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C u r s o para padres y catequistas de Primera Comunión

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Presentación del tema: "C u r s o para padres y catequistas de Primera Comunión"— Transcripción de la presentación:

1 C u r s o para padres y catequistas de Primera Comunión
Curso del Instituto de Formación Teológica por Internet ( I. F. T. I. )

2 32° lección I. Parábolas y comparancias (II) Parábola del Sembrador o Comparancia de la Cosecha Despareja Salió un chacarero a sembrar cereal. Desparramó la semilla generosamente, sin mezquinar nada. Algunos granos cayeron en la huella, vinieron los pájaros y se los comieron.

3 Otros cayeron en medio de unas toscas y brotaron pero, como no podían echar raíces, las plantitas se secaron pronto. Algunas cayeron entre abrojos y abrepuño; en cuanto soltaron hoja, los yuyos espinosos ahogaron lo sembrado. Y, finalmente, hubo granos que cayeron en buena tierra y dieron muchas espigas, permitiendo una cosecha con rindes diferentes: ciertas semillas rindieron treinta por una, otras sesenta y otras cien. Fue ésta una de las parábolas que los apóstoles no entendieron.

4 Lo llevaron aparte a Jesús y le pidieron que se las explicara
Lo llevaron aparte a Jesús y le pidieron que se las explicara. Jesús les aclaró: -La semilla es la palabra de Dios, que siembro a manos llenas. La que cae en el camino es aquella que reciben hombres indiferentes, viene el diablo y la olvidan de inmediato. La que cae entre la tosca se refiere a gente que la recibe bien dispuesta pero que, frívola e inconstante, deja de lado mis enseñanzas.

5 La que cae en medio de los abrojos simboliza a otros que también la oyen con gusto y empiezan a ponerla en práctica pero, después, se dejan encandilar por la ambición de poder, el trajín de los negocios, la especulación financiera y el afán de figurar, terminando por menospreciarla. La buena tierra es figura de los que oyen mi palabra, reforman sus vidas y dan fruto, unos más y otros menos.

6 Parábola del Hijo Pródigo o Comparancia del Farrista Arrepentido Un estanciero tenía dos hijos. El mayor era cumplidor de sus obligaciones aunque medio envidioso. El menor era vago y farrista pero muy simpático. Un día, éste le pidió al padre que le adelantara la herencia para hacer su vida. El padre consintió. Arrimó a la feria un lote de vaquillonas, vendió la cosecha a término y remató una lonja de campo, entregándole al hijo el dinero así obtenido.

7 Se fue el muchacho y, atolondrado como era, no dejó macana por hacer
Se fue el muchacho y, atolondrado como era, no dejó macana por hacer. Se dedicó al naipe y la ruleta, las carreras cuadreras, el whisky, los videojuegos y las modelos. Hasta que no le quedó ni un peso. Se conchabó entonces para cuidarle los chanchos a un hombre rico y muy desconsiderado con su personal, que ni de comer les daba.

8 Hambriento, llegó a alimentarse con el maíz y las sobras que les tiraban a los chanchos, pensando en lo bien que estaban los peones en la estancia de su padre, donde nada les faltaba: mate con galleta de puño al levantarse, carne a la hora de churrasquear, puchero o estofado a mediodía, mate cocido por la tarde y asado al asador cuando se ponía el sol: hasta vino les servían en el almuerzo y la cena.

9 Sin embargo, no se atrevía el muchacho a pegar la vuelta, pensando que el padre estaría ofendido por lo ingrato que había sido con él. De modo que las seguía pasando negras y ya estaba en los huesos. Pero por fin resolvió regresar. Pensó: -Le pediré perdón a mi padre, me arrodillaré a sus pies y le rogaré que aunque sea me tome como mensual en su establecimiento. Mientras tanto, el padre extrañaba a su hijo muchísimo.

10 Cada mañana y cada tarde subía a la torre del molino y se quedaba mirando hacia el lado de la tranquera, para ver si al hijo le daba por volver. Estaba un día arriba del molino cuando lo divisó a la distancia. Pese a que estaba enteramente cambiado, reconoció su manera de caminar y corrió a recibirlo. Quiso el hijo empezar el discursito que tenía preparado. Pero ni tiempo le dio su padre.

11 Lo abrazó, lo llenó de besos, mandó que le trajeran camisa y bombachas nuevas, botas flamantes, pañuelo de seda para el cuello y hasta un anillo le puso en el dedo. Hizo matar un novillo gordo y reunió a la peonada para festejar la vuelta del muchacho. El mayor, que esta disqueando un potrero, volvía a las casas cuando oyó música de guitarras y acordeones. Milongas, zambas y chamamés estaban tocando.

12 Y alguno zapateaba al compás de un malambo
Y alguno zapateaba al compás de un malambo. Preguntó qué era lo que pasaba y se lo dijeron. Entonces se sentó a la retranca y no quiso arrimarse al asado. Salió el padre a buscarlo pero él seguía empacado. Dijo: -Yo siempre trabajé para usted, Tata, y nunca me permitió comer ni un cordero con mis amigos. Y ahora que llega ese hijo suyo, después de patinarse la herencia, vea la fiesta que le organiza. Le dice el padre:

13 -No seas injusto, muchacho
-No seas injusto, muchacho. Vos siempre estuviste conmigo y sabés que lo que tengo es tuyo. Debés acompañarme en esta alegría que siento porque he recuperado al hijo que parecía perdido para siempre. Igual que el padre de esta historia recibe Dios a los pecadores que se arrepienten y van a confesarse.

14 II. Verdades del Compendio (nn. 286 a 294)
EL SACRAMENTO DE LA EUCARISTÍA (continuación) - Al sacramento de la Eucaristía se le debe rendir el culto de latría, es decir la adoración reservada a Dios, tanto durante la celebración eucarística, como fuera de ella.

15 - La Iglesia conserva con la máxima diligencia las Hostias consagradas, las lleva a los enfermos y a otras personas imposibilitadas de participar en la Santa Misa, las presenta a la solemne adoración de los fieles, las lleva en procesión e invita a la frecuente visita y adoración del Santísimo Sacramento, reservado en el Sagrario.

16 - La Eucaristía es el banquete pascual porque Cristo, realizando sacramentalmente su Pascua, nos entrega su Cuerpo y su Sangre, ofrecidos como comida y bebida, y nos une con Él y entre nosotros en su sacrificio. - El altar es el símbolo de Cristo mismo, presente como víctima sacrificial (altar-sacrificio de la Cruz), y como alimento celestial que se nos da a nosotros (altar-mesa eucarística).

17 - La Iglesia establece que los fieles tienen obligación de participar de la Santa Misa todos los domingos y fiestas de precepto, y recomienda que se participe también en los demás días. - La Iglesia recomienda a los fieles que participan de la Santa Misa recibir también, con las debidas disposiciones, la sagrada Comunión, estableciendo la obligación de hacerlo al menos en Pascua.

18 - Para recibir la sagrada Comunión se debe estar plenamente incorporado a la Iglesia Católica y hallarse en gracia de Dios, es decir sin conciencia de pecado mortal. - Quien es consciente de haber cometido un pecado grave debe recibir el sacramento de la Reconciliación antes de acercarse a comulgar.

19 - Son también importantes el espíritu de recogimiento y de oración, la observancia del ayuno prescrito por la Iglesia y la actitud corporal (gestos, vestimenta), en señal de respeto a Cristo. - Los frutos de la sagrada Comunión: acrecienta nuestra unión con Cristo y con su Iglesia, conserva y renueva la vida de la gracia y nos hace crecer en el amor al prójimo.

20 Fortaleciéndonos en la caridad, nos perdona los pecados veniales y nos preserva de los pecados mortales. - Los ministros católicos administran lícitamente la sagrada Comunión a los miembros de las Iglesias orientales que no están en plena comunión con la Iglesia, siempre que éstos lo soliciten espontáneamente y tengan las debidas disposiciones.

21 - Asimismo, los ministros católicos administran lícitamente la sagrada Comunión a los miembros de otras comunidades eclesiales que, en presencia de una grave necesidad, la pidan espontáneamente, estén bien dispuestos y manifiesten la fe católica respecto al sacramento.

22 - La Eucaristía es prenda de la gloria futura porque nos colma de toda gracia y bendición del cielo, nos fortalece en la peregrinación de nuestra vida terrena y nos hace desear la vida eterna, uniéndonos a Cristo, sentado a la derecha del Padre, a la Iglesia del cielo, a la Santísima Virgen y a todos los santos.

23 En pocas palabras… ¿Cuidás tu alma?
Cuidamos nuestro cuerpo… Cuidamos nuestro hogar… Cuidamos nuestro trabajo…

24 III. INSTRUCCIÓN GENERAL DEL MISAL ROMANO
IV.ALGUNAS NORMAS GENERALES PARA TODAS LAS FORMAS DE MISA (continuación) Comunión bajo las dos especies La Comunión tiene una expresión más plena por razón del signo cuando se hace bajo las dos especies.

25 En efecto, en esa forma se manifiesta más perfectamente el signo del banquete eucarístico, y se expresa con mayor claridad la voluntad divina con que se ratifica en la Sangre del Señor la Alianza nueva y eterna, como también la relación entre el banquete eucarístico y el banquete escatológico en el reino del Padre.

26 Procuren los sagrados pastores recordar a los fieles que participan en el rito o asisten a él, del modo más adecuado posible, la doctrina católica según el Concilio de Trento sobre la forma de recibir la sagrada Comunión. En primer lugar, recuerden a los cristianos que la fe católica enseña que también bajo una sola de las especies se recibe a Cristo todo y entero y el verdadero Sacramento, (…)

27 (…) y que, por consiguiente en lo que atañe a su fruto, no se verán privados de ninguna gracia necesaria para la salvación los que reciben una sola especie. Enseñen, además, que la Iglesia tiene poder para establecer o cambiar en la administración de los Sacramentos, dejando intacta su sustancia, aquello que, según la variedad de las circunstancias, tiempos y lugares, juzgue que conviene más a los que los reciben o a la veneración de los mismos Sacramentos.

28 Al mismo tiempo aconséjese a los fieles que procuren participar en el sagrado rito, en la forma en que brilla más plenamente el signo del banquete eucarístico. Se permite la Comunión bajo las dos especies, además de los casos propuestos en los libros rituales: a los sacerdotes que no pueden celebrar o concelebrar; al diácono y a quienes desempeñan alguna función en la Misa

29 a los miembros de las comunidades en la Misa conventual y en la “de comunidad”, alumnos de seminarios, a todos los que están haciendo ejercicios espirituales o que participan de una reunión espiritual o pastoral. El obispo diocesano puede establecer para su diócesis normas para la Comunión bajo las dos especies, que también deben ser observadas en las iglesias de las comunidades religiosas y en las celebraciones con grupos pequeños.

30 El Obispo tiene la facultad de permitir la Comunión bajo las dos especies cuantas veces parezca oportuno al sacerdote a quien se le ha confiado la comunidad, con tal que los fieles estén bien instruidos y que no haya peligro de profanación del sacramento o que el rito se torne dificultoso por el gran número de participantes, o por otra causa.

31 En cuanto al modo de distribuir a los fieles la sagrada Comunión bajo las dos especies, y a la extensión de la facultad, las Conferencias Episcopales pueden elaborar normas, con el reconocimiento de la Sede Apostólica. Cuando la Comunión se distribuye bajo las dos especies: a) el diácono, como de costumbre, sirve en el manejo del cáliz, o en su ausencia, un presbítero; (…)

32 (…) o también un acólito debidamente instituido u otro ministro extraordinario de la sagrada Comunión; o un fiel, a quien, en caso de necesidad, se le confía este oficio ad actum; b) lo que tal vez sobrara de la Sangre del Señor lo bebe el sacerdote, o el diácono, o el acólito instituido, que ayudó con el cáliz y purifica, seca y ordena los vasos sagrados del modo acostumbrado. A los fieles, que tal vez quieran comulgar sólo bajo la especie del pan, se les dará la Comunión de esa forma.

33 Para la distribución de la Comunión bajo las dos especies se ha de preparar: a) si la Comunión se hace bebiendo directamente del cáliz, prevéase un cáliz suficientemente grande, o varios cálices, cuidando siempre que no vaya a sobrar demasiada cantidad de Sangre del Señor que debe ser sumida al fin de la celebración;

34 b) si se hace por intinción, las hostias no deben ser ni demasiado delgadas ni demasiado pequeñas, sino de un espesor un poco mayor que el de costumbre, de modo que una vez mojada parcialmente en la Sangre, pueda ser distribuida convenientemente. Si la Comunión de la Sangre se hace bebiendo del cáliz, el que va a comulgar, después que recibe el Cuerpo de Cristo, se acerca al ministro del cáliz y permanece de pie ante él.

35 El ministro dice: La Sangre de Cristo, y el comulgante responde: Amén, y el ministro le alcanza el cáliz, al que el mismo comulgante con sus manos lleva a la boca. El comulgante bebe un poco del cáliz, lo devuelve al ministro y se retira; el ministro limpia el borde del cáliz con el purificador. Si la Comunión se hace por intinción, el que va a comulgar, sosteniendo la patena bajo la boca, se acerca al sacerdote, que tiene el recipiente con las partículas consagradas y a su lado al ministro que sostiene el cáliz.

36 El sacerdote toma una hostia, la moja parcialmente en el cáliz y mostrándola dice: El Cuerpo y la Sangre de Cristo; el comulgante responde: Amén, recibe el Sacramento en la boca de mano del sacerdote, y luego se retira.

37 IV. Oraciones La visita al Santísimo Sacramento "La visita al Santísimo Sacramento es una prueba de gratitud, un signo de amor y un deber de adoración hacia Cristo, nuestro Señor" (Pablo VI, Enc. Misterium fidei) (CIC 1418).

38 Rezar tres veces V: Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del altar. R: Sea, por siempre, bendito y alabado. Padre nuestro… Avemaría… Gloria… Comunión espiritual: Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los Santos.

39 Presentación confeccionada por el Padre Juan María Gallardo ( ) Para y Con el aporte Mónica Heller ( )


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