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de Su Eminencia Cardenal

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Presentación del tema: "de Su Eminencia Cardenal"— Transcripción de la presentación:

1 de Su Eminencia Cardenal
. Arcipreste de la Basílica de San Pedro y Vicario general de Su Santidad en Ciudad del Vaticano. Madre Teresa y el mar agitado de la Iglesia de Su Eminencia Cardenal Angelo Comastri Alimentación automática

2 “ Dios escribe derecho” La aventura humana y espiritual de un cardenal
. Texto del libro 2012 “ Dios escribe derecho” La aventura humana y espiritual de un cardenal

3 Durante los años de mi segunda etapa en Roma ( ) la misericordia de Dios me regaló un encuentro que marcó profundamente mi vida..

4 Había oído hablar de la Madre Teresa, pero no conocía detalle alguno de su vida:

5 Soy alguien con quien convives a diario
solo sabía que era originaria de Albania y que fue como misionera a la India para socorrer a los moribundos, que los recogía en la calle en medio de basura y residuos. Soy alguien con quien convives a diario

6 Llamé a la casa de las Misioneras de la Caridad y fui a conocerla.
Cuando supe que estaba en Roma para visitar la primera comunidad abierta en Italia, advertí en mi interior el deseo de conocerla. Llamé a la casa de las Misioneras de la Caridad y fui a conocerla.

7 Desde 1969, cada vez que la Madre Teresa estaba en Roma, yo trataba que reunirme con ella:
y hasta , fecha de su muerte, recibí de Dios la gracia de poder verla cada año.

8 el mar agitado de la Iglesia
Madre Teresa y el mar agitado de la Iglesia --Anónimo

9 En 1968, la encíclica Humanae Vitae del papa Pablo VI provocó una ola de reacciones y
aclaraciones e incluso ciertos desafíos (por primera vez en la historia de la Iglesia).

10 El hecho me molestó y nació en mi la necesidad de preguntar a la Madre Teresa en 1970 que sentía ante tal terremoto eclesial .

11 Le dije a la Madre Teresa «¿ Por qué todas estas quejas
Le dije a la Madre Teresa «¿ Por qué todas estas quejas? ¿ Por qué esta insidiosa e inesperada tormenta dentro de la Iglesia?»

12 La Madre me miró con la sabiduría de los que ven las cosas desde lo alto: ¡desde la cima de la fe!

13 Y fijé mis ojos en los suyos, recordando lo que me dijo mi madre cuando era pequeño: «Si quieres entender bien como es una persona, busca bien en sus ojos».

14 y reflejaban que en ella se podía confiar.
Los ojos de la Madre Teresa parecían ventanas cristalinas, ventanas de bondad, de total transparencia, y reflejaban que en ella se podía confiar.

15 Y escuché esta hermosa reflexión:

16 Debe ser una experiencia terrible,
«Ciertamente -dijó- tú conoces la historia de los apóstoles en la que estaban en el barco por la noche: y se vieron sorprendidos por una violenta tormenta... y Jesús no estaba con ellos. Debe ser una experiencia terrible, porque las tormentas siempre dan mucho temor.

17 ¡Dios puede también hacer esto sin esfuerzo alguno!
Pero, con la primera luz del alba, cuando los apóstoles estaban agotados por el cansancio, Jesús apareció caminando sobre el agua: ¡Dios puede también hacer esto sin esfuerzo alguno!

18 Los apóstoles -tú lo sabes- al verlo se asustaron, porque pensaban que era un fantasma:
¡como ves no siempre es fácil reconocer a Dios cuando viene a nuestro encuentro!

19 Pedro tomó la palabra y dijo: “Señor, si eres tu, manda que vaya hacia ti caminando sobre el agua”.

20 La respuesta fue un tanto singular y casi temeraria, pero Jesús quería escuchar la respuesta de Pedro y le dijo: “¡Ven!”

21 Supongo – continuó la Madre Teresa – que Pedro, siendo pescador y conociendo bien los peligros del mar, puso un pie sobre el agua y se produjo que no se hundía. Sintiendo que el mar se había convertido en sólido de manera prodigiosa, puso el otro pie en el agua, y mantuvo las manos apoyadas enel borde de la embarcación.

22 Lleno de emoción, comenzó a caminar sintiendo una euforia que no había tenido jamás: ¡Pedro, sabía que se debería hundir en el mar!

23 Pero de repente el mar se agitó, se puso agresivo y Pedro sintió que sus pies vacilaban y que se hundían en el abismo.

24 Pero desde lo más profundo de su alma sale una ferviente oración:
Pedro tiene miedo: el barco está distante y Jesús no se encuentra cerca. Se pregunta: ¿por qué Jesús me ha hecho esto? Pero desde lo más profundo de su alma sale una ferviente oración: “¡ Señor sálvame !”

25 ¿por qué has dudado?” >>.
Y en ese momento, Pedro siente con inmensa alegría la mano segura de Jesús, que lo saca fuera del agua agitada, mientras amablemente le dice: “Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?” >>.

26 ¿Pero cúal era la conclusión?
Yo escuchaba el relato del Evangelio y me parecía revivir la escena, y la cara de la Madre Teresa expresaba todos los matices de la historia. ¿Pero cúal era la conclusión? La Madre Teresa dijo:

27 «Mira, cuando Pedro caminaba sobre el agua del mar, no representaba a la Iglesia.
En efecto, la Iglesia no tiene poder para escapar de las tormentas y caminar sobre el mar: solo Dios puede hacerlo.

28 Pedro representaba a la Iglesia cuando se hundía en el agua agitada: “
Pedro representaba a la Iglesia cuando se hundía en el agua agitada: “ !Señor sálvame!”. Y Jesús lo saca fuera del peligro y con él, salva a toda la Iglesia». Me quedé sorprendido por esta lectura del Evangelio, y desde ese momento, cada vez que hay una tormenta (y sucede a menudo) recuerdo las palabras de la Madre Teresa:

29 ¡Que hermoso es estar en la escuela de los santos!
«Pedro representa a la Iglesia cuando grita: “!Señor sálvame!”. Y Jesús lo saca fuera del peligro y con él, salva a toda la Iglesia» ¡Que hermoso es estar en la escuela de los santos!

30 Luego, en referencia a mis miedos con respecto a los terremotos eclesiales que hicieron sentir mal en mi interior, me susurró esas palabra maravillosas, añadiendo:

31 «¡No tengas miedo! El mar está agitado en la superficie, pero en la profundidad está en calma. Estate tranquilo que Dios tiene las riendas de su Iglesia: a veces parece que las deje un poco, pero no se las cede a nadie. Es una garantía que Jesús nos ha dejado y tenemos que confiar en Él ciegamente».

32 Dios los llene de alegría
Estas palabras me transmitieron mucha serenidad y, por un momento, me pareció que el rugido de las olas de protesta habían desaparecido repentinamente. Dios los llene de alegría Angelo Comastri

33 Pulse ESC para salir o esperar a que la reapertura automática
. Final Pulse ESC para salir o esperar a que la reapertura automática El presente pps no tiene ánimo de lucro y ha sido realizado por devoción de Nicola Paradiso y traducido al español por Miguel Gaviña, con motivo de 15.mo aniversario de la muerte de la Madre Teresa (5 de septiembre Paderno Dugnano – Milan – Italia)


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