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Estamos aquí para barrer nuestro lado de la calle, comprendiendo que no podemos hacer nada que valga la pena hasta que lo hagamos, nunca tratando de decirle qué es lo que él debe hacer. No se discuten sus defectos; nos limitamos a los nuestros. Estamos aquí para barrer nuestro lado de la calle, comprendiendo que no podemos hacer nada que valga la pena hasta que lo hagamos, nunca tratando de decirle qué es lo que él debe hacer. No se discuten sus defectos; nos limitamos a los nuestros. ALCOHOLICOS ANONIMOS, Pag. 72
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Yo hice reparaciones a mi padre, poco tiempo después de dejar de beber. Mis palabras cayeron sobre oídos sordos, ya que yo lo había culpado por mis dificultades. Varios meses después hice reparaciones a mi padre otra vez. En esta ocasión escribí una carta en la que no lo culpaba y tampoco hice mención de sus faltas. Dio resultado, y por fin caí en la cuenta. Mi lado de la calle es todo de lo que yo soy responsable y, gracias a Dios y a Alcohólicos Anónimos, -este lado está limpio hoy.
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