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Vigésimo quinto Domingo del Tiempo Ordinario

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Presentación del tema: "Vigésimo quinto Domingo del Tiempo Ordinario"— Transcripción de la presentación:

1 Vigésimo quinto Domingo del Tiempo Ordinario
Ciclo B Jerusalén Cicle B Vigésimo quinto Domingo del Tiempo Ordinario 23 de septiembre 2018 Música: “Cristo fue obediente hasta la muerte”

2 Explanada y lugar del altar del Templo (actual roca de la Mezquita de Omar. Debajo de la roca: era de Arauná) Puesto que estos Salmos se dicen de David, las imágenes serán no sólo de la explanada, sino también de la era de Arauná (inicio del lugar donde después se edificarà el Templo) que David compró para hacer allí un altar, cuando el Angel de Dios dejó de castigar Jerusalén a causa de la desobediencia de David. (2Sam 24,16-25)

3 JESÚS Y NOSOTROS 1a lectura: El Libro de la Sabiduría nos presenta una situación de menosprecio, por parte de los poderosos, muy parecida a la que sufrió Jesús; El se mantuvo sereno frente a ella. Salmo 53: Nos muestra la actitud de Jesús ante el sufrimiento. 2a lectura: La Carta de Jaime retrata a Jesús y a nosotros: La Sabiduría de Jesús es imparcial, sincera, moderada, dócil, mientras que entre nosotros hay luchas y peleas, por envidia. Evangelio: También Marcos muestra el contraste entre Jesús y nosotros: El será entregado en manos de los hombres que le matarán, aunque resucitará. Nosotros, en cambio, discutimos sobre quién es el más importante, en lugar de hacernos SERVIDORES de todo el mundo.

4 Explanada. Abajo derecha, restos de la ciudad de David
Sa 2, Se dijeron los impíos: «Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él». Explanada. Abajo derecha, restos de la ciudad de David

5 El salmo 53 forma parte de los salmos de David, del grupo de los «maskilim» (meditaciones) los más antiguos del salterio (ss ), a menudo difíciles de traducir. Estos salmos tienen en común que, el salmista sintiéndose acorralado por los enemigos, pide ayuda al Señor. El salmista, pide a Dios que le haga justicia. Pide a Dios que mire con qué violencia le quieren la muerte (la misma situación de Jesús). Pero sabiendo que Dios está de su lado, alaba de todo corazón la bondad del Señor.

6 Salm 53 Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder.
El Señor sostiene mi vida. Oh Dios, sálvame por tu nombre, sal por mí con tu poder. Oh Dios, escucha mi súplica, atiende mis palabras.

7 El Señor sostiene mi vida.
Porque unos insolentes se alzan contra mí, y hombres violentos me persiguen a muerte, sin tener presente a Dios.

8 El Señor sostiene mi vida.
Pero Dios es mi auxilio, el Señor sostiene mi vida. Te ofreceré un sacrificio voluntario, dando gracias a tu nombre, que es bueno. Mezquita d’Omar y roca

9 Roca en el interior de la Mezquita
Jm 3,16-4,3 Queridos hermanos: Donde hay envidias y rivalidades, hay desorden y toda clase de males.La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante y sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz, y su fruto es la justicia. ¿De dónde proceden las guerras y las contiendas entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, que luchan en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis, ardéis en envidia y no alcanzáis nada; os combatís y os hacéis la guerra. No tenéis, porque no pedís. Pedís y no recibís, porque pedís mal, para dar satisfacción a vuestras pasiones. Roca en el interior de la Mezquita

10 Dios nos llamó por medio del Evangelio,
para que sea nuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo Ts 2,14 Vista aérea de la Roca

11 Era de Arauná, debajo de la roca
Mc 9, En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará». Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún, y, una vez en casa, les preguntó: «¿De qué discutíais por el camino?». Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó llamó a los Doce y les dijo: «Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos». Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: «El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado». Era de Arauná, debajo de la roca

12 Original: Joan Ramírez (+)
Imágenes, lecturas, música, comentarios (versión catalana y castellana) : Regina Goberna. Traducción al neerlandés : Ben Van Vossel Traducción al italiano: Ramon Julià Traducción al euskera: Periko Alkain Traducción al portugués: Ze Manel Marquespereira Traducción al francés: Àngel Casas Vídeo: Esther Lozano


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