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Santa María Magdalena 22 de Julio
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Conoció a Jesús y su vida se transformó.
Santa María Magdalena era natural de Magdala, ciudad a orilla del mar de Galilea. Conoció a Jesús y su vida se transformó.
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Primeramente escucharía a Jesús desde lejos.
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y Jesús echó de ella siete demonios.
Por fin pudo acercarse a Jesús, y Jesús echó de ella siete demonios.
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¿Qué significa "echar siete demonios?
El número siete significa “muchos”; pero podían ser pecados o podían ser enfermedades. En la vida de Jesús encontramos que “echar demonios” suele ser sanar enfermedades, quizá un poco raras.
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Sea que hubiera sido pecadora o que hubiera sido muy enfermiza, el hecho es que se hace discípula de Jesús y le sigue fielmente con un gran sentido de agradecimiento.
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Hay muchas formas de seguir a Jesús
Unos lo hacían por curiosidad, otros por entusiasmo pasajero. María Magdalena iba creciendo en el amor a Jesús y en la comprensión de su doctrina sobre el Reino de los cielos.
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Junto con otras mujeres, que también seguían a Jesús, puso a su disposición sus bienes y su esfuerzo diario.
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Y un poco a ejemplo de la madre de Jesús, iba guardando en su corazón los mensajes de amor y misericordia hacia todos.
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Llegó el momento de demostrar su amor a Jesús, yendo hasta el Calvario para derramar sus lágrimas a los pies de Jesús crucificado.
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Llenó más su alma con las palabras de amor y perdón de Jesús desde la cruz.
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Ayudó, en lo que pudo, en el descendi-miento del cuerpo de Jesús.
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Vio cómo quedaba el cuerpo de Jesús encerrado en la tumba.
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Y el domingo, al amanecer, sin saber la alegría que la esperaba ese día, fue al sepulcro de Jesús, queriendo embalsamar su cuerpo.
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Según dicen los evangelios, se unió con María, la de Santiago, y con María Salomé.
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Un ángel les dijo: El Señor ha resucitado.
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María Magdalena fue corriendo para avisar a los apóstoles, diciéndoles, toda llorosa, que el cuerpo de Jesús había desaparecido.
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Y volvió al sepulcro quedándose llorosa a la puerta por no encontrar a su Maestro.
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Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco. Ellos le preguntan :”Mujer, ¿por qué lloras?” Ella les contesta: “Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto”.
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Entonces Jesús se hace presente
Pero María Magdalena no sabe que es Jesús. Jesús le dice: “Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?”
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Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: “Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.”
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A Jesús le basta una palabra dicha con mucho amor: “María”.
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La Magdalena se postra a los pies de Jesús diciendo “¡Rabboni”, que significa: ¡Maestro!
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"Encontré al amor de mi alma"
Aquí se aplica lo que dice el Cantar de los cantares en la 1ª lectura: "Encontré al amor de mi alma"
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Jesús le dice: “Suéltame, que todavía no he subido al Padre”
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Así la constituye apóstol de los apóstoles
Y la recomien-dó que se lo dijera a los apóstoles. Así la constituye apóstol de los apóstoles
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Jesús ha ido presentándose poco a poco, para ir acrecentando la fuerza del amor. Ahora ya María Magdalena está enteramente entregada a la voluntad de Dios, por medio de Jesús.
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Y va a cumplir el mandato de Jesús, aunque no la crean,
diciendo a los apóstoles: ¡Jesús ha resucitado!
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Luego iría por diversos caminos del mundo anunciando con su vida y con su palabra que nuestra felicidad será amar más y más a Jesús.
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Hasta que un día sería llamada por Jesús para ir al cielo a gozar eternamente de su amor.
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Nosotros también con nuestra vida debemos ser testigos de Cristo Resucitado. Para ello:
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Nosotros debemos amar a Jesús como le amaba María Magdalena. Esa será
nuestra felicidad Automático
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Así se lo dicen unos niños a María de Magdala:
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No te apropies de Jesús, no tengas tanta cara.
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Tu solita quieres ser, María de Magdala.
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No te apropies, no, de Jesús,
Yo también le voy a querer,
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como quiso aquella mujer allá en Magdala
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No te apropies no de Jesús Yo también le voy a querer
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Como quiso aquella mujer
allá en Magdala
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El amor se da sin más sin ser exclusivistas;
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El Señor de todos es, María de Magdala.
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yo también le voy a querer,
No te apropies, no, de Jesús, yo también le voy a querer,
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como quiso aquella mujer allá en Magdala.
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No te apropies, no, de Jesús; yo también le voy a querer,
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como quiso aquella mujer allá en Magdala.
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Que la Virgen María nos ayude a amar más a Jesús. AMÉN
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