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LÍRICA GRIEGA GRIEGO 2º BACHILLERATO

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Presentación del tema: "LÍRICA GRIEGA GRIEGO 2º BACHILLERATO"— Transcripción de la presentación:

1 LÍRICA GRIEGA GRIEGO 2º BACHILLERATO
“Como la dulce manzana rojea en la rama más alta, alta en la más alta punta y la olvidan los cosechadores. Ah, pero no es que la olviden, sino que alcanzarla no pueden.” SAFO

2 CARACTERÍSTICAS GENERALES
Entre los siglos VII y V a. C. Origen en el culto religioso (peanes para apaciguar al iracundo Apolo), en los momentos importantes del hombres (trenos por la muerte de Patroclo) y en los cantos de sus actividades cotidianas. (Calipso y Circe cantan sentadas al telar) Paralela al desarrollo de la polis (nuevas clases sociales con ideales distintos a los heroicos) Destinada a ser cantada frente a un público con un acompañamiento musical (lira). Contenido variado: eventos de la vida social como bodas, banquetes, reuniones, fiestas religiosas, política, amor y temas existenciales.

3 CLASIFICACIÓN LÍRICA NO CORAL O MONÓDICA: LÍRICA CORAL POESÍA MÉLICA
POESÍA YÁMBICA POESÍA ELEGÍACA

4 LÍRICA CORAL Origen en los cantos rituales con coro.
Mito como elemento básico de la composición. Composiciones con estructura de estrofas y antístrofas. Esquemas métricos de gran complejidad. Terpsícore, musa de la lírica coral

5 LÍRICA CORAL: TIPOS PEANES: en honor de Apolo.
DITIRAMBOS: en honor de Dioniso. PARTENIOS: cantos procesionales de jóvenes doncellas. EPINICIOS: vencedores de las competiciones atléticas. TRENOS: cantos de lamento EPITALAMIOS: cantos nupciales.

6 LÍRICA CORAL: AUTORES Alcmán de Sardes (s. VII a. C.)
Estesícoro de Himera (s. VII a. C.) Íbico de Regio (s. VI a. C.) Simónides de Ceos (s. VI-V a. C.) Baquílides de Ceos ( a. C.) Píndaro de Cinoscéfalos ( a. C.)

7 ALCMÁN DE SARDES (S. VII A. C.)
Escribió en Laconio, el dialecto de Esparta. Expresó la cara risueña de Esparta: partenios de las jóvenes con detalles de la vida cotidiana. Solo se conservan fragmentos: fragmento del Partenio I, para la fiesta de Artemis a la que se regalaba un vestido.

8 PARTENIO I DE ALCMÁN […] Ahí está Hagesícora, mírala, y Ágido, la segunda en belleza, que corre tras de ella. Luchan con nosotras que llevamos un peplo a la diosa, luchan en medio de la noche inmortal emergiendo de ella como Sirio. […] Hay un castigo de los dioses. Dichoso aquel que, con feliz ánimo, la trama del día teje sin lágrimas. Mas yo canto la luz de Ágido. La veo como al sol al que ella misma invoca, testigo de su luz. […] Sigamos a Hagesícora pues al piloto antes que a nadie en la nave es preciso obedecer. Ella no tendrá la dulce voz de las sirenas, pues son diosas, pero nosotras somos diez muchachas cantando igual que once y ella tiene la voz de un cisne deslizándose sobre las corrientes del Janto, sus hermosos, rubios, bucles al viento […] […] Hagesícora es distinta; brillante como si alguien un caballo colocase en medio de las reses; un caballo vencedor, de cascos resonantes, propio de un alado sueño.

9 ALCMÁN:LAMENTO POR LA VEJEZ
Muchachas de dulces cantos y voz amada, mis rodillas apenas pueden ya sostenerme. Ojalá fuera yo un cérilo, ave sagrada que, brillante, vuela, purpúrea como el mar, con el corazón valiente, sobre las olas. (Fragmento 26 LP)

10 ALCMÁN: EVOCACIÓN DE LA NOCHE
Duermen las cumbres de las montañas y los valles. Duermen las colinas y las barrancas, y el bosque, y los animales que cría la negra tierra. Duermen las fieras del monte, los enjambres, y los monstruos en el fondo del mar fulgente. Y duermen las aves, muchedumbre de largas alas. (Fragmento 89 LP)

11 ESTESÍCORO DE HIMERA (S. VII A. C.)
Puente entre la lírica, la épica y la tragedia. Mito: forma parte de la tradición y está presente en las celebraciones y fiestas. Orestiada, los cazadores del jabalí… Hímera está en la costa Septentrional de Sicilia. Fue enviado por Artemisa para devastar la región deCalidón en Etolia y halló su final en la Cacería de Calidón, en la que participaron numerosos héroes de la época. Debido a que el suceso mítico reunió a tantos héroes1 2 (entre los que había muchos que fueron venerados como progenitores de sus casas reinantes locales entre los grupos tribales de los helenos en la época clásica) la Cacería de Calidón ofrecía un tema natural en el arte clásico, pues era redolente con la telaraña de mitos que se acumularon en torno a sus protagonistas en otras ocasiones, alrededor de su ascendencia semidivina y su descendencia. 

12 ÍBICO DE REGIO (S. VI A. C.) Poesía íntima y personal, con un tono erótico. El amor se acerca al hombre y ofusca sus sentidos.

13 En primavera los membrillos cidonios florecen regados por la corriente de los arroyos en el huerto no hollado de las doncellas y también crecen los pámpanos bajo umbrosos retoños. Amor, en cambio, jamás reposa para mí en estación alguna, si no que, cual cierzo tracio inflamado por el rayo, sombrío y resoluto, me agita el alma por entero, violentamente, con un loco frenesí que me consume.

14 SIMÓNIDES DE CEOS (S. VI-V A.C.)
Testigo de la gestación de la conciencia panhelénica después de las guerras médicas. Mentalidad abierta y variedad de temas. Iniciador del epinicio (cantos a los atletas vencedores). Supo humanizar el mito complaciéndose en detalles intimistas.

15 BAQUÍLIDES Continuador de los epinicios de su tío Simónides.
Menos brillante que él pero más patético.

16 PÍNDARO ( A. C.) El más importante de los líricos corales por su fama ya en vida y del que mejor se conservan sus obras. Nacido en Beocia. Compositor de epinicios: cantos en honor de los vencedores. Olímpicas Píticas Nemeas Ítsmicas Métrica compleja Obras ajustadas a una estructura fija: Introducción citando al triunfador. Relaciones del personaje y su tierra con algún personaje de la mitología. Mito alusivo. Sentencia final destacando como valores la riqueza, la preparación, el valor, el culto a los dioses y el amor a la familia.

17 PÍNDARO:OLÍMPICAS A PSAUMIS DE CAMARINA, VENCEDOR EN LA CUADRIGA DE MULAS ¡De sublimes virtudes y de coronas en Olimpia ganadas recibe con riente corazón, Hija del Océano, el dulce primor, dones de Psaumis y de su carro de mulas incansables! Él, Camarina, acreció tu ciudad populosa, y seis pares de altares glorificó en las fiestas mayores de los dioses con sacrificios de bueyes y porfías de certámenes durante cinco días en carros de caballos y mulas y en corcel ensillado. Y a ti amable gloria consagró con su victoria, y por voz del heraldo a su padre Acrón proclamó y tu asiento recién habitado. Y vuelto de los amables lugares de Enómao y Pélope, canta, oh Palas, protectora de pueblos, tu bosque sagrado y el río Oanis y la patria laguna y augustos canales, por los que el Híparis riega el país y rápido aglutina el bosque de firmes moradas a lo alto erigido, llevando del desamparo a la luz a este pueblo de ciudadanos. Siempre por las nobles virtudes combaten el esfuerzo y dispendio hasta la meta que en riesgo se oculta. Los que con éxito lo consiguen, aun a sus ciudadanos parecen ser sabios. ¡Zeus salvador en tu trono de nubes, que habitas la colina de Crono, que honras el Alfeo de ancha corriente y la gruta sagrada del Ida! ¡Con el canto de lídicas flautas me presento ante Ti suplicante, y te pido enaltezcas aquesta ciudad con hazañas ilustres de hombres y que tú, vencedor en Olimpia, a quien los corceles contentan de Posidón, tengas hasta el fin senectud animosa, Psaumis, rodeado de hijos! Y si alguien alimenta su felicidad en salud, abastado de bienes y a ellos añadiendo la fama que no pretenda llegar a ser dios.

18 PÍNDARO: PÍTICAS A MEGACLES DE ATENAS, VENCEDOR EN LA CUADRIGA. El más bello preludio para la estirpe potente de los Alcmeónidas es Atenas, la gran ciudad, cuando hay que echar cimientos de canciones en honor de los caballos. Pues ¿qué patria, qué casa habitando podrás tu nombrar que en Hélade sea oída como más gloriosa? Porque en todas las ciudades se propala la fama de los ciudadanos de Erecteo, oh Apolo, los que en Pitón divina construyeron tu casa admirable. ¡Pero cinco victorias en Istmia me guían, y una muy insigne, la Olimpíada de Zeus, y dos conseguidas en Cirra, oh Megacles, tuyas y de tus antecesores! En el éxito nuevo me gozo. Pero esto me duele: que la envidia se vuelva a las obras hermosas. Se dice, por cierto, que la dicha floreciente, constante, trae así al hombre lo uno igual que lo otro.

19 LÍRICA MONÓDICA: POESÍA MÉLICA
Μέλος, ους: canto, música. Vinculada a Lesbos por ser la patria de Safo y Alceo y a Jonia por ser la de Anacreonte. Refleja el ambiente de la sociedad aristocrática del momento y también temas más intimistas. Erato, musa de la lírica amorosa

20 POESÍA MÉLICA: AUTORES
SAFO DE MITILENE (S. V A. c.) ANACREONTE DE TEOS (S. VI-V A. C.)

21 SAFO Procedente de Lesbos. La primera poetisa de occidente.
Poesía escrita y puesta al servicio de Afrodita. Trató del amor en su totalidad: plegaria para que la persona amada acepte, la espera, la presencia de la persona amada, la infidelidad y los celos, la ausencia de la persona amada, el regreso, la nostalgia, los síntomas del amor…

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23 SAFO “A los dioses clavado me parece El hombre aquel que frente a ti se sienta Y escucha a tu vera tus dulces palabras Y tu sonrisa encantadora: Y ello es lo que en mi pecho Ha conmovido mi corazón; Te miro y al punto ya no puedo articular palabra. Se me traba la lengua, Y al punto un sutil fuego corre bajo mi piel; No veo con mis ojos, me zumban los oídos, Me invade un sudor frío, Soy presa de un temblor, Y palidezco con palidez de hierba Y al borde mismo de la muerte Me da impresión de estar…”

24 SAFO ¡Tú que te sientas en trono resplandeciente, inmortal Afrodita! ¡Hija de Zeus, sabia en las artes de amor, te suplico, augusta diosa, no consientas que, en el dolor, perezca mi alma! Desciende a mis plegarias, como viniste otra vez, dejando el palacio paterno, en tu carro de áureos atalajes. Tus lindos gorriones te bajaron desde el cielo, a través de los aires agitados por el precipitado batir de sus alas. Una vez junto a mí, ¡oh diosa!, sonrientes tus labios inmortales, preguntaste por qué te llamaba, qué pena tenía, qué nuevo deseo agitaba mi pecho, y a quién pretendía sujetar con los lazos de mi amor. Safo, me dijiste, ¿quién se atreve a injuriarte? Si te rehúye, pronto te ha de buscar; si rehúsa tus obsequios, pronto te los ofrecerá él mismo. Si ahora no te ama, te amará hasta cuando no lo desees. ¡Ven a mí ahora también, líbrame de mis crueles tormentos! ¡Cumple los deseos de mi corazón, no me rehúses tu ayuda todopoderosa!

25 SAFO Igual parece a los eternos Dioses quien logra verse frente a ti sentado. ¡Feliz si goza tu palabra suave, Suave tu risa! ··· A mí en el pecho el corazón se oprime Solo en mirarte; ni la voz acierta De mi garganta a prorrumpir, y rota Calla la lengua. Fuego sutil dentro de mi cuerpo todo Presto discurre; los inciertos ojos Vagan sin rumbo; los oídos hacen Ronco zumbido. Cúbrome toda de sudor helado; Pálida quedo cual marchita yerba; Y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte, Muerta parezco.

26 ANACREONTE En contacto con varias cortes de distintos tiranos (Abdera, Samos, Tesalia y Atenas). Tres temas fundamentales: el banquete y el vino, el amor y las etapas de la vida y la vejez. Lenguaje claro y realista, imágenes sencillas.

27 Ya quiero amar, ya quiero. Cupido amar me manda, Y yo, ¡Pobre insensato! Desoigo sus palabras. Se irrita y toma el arco Con la dorada aljaba, Y me provoca, al punto A singular batalla. La acepto. Hecho un Aquiles Me ciño la coraza, Y audaz le desafió Con el escudo y la lanza. Dispara, y hurto el cuerpo; Agótase su aljaba; Y entonces, como un dardo, El mismo se dispara. El pecho me atraviesa, El corazón me clava, Y las fuerzas me roba Y la vida me arranca. Vano es ya resistirse, Inútiles las armas. ¿A qué tirar afuera Si es dentro la batalla? .

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29 APOLO Y MARSIAS

30 LÍRICA MONÓDICA: POESÍA YÁMBICA
Uso del yambo, base del trímetro yámbico que después se utilizará en el teatro. Métrica más cercana al habla popular. Relacionada con el culto a Deméter. Quizás poemas recitados al son de la flauta (disputa entre Apolo y Marsias) Poemas breves y con temas muy variados: burlas, consejos políticos, reflexiones morales, sentimientos amorosos

31 LÍRICA YÁMBICA: SEMÓNIDES
Aristócrata cansado de vivir: amargura en su obra. “Yambo de las mujeres” descarga su ira contra el sexo femenino. Comparación de éstas con distintos tipos de animales. Considerado el creador de la sátira.

32 EL YAMBO DE LAS MUJERES “De modo diverso la divinidad hizo el talante de la mujer desde un comienzo. A la una la sacó de la híspida cerda: en su casa está todo mugriento por el fango, en desorden y rodando por los suelos. Y ella sin lavarse y con vestidos sucios, revolcándose en estiércol se hincha de grasa. A otra la hizo Dios de la perversa zorra, una mujer que lo sabe todo. No se le escapa inadvertido nada de lo malo ni de lo bueno. De las mismas cosas muchas veces dice que una es mala, y otras que es buena. Tiene un humor diverso en cada caso. Otra, de la perra salió; gruñona e impulsiva, que pretende oírlo todo, sabérselo todo, y va por todas partes fisgando y vagando y ladra de continuo, aun sin ver nadie. No la puede contener su marido, por más que la amenace, ni aunque, irritado, le parte los dientes a pedradas, ni tampoco hablándole con ternura, ni siquiera cuando está sentada con extraños; sino que mantiene sin pausa su irrestañable ladrar…” De modo diverso la divinidad hizo el talante de la mujer desde un comienzo. A la una la sacó de la híspida cerda: en su casa está todo mugriento por el fango, en desorden y rodando por los suelos. Y ella sin lavarse y con vestidos sucios, revolcándose en estiércol se hincha de grasa. A otra la hizo Dios de la perversa zorra, una mujer que lo sabe todo. No se le escapa inadvertido nada de lo malo ni de lo bueno. De las mismas cosas muchas veces dice que una es mala, y otras que es buena. Tiene un humor diverso en cada caso. Otra, de la perra salió; gruñona e impulsiva, que pretende oírlo todo, sabérselo todo, y va por todas partes fisgando y vagando y ladra de continuo, aun sin ver nadie. No la puede contener su marido, por más que la amenace, ni aunque, irritado, le parte los dientes a pedradas, ni tampoco hablándole con ternura, ni siquiera cuando está sentada con extraños; sino que mantiene sin pausa su irrestañable ladrar. A otra la moldearon los Olímpicos del barro, y la dieron al hombre como algo tarado. Porque ni el mal ni el bien conoce una mujer de esa clase. De las labores sólo sabe una: comer. Ni siquiera cuando Dios envía un mal invierno, por más que tirite de frío, acerca su banqueta al fuego. Otra vino del mar. Ésta presenta dos aspectos. Un día ríe y está radiante de gozo. Cualquiera de fuera que la ve en su hogar la elogia: No hay otra mujer más agradable que ésta ni más hermosa en toda la tierra. Al otro día está insoportable y no deja que la vean ni que se acerque nadie; sino que está enloquecida e inabordable entonces, como una perra con cachorros. Es áspera con todos y motivo de disgusto resulta tanto a enemigos como a íntimos. Como el mar que muchas veces sereno y sin peligro se presenta, alegría grande a los marinos, en época de verano, y muchas veces enloquece revolviéndose en olas de sordo retumbar. A éste es a lo que más se parece tal mujer en su carácter: al mar que es de índole inestable. Otra procede del asno apaleado y gris, que a duras penas por la fuerza y tras los gritos se resigna a todo y trabaja con esfuerzo en lo que sea. Mientras tanto come en el establo toda la noche y todo el día, y come ante el hogar. Sin embargo, cuando se trata del acto sexual, acepta sin más a cualquiera que venga. Y otra es de la comadreja, un linaje triste y ruin. Pues ésta no posee nada hermoso ni atractivo, nada que cause placer o amor despierte. Está que desvaría por la unión de Afrodita, pero al hombre que la posee le da náuseas. Con sus hurtos causa muchos daños a sus vecinos, y a menudo devora ofrendas destinadas al culto. A otra la engendró una yegua linda de larga melena. Ésta evita los trabajos serviles y la fatiga, y no quiere tocar el mortero ni el cedazo levanta ni la basura saca fuera de su casa, ni siquiera se sienta junto al hogar para evitar el hollín. Por necesidad se busca un buen marido. Cada día se lava la suciedad hasta dos veces, e incluso tres, y se unta de perfumes. Siempre lleva su cabello bien peinado, y cardado y adornado con flores. Un bello espectáculo es una mujer así para los demás, para su marido una desgracia, de los que regocijan su ánimo con tales seres. Otra viene de la mona. Ésta es, sin duda, la mayor calamidad que Zeus dio a los hombres. Es feísima de cara. Semejante mujer va por el pueblo como objeto de risa para toda la gente. Corta de cuello, apenas puede moverlo, va sin trasero, brazos y piernas secos como palos. ¡Infeliz, quienquiera que tal fealdad abrace! Todos los trucos y las trampas sabe como un mono y no le preocupa el ridículo. No quiere hacer bien a ninguno, sino que lo que mira y de lo que todo el día delibera es justo esto: cómo causar a cualquiera el mayor mal posible. A otra la sacaron de la abeja. ¡Afortunado quien la tiene! Pues es la única a la que no alcanza el reproche, y en sus manos florece y aumenta la hacienda. Querida envejece junto a su amante esposo y cría una familia hermosa y renombrada. Y se hace muy ilustre entre todas las mujeres, y en torno suyo se derrama una gracia divina. Y no le gusta sentarse con otras mujeres cuando se cuentan historias de amoríos. Tales son las mejores y más prudentes mujeres que Zeus a los hombres depara. Y las demás, todas ellas existen por un truco de Zeus, y así permanecen junto a los hombres. Pues éste es el mayor mal que Zeus creó: las mujeres. Incluso si parecen ser de algún provecho, resultan, para el marido sobre todo, un daño. Pues no pasa tranquilo nunca un día entero todo aquel que con mujer convive, y no va a rechazar rápidamente de su casa al hambre, odioso compañero del hogar, dios de mal temple. Cuando piensa un hombre gozar de mejor ánimo en su hogar, por gracia de los dioses o fortuna humana, encuentra ella un reproche y se arma para la batalla. Pues donde hay mujer no puede recibirse con agrado ni siquiera a un huésped que acude a la casa. La que parece, en efecto, que es la más sensata, Ésa resulta ser la que más ofende a su marido, y mientras anda él de pasmarote, sus vecinos se ríen a su costa, viendo cuánto se equivoca. Cada uno hará elogios recordando a su propia mujer, y censuras cuando evoque a la de otro. ¡Y no advertimos que es igual nuestro destino! Porque éste es el mayor mal que Zeus creó, y nos lo echó en torno como una argolla irrompible, desde la época aquella en que Hades acogiera a los que por causa de una mujer se hicieron guerra. (Trad. de C. García Gual)

33 EL YAMBO DE LAS MUJERES “Otra vino del mar. Ésta presenta dos aspectos. Un día ríe y está radiante de gozo. Cualquiera de fuera que la ve en su hogar la elogia: No hay otra mujer más agradable que ésta ni más hermosa en toda la tierra. Al otro día está insoportable y no deja que la vean ni que se acerque nadie; sino que está enloquecida e inabordable entonces, como una perra con cachorros. Es áspera con todos y motivo de disgusto resulta tanto a enemigos como a íntimos. Como el mar que muchas veces sereno y sin peligro se presenta, alegría grande a los marinos, en época de verano, y muchas veces enloquece revolviéndose en olas de sordo retumbar. A éste es a lo que más se parece tal mujer en su carácter: al mar que es de índole inestable.”

34 EL YAMBO DE LAS MUJERES “A otra la sacaron de la abeja. ¡Afortunado quien la tiene! Pues es la única a la que no alcanza el reproche, y en sus manos florece y aumenta la hacienda. Querida envejece junto a su amante esposo y cría una familia hermosa y renombrada. Y se hace muy ilustre entre todas las mujeres, y en torno suyo se derrama una gracia divina. Y no le gusta sentarse con otras mujeres cuando se cuentan historias de amoríos. Tales son las mejores y más prudentes mujeres que Zeus a los hombres depara.”

35 EL YAMBO DE LAS MUJERES “Pues éste es el mayor mal que Zeus creó: las mujeres. Incluso si parecen ser de algún provecho, resultan, para el marido sobre todo, un daño. Pues no pasa tranquilo nunca un día entero todo aquel que con mujer convive…”

36 LA POESÍA ELEGIACA Acompañada al son de la flauta.
El metro es el dístilo (elegíaco) Parte de temas dolorosos, pero va dando cabida a todo tipo de temas: consejos morales, reflexiones éticas y exhortaciones a la guerra.

37 AUTORES DE POESÍA ELEGÍACA
Solón (s. VII-VI a. C.) Tirteo (s. VII a. C.) Teognis de Mégara (s. VI a. C.)

38 SOLÓN Poeta, político y sabio.
"Aprenderas a gobernar, después de aprender a ser gobernado." SOLÓN Poeta, político y sabio. Papel de mediador entre los intereses políticos de los aristócratas y las clases populares Versos de exhortación al diálogo. Poemas con reflexiones de tipo ético. Dividía la vida en diez etapas de siete años y explicaba los rasgos de cada una.

39 TIRTEO Espartano, transmitió a través de su poesía el ideal de un pueblo guerrero. Creó tópicos para la posteridad: la pelea con fe, el apoyo al compañero, la caída y la muerte gloriosas… Convertido en el poeta nacional de Esparta.

40 TIRTEO “Pues es hermoso morir si uno cae en vanguardia    cual guerrero valiente que por su patria pelea.   Que lo más amargo de todo es andar de mendigo,   abandonando la propia ciudad y los fértiles campos,   y marchar al exilio con el padre y la madre ya ancianos    seguidos de los hijos y de la legítima esposa ¡Ah, jóvenes, pelead con firmeza y codo a codo;  no iniciéis una huida afrentosa ni cedáis al espanto;  aunmentad en vuestro pecho el coraje guerrero,  y no sintáis temor de hacer frente al enemigo!”

41 TEOGNIS Aristócrata y magistrado que por los conflictos políticos perdió sus tierra y tuvo que exiliarse. Temática variada: el banquete, la patria, la amistad, el odio y la sociedad. Defensa de los ricos y se critica a los nuevos ricos, incultos y ambiciosos.

42 TEOGNIS “Nadie, oh Cirno, es culpable de su ruina o provecho, sino los dioses que otorgan lo uno y lo otro. Ninguna persona se afana sabiendo en su mente si su acción será al fin provechosa o dañina. A menudo quien creía obrar mal hizo un bien, y pensando hacer un bien ha hecho un mal. A ningún hombre le sale bien cuanto quiere; porque los límites de su impotencia lo frenan. Los hombres en vano planeamos, pues nada sabemos. Los dioses lo cumplen todo a su antojo.”

43 LOS NUEVE POETAS LÍRICOS
Los nueve poetas fueron éstos: Alceo de Mitilene (lírica monódica, VII siglo a. de C.) Safo (lírica monódica, VII siglo a. C.) Anacreonte (lírica monódica, VI siglo a. C.) Alcmán de Esparta (lírica coral, siglo VII a. C.) Estesícoro (lírica coral, VI siglo a. C.) Íbico (lírica coral, VI siglo a. C.) Simónides de Ceos (lírica coral, siglo VI a. C.) Baquílides (lírica coral, siglo V a. C.) Píndaro (lírica coral, siglo V a. C.)


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