más destacados son: Pastoriles, el amor, visto de una forma sensual y tierna ; los placeres de la vida: el vino, las fiestas, el cuerpo femenino, etc... (poesía anacreóntica) Poesía ilustrada. Meléndez Valdés, Jovellanos o Cadalso. Desde 1770 hasta 1790, aproximadamente, la poesía española del XVIII se llena de los grandes temas que preocupan a los ilustrados: la amistad y la solidaridad, la búsqueda de la felicidad y del bien común, la importancia de la educación, el papel de la mujer en la sociedad y la crítica de las costumbres. La finalidad de la poesía entienden que debe ser didáctica. Esto explica la abundancia de fábulas, género muy útil para conseguir el ideal ilustrado de "enseñar entreteniendo“ (Tomás de Iriarte y Felix Mª de Samaniego). Poesía prerromántica. Meléndez Valdés. Cienfuegos, Lista, Quintana. En los últimos años del siglo empiezan a aparecer autores y obras en las que se expresa de un modo directo los sentimientos más íntimos sin someterse a las normas preestablecidas. Los caracteres que la definen pueden ser: Los temas más característicos son la soledad, el fracaso amoroso, la muerte. La ambientación tenebrosa (tumbas, ruinas, noches tormentosas y misteriosas). Lingüísticamente se caracterizan por la abundancia de exclamaciones, apóstrofes...

11  Juan Menéndez Valdés (1797)
Insensible nos hace la opulencia, insensible nos hace. Ese bullicio, ese continuo discurrir veloces mil doradas carrozas, paseando los vicios por las anchas calles; esas empenachadas cortesanas, brillantes en el oro y pedrería del cabello a los pies; esos teatros, de lujo de maldades docta escuela, do un ocioso indolente a llorar corre Andrómaca o Zaida, mientras sordo al anciano infeliz vuelve la espalda que a sus umbrales su dureza implora.

12 El teatro Como sucedía con la poesía, durante toda la primera mitad del siglo las formas teatrales que predominan son herederas del Barroco, tanto en temas como en forma. En la segunda mitad del siglo aparecerá lo que denominamos teatro neoclásico. Los caracteres que lo definen son los que siguen a continuación: Intención didáctica. Para los ilustrados el teatro constituía el mejor medio de propaganda de sus ideas de reforma de la sociedad. Sometimiento a las reglas. Algunas de las reglas que se aplicaron en la época son: -El argumento representado debe respetar la verosimilitud. -Guardar el decoro: los personajes deben comportarse, hablar y actuar de acuerdo con su sexo y condición social. -Respetar las unidades de lugar, tiempo y acción. -No mezclar tragedia y comedia. -No presentar escenas violentas, sino narrarlas en escena cuando sea el caso. -No situar más de tres personajes en escena a la vez, y no dejarla nunca vacía. -Eliminar el personaje del gracioso. -Utilizar un lenguaje claro. Entre los escritores más destacados encontramos a Leandro Fernández de Moratín, autor, entre otras, de El sí de las niñas. Ramón de la Cruz (sainetes), Vicente García de la Huerta , Raquel; Jovellanos, El delicuente honrado.

13 Leandro Fernández de Moratín, El sí de las niñas (1801)
DOÑA IRENE.-Es un señor muy mirado, muy puntual, ¡Tan buen cristiano! ¡Tan atento! ¡Tan bien hablado! ¡Y con qué garbo y generosidad se porta! ¡Y qué casa tiene! Es mucho aquello. ¡Qué ropa blanca! ¡Qué batería de cocina! ¡Y qué despensa, llena de cuanto Dios crió…! Pero tú no parece que atiendes a lo que estoy diciendo. DOÑA FRANCISCA.-Sí, señora, bien lo oigo; pero no la quería interrumpir a usted. DOÑA IRENE.-Allí estarás, hija mía, como el pez en el agua. Pajaritas del aire que apetecieras las tendrías, porque, como él te quiere tanto, y es un caballero tan de bien y tan temeroso de Dios…Pero, mira, Francisquita, que me cansa de veras el que siempre que te hablo de esto hayas dado en la flor de no responderme palabra…¡Pues no es cosa particular, señor! DOÑA FRANCISCA.-Mamá, no se enfade usted. DOÑA IRENE.-No es buen empeño de…Y ¿te parece a ti que no sé yo muy bien de dónde viene eso? ¿No ves que conozco las locuras que se te han metido en esa cabeza de chorlito? ¡Perdóneme Dios? DOÑA FRANCISCA.-Pero…Pues ¿qué sabe usted? DOÑA IRENE.-Me quieres engañar, ¿eh? ¡Ay, hija mía! He vivido mucho, y tengo yo mucha trastienda y mucha penetración para que tú me engañes. DOÑA FRANCISCA.- (Aparte, creyendo que su madre conoce sus relaciones con don Carlos.) ¡Perdida soy! DOÑA IRENE.-Sin contar con su madre… Como si tal madre no tuviera…Yo te aseguro que, aunque no hubiera sido con esta ocasión, de todos modos era necesario sacarte del convento […]. ¡Mire usted qué juicio de niña este! Que porque ha vivido un poco de tiempo entre monjas, ya se le puso en la cabeza el ser monja también…NI qué entiende ella de eso, ni qué… En todos los estados se sirve a Dios, Frasquita; pero el complacer a una madre, asistirla, acompañarla y ser el consuelo de sus trabajos, esa es la primera obligación de una hija obediente… Y sépalo, si no lo sabe. DOÑA FRANCISCA.-Es verdad, mamá… Pero yo nunca he pensado abandonarla a usted. DOÑA IRENE.-Sí, que no sé yo… DOÑA FRANCISCA.-No, señora. Créame usted. La Paquita nunca se apartará de su madre ni le dará disgustos.

14 PRERROMANTICISMO El francés, Diderot, escribe este documento prerromántico en 1760: ¿Qué necesita el poeta?¿Una naturaleza bárbara o cultivada, tranquila o tormentosa?¿Preferirá la belleza de un día puro y sereno al horror de una noche oscura donde el mugido de los vientos se mezcla por intervalos al murmullo sordo y continuo del trueno lejano, y donde se ve el relámpago inflamar los cielos sobre nuestra cabeza?¿Preferirá un estanque a una catarata que se quebranta y rompe entre los peñascos, estremeciendo al pastor que la oye lejos, apacentando su rebaño en la montaña?¿Cuándo veremos nacer poetas? Después de grandes desastres y grandes desdichas, cuando los pueblos empiecen a respirar, y las imaginaciones, excitadas por espectáculos terribles, se atrevan a pintar cosas que ni siquiera podemos concebir los que no hemos sido testigos de ellas.

15 PARLAMENTOS DE TEDIATO EN Noches lúgubres. (1775. 1789-1790)
«¡Hijos! ¡Sucesión! Éste que antes era tesoro con que Naturaleza regalaba a sus favorecidos, es hoy un azote con que no debiera castigar sino a los malvados. ¿Qué es un hijo? Sus primeros años..., un retrato horrendo de la miseria humana. Enfermedad, flaqueza, estupidez, molestia y asco... Los siguientes años..., un dechado de los vicios de los brutos, poseídos en más alto grado..., lujuria, gula, inobediencia... Más adelante, un pozo de horrores infernales..., ambición, soberbia, envidia, codicia, venganza, traición y malignidad; pasando de ahí... Ya no se mira el hombre como hermano de los otros, sino como a un ente supernumerario en el mundo. Créeme, Lorenzo, créeme. Tú sabrás cómo son los muertos, pues son el objeto de tu trato...; yo sé lo que son los vivos... Entre ellos me hallo con demasiada frecuencia... Éstos son..., no..., no hay otros; todos a cual peor... Yo sería peor que todos ellos si me hubiera dejado arrastrar de sus ejemplos.» ‘¡Qué triste me ha sido ese día! Igual a la noche más espantosa me ha llenado de pavor, tedio, aflicción y pesadumbre. ¡Con qué dolor han visto mis ojos la luz del astro, a quien llaman benigno los que tienen el pecho menos oprimido que yo! El sol, la criatura que dicen menos imperfecta imagen del Criador, ha sido objeto de mi melancolía. El tiempo que ha tardado en llevar sus luces a otros climas me ha parecido tormento de duración eterna... ¡Triste de mí! Soy el solo viviente a quien sus rayos no consuelan. Aun la noche, cuya tardanza me hacía tan insufrible la presencia del sol, es menos gustosa, porque en algo se parece al día. No está tan oscura como yo quisiera. ¡La luna! ¡Ah, luna! Escóndete, no mires en este puesto al más infeliz mortal.’ ‘¿Si será esta noche la que ponga fin a mis males? La primera, ¿de qué me sirvió? Truenos, relámpagos, conversación con un ente que apenas tenía la figura humana, sepulcros, gusanos y motivos de cebar mi tristeza en los delitos y flaqueza de los hombres. Si más hubiera sido mi mansión al pie de la sepultura, ¿cuál sería el éxito de mi temeridad? Al acudir al templo el concurso religioso, y hallarme en aquel estado, creyendo que... ¿Qué hubieran creído? Gritarían: muera ese bárbaro que viene a profanar el templo con molestia de los difuntos y desacato a quien los crió.’


Descargar ppt "La Ilustración. El Siglo de las Luces"

Presentaciones similares


Anuncios Google