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La Historia del Profeta Muhammad

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Presentación del tema: "La Historia del Profeta Muhammad"— Transcripción de la presentación:

1 La Historia del Profeta Muhammad
-La Paz y las Bendiciones de Al·lah sean con él y su Purificada Familia- Aderadisplay- antiquassi- (Parte 1) Comenzar

2 Un Feliz Nacimiento: El día viernes 17 de Rabi‘ al-Auwal del Año del Elefante, correspondiente al año 570 de la Era Cristiana -el mismo año en el que Abrahah, gobernante en Abisinia, se presentó con un ejército de elefantes para destruir La Meca-, Áminah bint Wahab dio a luz a nuestro bendito Profeta Muhammad (s.a.w) en la ciudad de La Meca. El día de su nacimiento ocurrieron extraordinarios sucesos. Aquella noche, tras mil años de estar encendido, se apagó el fuego sagrado del templo de Persia; se derrumbaron en la ciudad de Madaen catorce torres del palacio de Cosroes, el emperador de Persia; se secó el lago de Saveh, y se cayeron los 365 ídolos que los idólatras habían colocado en la Ka‘bah.

3 Halimah As-Sa‘díah Era costumbre que las mujeres de los alrededores de La Meca se dirigieran a la ciudad y se ofrecieran como nodrizas de los niños recién nacidos, a quienes llevaban a vivir consigo para amamantarles y criarles en un ambiente más sano. Varias mujeres se presentaron para llevarse al pequeño Muhammad (s.a.w), pero éste solo aceptó que lo amamantase una pura y piadosa dama llamada Halimah, del clan de Sa‘d, quien vivía en el desierto bajo condiciones muy difíciles. Halimah aceptó con mucho gusto cuidar de Muhammad y se lo llevó a vivir junto a su clan. Según Halimah, gracias a la bendita presencia de este niño resplandeciente, sus condiciones de vida cambiaron rápidamente, y tanto ella como su familia se vieron colmadas de bendiciones y milagros.

4 - ¿Acaso este muchacho tiene alguna relación contigo?
Cuando se detuvieron cerca de un convento para descansar, un monje cristiano llamado Buhaira invitó a la caravana a comer. Cuando Buhaira vio a Muhammad (s.a.w) encontró en él las señales de la profecía que había leído en sus Libros sagrados. Entonces miró a Abu Talib y le preguntó: - ¿Acaso este muchacho tiene alguna relación contigo? - Sí, es mi hijo -respondió Abu Talib. - ¡No! Éste no es tu hijo. Este muchacho es huérfano -aseguró Buhaira. - Es verdad. Él es mi sobrino -asintió Abu Talib. - Llévate al muchacho de regreso a su ciudad; este chico tiene un gran futuro- añadió Buhaira. Su niñez y juventud Cuando Muhammad (s.a.w.) nació, su padre ‘Abdul·lah ibn ‘Abdul Muttalib ya había fallecido. Asimismo, perdió a su madre Áminah a la edad de 6 años, por lo que su abuelo ‘Abdul Muttalib se responsabilizó de su cuidado y protección. Cuando ‘Abdul Muttalib falleció, se hizo cargo de él su tío Abu Talib, quien era una persona grandiosa y honorable que se ocupó de él cual un padre. Cierta vez, Abu Talib partió con una caravana en un viaje comercial a Siria, llevándose consigo a Muhammad (s.a.w).

5 Desde su niñez, Muhammad (s. a
Desde su niñez, Muhammad (s.a.w) había cuidado y llevado a pastorear las ovejas de su tío Abu Talib. A los 25 años, Muhammad (s.a.w) era un joven de muy buenos modales, veraz, valiente, honrado y respetable, lo cual motivó la admiración de Jadiyah bint Juwailid, una grandiosa y pura dama. Jadiyah eligió a Muhammad (s.a.w) para que administrara sus negocios y condujera sus caravanas de comercio. Tras cierto tiempo, Jadiyah, que en ese entonces tenía 40 años, se casó con Muhammad (s.a.w).

6 La Bi‘zah: Muhammad es elegido Profeta
Durante muchos años Muhammad (s.a.w) solía realizar el Tawaf o circunvalación alrededor de la Ka‘bah, y más tarde regresaba a su casa. Cuando se cansaba de las absurdas conductas de los incrédulos, acostumbraba a retirarse a la Gruta de Hira y permanecer allí mucho tiempo adorando a Dios. Cierto día, cuando el Profeta tenía 40 años y se encontraba como de costumbre en la Gruta de Hira, descendió el ángel Gabriel y le dijo: - ¡Lee! - ¡No sé leer! -respondió, pero el ángel nuevamente le ordenó: - ¿Qué debo leer? -preguntó Muhammad (s.a.w). Tras ello, el Profeta (s.a.w), turbado y con un intenso cansancio, se dirigió a su casa y le narró a Jadiyah lo sucedido. Ella le dijo: - ¡Alégrate por lo ocurrido! ¡Por Dios que Él nunca te desamparará! Es así como Jadiyah se considera la primera mujer en corroborar su profecía, siendo ‘Ali (a.s), quien desde su tierna infancia vivió junto al Profeta y solía acompañarlo en sus retiros a la Gruta de Hira, el primer varón en aceptar el Islam. Pasaron algunos años, y las únicas personas que realizaban la oración eran Muhammad, Jadiyah y ‘Ali. - Dijo el ángel: «¡Lee! ¡En el Nombre de tu Señor, que todo lo creó! Creó al hombre de una gota de sangre. ¡Lee! que tu Señor es el más Generoso; Quien enseñó mediante el cálamo. Enseñó al hombre lo que éste no sabía…» (Sura al-‘Alaq; 96: 1-5) Muhammad obedeció y comenzó a recitar esas benditas aleyas. El Profeta diría luego: “Después de que la Sura al-‘Alaq me fuera revelada, salí de la Gruta, y en medio de la montaña oí de repente una voz que desde el cielo me decía: “¡Oh Muhammad! ¡Tú eres el Mensajero de Dios, y yo soy el ángel Gabriel!”.

7 Debido a que el ambiente de La Meca estaba sumido en la idolatría, la superstición y la corrupción, durante tres años el Profeta invitó a la gente clandestinamente a aceptar el Islam, hasta lograr que alrededor de cuarenta personas aceptaran su convocatoria y lo apoyaran.

8 Pero Muhammad (s.a.w) dijo:
- ¡Oh hijos de Abdul Muttalib! Yo os he traído lo mejor de esta vida y del Más Allá. Dios me dispuso en la obligación de convocaros hacia Él. ¿Quién de vosotros está dispuesto a apoyarme? En ese momento nadie dijo nada, excepto ‘Ali (a.s) quien aún siendo un adolescente, exclamó: “¡Oh Mensajero de Dios! ¡Yo te apoyaré!”. Entonces Muhammad (s.a.w) dijo sobre ‘Ali: “¡Éste es mi hermano, mi albacea y sucesor entre vosotros! ¡Escuchadle y obedecedle!”. La primera misión Por orden de Dios, el Profeta (s.a.w) debía ahora convocar a su familia a la adoración del Señor del Universo. Para ello, pidió a ‘Ali (a.s.) que preparase una comida e invitase a sus parientes más cercanos. Alrededor de cuarenta personas estaban allí presentes. Cuando Abu Lahab –un tío del Profeta- vio que aquella pequeña cantidad de comida había saciado a todos los presentes, con intención de desbaratar la reunión dijo: “¡Muhammad es un brujo!”.

9 Continuamente el Profeta decía: ”¡Oh gente
Continuamente el Profeta decía: ”¡Oh gente!, adorad al Único Dios, reconocedme como vuestro Profeta, y creed en el Día del Juicio Final”. La principal creencia que se le había ordenado difundir a Muhammad (s.a.w) era la fe en Dios, el Señor del Universo. El Islam es la última y más perfecta de las religiones reveladas por Dios, desde que completó las religiones de Moisés y Jesús –con ambos sea la paz-, por lo que es para toda la humanidad y para todos los tiempos, y no es especial de los árabes. Tras convocar a la gente de la Meca, Muhammad (s.a.w.) invitó también a la gente de la Península Arábiga a la adoración de Dios. Los líderes de Qureish temían que Muhammad (s.a.w.) hiciera llegar a oídos de la gente el Mensaje del Tauhid o Monoteísmo. Es por eso que comenzaron a molestar al Profeta (s.a.w.), y no escatimaron esfuerzos para ello. tras

10 Emigración a Abisinia Pero Qureish no se atrevía a lastimar y molestar directamente al Profeta (s.a.w) debido a la gran posición social de la que gozaba Abu Talib, y por miedo a su otro tío Hamzah, un bravo guerrero. Ambos defendían valientemente a su sobrino Muhammad (s.a.w). Sin embargo, torturaban a más no poder a los pobres y esclavos que creían en su religión. El Profeta se sentía muy triste y no soportaba ver a sus seguidores ser tratados de esa manera, por lo que les pidió que abandonaran La Meca y partieran hacia Abisinia (Etiopía). Allí vivía Nayyashi, un emperador cristiano, sabio y justo, que recibió muy bien a los emigrantes, e incluso les permitió quedarse y adorar a Dios libremente. El Islam comenzó a penetrar en todas las casas y día a día el número de sus adeptos se incrementaba. Al no ser capaces de convencer a Muhammad (s.a.w) que dejara de propagar aquellas creencias, los grandes jefes de Qureish empezaron a utilizar métodos crueles como torturar hasta la muerte a los creyentes compañeros del Profeta, entre ellos, a Iaser y Sumeia, quienes fueron los primeros musulmanes que alcanzaron la gloria del martirio.

11 La Ascensión a los Cielos (Mi‘ray)
Cierta noche, el Profeta se disponía a descansar cuando de repente escuchó una voz para él conocida. Era la voz del ángel Gabriel que le anunciaba que esa noche realizarían juntos un largo viaje a distintos sitios del universo. Con una montura extraordinaria llamada Buraq que Gabriel le había traído de parte de Dios, el Profeta (s.a.w) viajó desde La Meca hasta Jerusalén, donde recorrió la Mezquita Lejana (Masyid al-Aqsa), visitó Belén, el lugar de nacimiento de Jesús, y las casas donde vivieron algunos profetas, y en algunas de ellas rezó dos ciclos de oración. Luego realizó un viaje extraordinario hacia el reino de los cielos, donde habló con las almas de los profetas y los ángeles, y pudo observar de cerca las maravillas de la creación, el Paraíso y el Infierno, y el infinito Poder de Dios. Después regresó a Jerusalén, y de allí se dirigió a La Meca. Todo esto ocurrió en una sola noche.

12 El Shi‘b o quebrada de Abu Talib
Qureish decidió imponer al Profeta (s.a.w), a su familia y compañeros, un boicot económico, político y social. Emitieron un edicto ordenando que se debía cortar todo tipo de relación con ellos. Colocaron ese edicto en un cofre al que situaron dentro de la Ka‘bah. De esta manera, los musulmanes quedaron aislados, viéndose obligados a marcharse hacia un lugar llamado “la quebrada de Abu Talib”, en las afueras de La Meca. Muhammad (s.a.w) y sus compañeros vivieron en aquel lugar durante tres años bajo las peores condiciones, soportando el hambre y todo tipo de presiones, de modo que luego los musulmanes recordarían aquellos días como los más difíciles de sus vidas. Ni siquiera los llantos de hambre de los niños habían podido conmover a Qureish.

13 El Año de la Tristeza Al tercer año, el Profeta, a través de Abu Talib, le notificó a Qureish que aquel edicto ya no existía ni tenía validez, porque por orden de Dios las termitas habían devorado todo lo que estaba allí escrito, excepto el Nombre de Dios. Al extenderse aquella noticia abrieron el cofre, y al confirmarse su veracidad, se dio por finalizado el aislamiento que Qureish había impuesto a los musulmanes. Tras tres años de exilio, el Profeta y sus compañeros abandonaban la quebrada y regresaban a sus hogares.

14 Pero las difíciles circunstancias bajo las cuales tuvieron que vivir en la quebrada habían afectado la salud de Jadiyah (a.s), quien enfermó y tras unos días falleció. Muhammad (s.a.w) quedó muy consternado. Tras un corto tiempo, Abu Talib, el mayor protector del Profeta (s.a.w) también fallece, y Qureish aprovecha este triste acontecimiento para volverse aún más impertinente. Bajo aquellas difíciles circunstancias Muhammad (s.a.w) y sus compañeros quedan solos frente a Qureish. Al dolor de la pérdida de su esposa se había sumado el de la pérdida de su tío; por ello ese año fue llamado “el Año de la Tristeza”.

15 El Pacto de ‘Aqabah Durante los días de la Peregrinación, Muhammad (s.a.w) aprovechaba para invitar a la gente a la religión. Entre tanto, 6 personas del clan de Jazray de la ciudad de Iazrib, pensaron: “¡Éste debe ser el profeta del que hablan los judíos!...”, y aceptaron la convocatoria del Profeta diciéndole: “Una vez que volvamos a nuestra Este suceso es conocido como el Primer Pacto de ‘Aqabah. El pacto consistía en: no atribuir copartícipes a Dios, no robar, no cometer adulterio, no matar a sus hijos, no calumniarse mutuamente, y no desobedecer a Muhammad (s.a.w) cuando los convocase a lo bueno. Pasó un año más, y 73 personas juraron lealtad al Mensajero de Dios, en lo que se conoce como Segundo Pacto de ‘Aqabah. ciudad, invitaremos a la gente a tu religión. Si es que logras unir a ambos clanes de Aus y Jazray y apagar la llama de la guerra, serás la persona más amada para nosotros”. Estas personas propagaron el Mensaje del Profeta (s.a.w) en Iazrib, y al año siguiente, 12 personas de entre ellos le juraban fidelidad en un lugar llamado ‘Aqabah.

16 - En mi opinión, deberíamos escoger de cada clan a un joven ágil y valiente, para que portando espadas se dirijan juntos hacia el lecho de Muhammad (s.a.w), le ataquen todos a un mismo tiempo, y le den muerte. De esta manera la culpa recaerá sobre todos los clanes, y el clan de Muhammad no podrá vengarse de todos ellos. Esta opinión agradó a todos los allí presentes. Pero aquéllos ignoraban que Dios Altísimo había prevenido al Profeta (s.a.w) de su intención de matarlo. Lailat al-Mabit: La noche de la pernoctación Qureish pensaba que siempre podría mantener dominados a los musulmanes con sus amenazas, persecución y torturas. Pero pronto se dieron cuenta de que el Mensajero de Dios (s.a.w) ya no sólo tenía seguidores en La Meca sino también en Iazrib, donde recibían a los musulmanes con los brazos abiertos. Por ello, organizaron una reunión donde los líderes de Qureish discutieron qué hacer con Muhammad (s.a.w) para impedir la expansión de la religión del Islam. Se plantearon muchas sugerencias, hasta que Abu Yahl dijo:

17 Cuando los incrédulos atacaron, se llevaron una gran sorpresa al ver a ‘Ali (a.s), quien, arriesgando su propia vida por proteger la de Muhammad (s.a.w.), dormía en el lecho del Profeta. Entonces le preguntaron: - ¿Dónde está Muhammad? - ¿Acaso me lo habéis confiado que me preguntáis por él? -contestó ‘Ali. Este traicionero complot de los incrédulos resultó fallido y la religión de la verdad triunfó por sobre la falsedad. En la noche señalada para asesinar a Muhammad (s.a.w), el Profeta le pidió a ‘Ali (a.s) que durmiera en su lecho mientras él se dirigía a Iazrib. Ignorando que el Profeta estaba enterado de su siniestro plan, los conjurados rodearon la casa, y al ver que una persona dormía en el lecho del Profeta, pensaron que era él. En la

18 Al-Hiyrah: La Emigración o Hégira
La Emigración, en la historia del Islam, es un suceso que transformó la historia de la humanidad. La emigración o hégira de nuestro querido Profeta tuvo tal importancia que pasó a marcar el inicio del calendario islámico. La orden de emigrar fue dada por Dios. Muhammad (s.a.w) debía abandonar La Meca y partir hacia Iazrib. Toda la gente esperaba ansiosamente al Profeta en las puertas de la ciudad. Finalmente, Muhammad (s.a.w.) ingresó a la ciudad de Iazrib, la cual, en honor al Profeta, luego pasaría a llamarse “Medina”. Niños, mujeres y hombres recibieron al Profeta calurosamente y con una gran algarabía, al ritmo de un hermoso cántico y al grito de Al·lahu Akbar. Los líderes de los clanes rodearon su camella, y tomando las riendas de la misma, cada uno le insistía que se hospedara en su casa. Pero él les decía: - No impidáis el avance de mi montura. Construiré mi casa en el sitio que ésta se detenga. Cada uno esperaba ansioso que la camella se detuviese frente a su casa. Tras largos pasos, la camella se detuvo y se arrodilló en una parcela de tierra a la que el Profeta ordenó comprar para construir allí la Mezquita: Masyid an-Nabí (La Mezquita del Profeta). El mismo Profeta se puso manos a la obra y trabajó en la construcción de la Mezquita, cargando pesadas rocas.

19 Las primeras medidas del Gobierno Islámico
Al Profeta (s.a.w) se le había ordenado cumplir con su Mensaje divino estableciendo un gobierno religioso. Él debía adoptar las mejores decisiones puesto que ya conocía la antigua ciudad de Iazrib y sabía de las continuas diferencias que habían existido entre los clanes de Aus y Jazray, que eran los principales de la ciudad. Al principio de la Emigración hubo un entendimiento entre los judíos que vivían en Medina y los musulmanes, puesto que existía entre ellos un importante punto en común: la adoración del Dios Único. Por otro lado, se acordó que las personas pudientes de Medina compartieran sus bienes con los Emigrantes. El Profeta (s.a.w) también repartió todos sus bienes entre los musulmanes necesitados.

20 Asimismo, para formar musulmanes de fe plena, se dedicó a enseñar en la flamante sociedad musulmana los preceptos islámicos. Al trasladarse de un ambiente de opresión a otro libre, el Profeta pudo concretar la difusión de la religión en Medina bajo mejores circunstancias que las de La Meca, comenzando la era de la expansión incontenible del Islam. Conformando una sociedad islámica Luego de asegurar la estabilidad de la ciudad de Medina y sus alrededores, Muhammad (s.a.w) se abocó a la difusión y propagación de la religión del Islam. No pasó mucho tiempo que el Islam penetró en todas las casas de Medina. Este asunto ocasionó que creciera la autoridad del Profeta por toda la ciudad, y que Medina pasara a ser considerada la capital de Islam.

21 ICCI Al-Gadir La Historia del Profeta Muhammad Próximamente:
Salir Comenzar de Nuevo Sugerencias Fue una realización de: Instituto de Cultura y Ciencias del Islam ICCI Al-Gadir Textos y Montaje : Zeinab Morhell Sonido: Rukaiah Morhell Dibujos: Husein Asivand Próximamente: La “Segunda Parte” de La Historia del Profeta Muhammad Las bendiciones de Dios sean con él y su Purificada Familia-


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