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DOMINGO 4º DEL TIEMPO ORDINARIO 29 de enero de 2012.

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Presentación del tema: "DOMINGO 4º DEL TIEMPO ORDINARIO 29 de enero de 2012."— Transcripción de la presentación:

1 DOMINGO 4º DEL TIEMPO ORDINARIO 29 de enero de 2012

2 En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén. La gracia de nuestro Señor Jesucristo,el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros Y con tu espíritu. Hermanos: para celebrar dignamente estos sagrados

3 misterios, reconozcamos nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

4 Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.

5 Amén. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.

6 Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo

7 del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros. Porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.

8 ORACIÓN COLECTA Señor, concédenos amarte con todo el corazón y que nuestro amor se extienda también a todos los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo

9 en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amen.

10 Lectura del libro del Deuteronomio Moisés habló al pueblo diciendo: -- Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea: "No quiero volver a escuchar la voz del

11 Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir." El Señor me respondió: "Tienen razón, suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tu. Pondré mis palabras en su boca y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras

12 que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá Palabra de Dios Te alabamos Señor

13 Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón

14 Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos en su presencia dándole gracias, aclamándole con cantos

15 Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón

16 Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía

17 Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón

18 Ojalá escuchéis hoy su voz: "No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto: cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras

19 Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón

20 Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios Hermanos: Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su

21 mujer, y anda dividido. Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido. Os digo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una

22 cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones. Palabra de Dios Te alabamos Señor

23 Lectura del Santo Evangelio según San Marcos En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la Sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su enseñanza, porque no enseñaba como los letrados, sino con autoridad. Estaba precisamente

24 en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: -- ¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quien eres: el Santo de Dios. Jesús le increpó: -- Cállate y sal de él. El espíritu inmundo lo retorció y,

25 dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: -- ¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta los espíritus inmundos les manda y le obedecen. Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea. Palabra del Señor

26 HOMILÍA

27

28 CREDO

29 Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y

30 sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados,

31 la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén

32 ORACIÓN DE LOS FIELES

33 Oremos a Dios, que desde el bautismo nos ha constituido como profetas en medio de los hombres, y pidámosle vivir la caridad evangélica en nuestra vida. Digámosle: -Escúchanos, Padre.

34 Para que el Espíritu Santo fortalezca la fe de los cristianos y todos podamos dar testimonio de la redención. Oremos. -Escúchanos, Padre

35 Para que la Iglesia hable siempre en nombre de Dios y comunique al Pueblo de Dios su misericordia. Oremos. -Escúchanos, Padre

36 Para que el Padre suscite nuevas vocaciones consagradas que vivan con entusiasmo y entrega. Oremos. -Escúchanos, Padre

37 Para que el Señor mire con amor a todos los que sufren en el cuerpo o en el espíritu y transforme su situación. Oremos. -Escúchanos, Padre

38 Para que todos los que están alejados de la Iglesia encuentren en sus vidas testigos fieles de Dios que les lleven hacia él. Oremos. -Escúchanos, Padre

39 Para que los que celebramos nuestra fe en esta Eucaristía vivamos con ardor y caridad nuestra vocación cristiana. Oremos. -Escúchanos, Padre

40 Señor, Padre nuestro, tú que nos invitas a vivir la caridad hasta el extremo, atiende nuestras súplicas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

41 LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

42 Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros pan de vida. Bendito seas por siempre, Señor.

43 Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos; él será para nosotros bebida de salvación. Bendito seas por siempre, Señor.

44 Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

45 ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS Presentamos, Señor, estas ofrendas en tu altar como signo de nuestra servidumbre; concédenos que, al ser aceptadas por ti, se conviertan para tu pueblo en sacramento de vida y redención. Por Jesucristo nuestro Señor.

46 El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario.

47 En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias, Padre Santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por el, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen,

48 fuera nuestro Salvador y Redentor. El, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección, extendió sus brazos en la cruz, y así adquirió para ti un pueblo santo. Por eso con los ángeles y los santos proclamamos tu gloria, diciendo:

49 Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de su gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

50 Santo eres en verdad, Señor, fuente de toda santidad; por eso te pedimos que santifiques estos dones con la efusión de tu Espíritu, de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo, nuestro Señor. El cual, cuando iba a ser entregado a su Pasión, voluntariamente

51 aceptada, tomó pan; dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo: TOMAD Y COMED TODOS DE EL, PORQUE ESTO ES MI CUERPO, QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.

52 Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dándote gracias de nuevo, lo pasó a sus discípulos, diciendo: TOMAD Y BEBED TODOS DE EL, PORQUE ÉSTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA, QUE SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS

53 HOMBRES PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN CONMEMORACIÓN MÍA. Éste es el Sacramento de nuestra fe. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. !Ven, Señor Jesús!

54 Así, pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la muerte y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, y te damos gracias porque nos haces dignos de servirte en tu presencia. Te pedimos, humildemente, que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos

55 del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y reunida aquí en el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida inmortal; y con el Papa Benedicto, con nuestro Obispo Casimiro y todos los pastores que cuidan de tu

56 pueblo, llévala a su perfección por la caridad. Acuérdate también de nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y de todos los que han muerto en tu misericordia, admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Ten misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen, Madre de

57 Dios, los apóstoles y cuantos vivieron en tu amistad a través de los tiempos, merezcamos, por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas. Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.

58 Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Jesús nos enseñó: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

59 Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

60 Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

61 Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: "La paz os dejo, mi paz os doy"; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad.

62 Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. La paz del Señor esté siempre con vosotros. Y con tu espíritu. Podéis daros fraternalmente la paz.

63 Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.

64 Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme. El Cuerpo de Cristo. Amén.

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66 ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Reanimados por estos dones de nuestra salvación te suplicamos, Señor, que el pan de vida eterna nos haga crecer continuamente en la fe verdadera. Por Jesucristo Nuestro Señor.

67 El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. Amén. Podéis ir en paz. Demos gracias a Dios.

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