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El pintor holandés que estafó a los nazis

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Presentación del tema: "El pintor holandés que estafó a los nazis"— Transcripción de la presentación:

1 El pintor holandés que estafó a los nazis
Han van Meegeren (Henricus Antonius van Meegeren) El pintor holandés que estafó a los nazis

2 En 1945, a punto de acabar la Segunda Guerra Mundial, los americanos hicieron un hallazgo que hubiera hecho palidecer de envidia al mismísimo Indiana Jones. Oculto en una mina de sal, en Austria, los aliados encontraron un inmenso botín de guerra de los nazis, quienes seguramente lo ocultaron allí en espera de mejores días que –por fortuna– nunca llegaron. El botín escondido en aquella mina era cuantioso en oro, plata, joyas y obras de arte de incalculable valor, de las que los nazis se habían apoderado en los pueblos y ciudades por donde pasaron.

3 Las minas de sal donde encontraron
el tesoro

4 Las minas de sal donde encontraron el tesoro

5 uno de los artistas más imitados por Han van Meegeren
En medio de todo aquello llamaba la atención un cuadro -desconocido hasta la fecha- del pintor holandés del S.XVII, Johanes Vermeer, famoso sobre todo por su fascinante cuadro “La joven de la perla” (conocido también como La Mona Lisa del norte). La joven de la perla, de Johannes Vermeer, uno de los artistas más imitados por Han van Meegeren

6 Este nuevo cuadro se llamaba del muy cotizado pintor.
“La mujer adúltera” y no estaba catalogado en la lista de obras del muy cotizado pintor. “La mujer adúltera”

7 Guardias holandeses custodiando
Fue enviado a varios especialistas y peritos de arte, quienes después de examinarlo no tuvieron dudas de que estaban ante un valiosísimo hallazgo, un Vermeer auténtico, hasta ese momento desconocido. Guardias holandeses custodiando "La mujer adúltera"

8 Llenos de asombro, quisieron saber la procedencia del cuadro y gracias a la muy eficiente burocracia alemana, encargada del control, no fue tan difícil. Hermann Göring

9 Para sorpresa de todos, se descubrió que el valioso cuadro no pertenecía a ninguna incautación o saqueo, sino que había sido comprado en Ámsterdam, Han Van Meegeren

10 y se había pagado por él la suma de 850,000 dólares, en efectivo, y su comprador había sido, nada más y nada menos, que Hermann Göring, el lugarteniente de Hitler.

11 “El joven Cristo en el templo”
Pintando frente a los jueces “El joven Cristo en el templo” Al buscar en los archivos al vendedor, se encontraron con un desconocido pintor llamado Han Van Meegeren, que curiosa-mente para esa época de la post guerra, gozaba de un nivel de vida holgado, y más alto que el de un ciudadano promedio.

12 Enseguida fue detenido y acusado de ser cómplice de los nazis y traición a la patria, esto último por traficar con obras del Patrimonio Cultural Holandés. Vender un Vermeer a los nazis fue visto como un sacrilegio para los holandeses, y era casi seguro que el desconocido pintor terminaría en la horca. Casi concluida la obra

13 Van Meegeren trató de justificar la procedencia del cuadro, pero cayó en numerosas contradicciones y no convenció a nadie. Así que, como se veía colgando de una cuerda, decidió contar la verdad. Dos especialistas observan el cuadro

14 (A la izquierda el famoso cuadro de
Confesó que él mismo había pintado el cuadro, que la tan cacareada obra de arte era solo una falsificación y que en total había vendido seis cuadros de su autoría, haciéndolos pasar como Vermeer auténticos y por los que le habían pagado grandes sumas de dinero. " La Malle Babbe" (A la izquierda el famoso cuadro de Frans Hals, a la derecha la versión de Van Meegeren)

15 "Los discípulos de Emaús", de Van Meegeren, en una exposición en Rotterdam Obviamente que ni los jueces ni los fiscales se creyeron la historia, además de que los expertos en arte certificaban al cuadro como auténtico y decían que era imposible que se tratase de una falsificación.

16 Jacoba “Cootje” Henning
Dadas las circunstancias y a punto de ser declarado culpable y llevado a la horca, Van Meegeren pidió al jurado que le permitiesen demostrarlo allí mismo, pintando un cuadro ante la corte que lo juzgaba, y su petición fue aceptada. Han Van Meegeren & Jacoba “Cootje” Henning

17 Empezó explicando las técnicas que utilizaba
Empezó explicando las técnicas que utilizaba. Primero buscaba en tiendas de arte y galerías cuadros de poco valor, pero cuyas telas fueran del siglo XVII, luego seguía un minucioso proceso que imitaba el método de trabajo de Vermeer. Para ello, Van Meegeren se había sumergido en las biografías de los antiguos maestros para estudiar sus vidas, sus ocupaciones, sus técnicas y sus catálogos. Dijo que le tomó seis años poder imitar sus técnicas. Utilizaba pinceles de pelo de tejón y para el tono azul empleaba lapislázuli, que hacía traer de Inglaterra.

18 La fórmula original del aceite para las mezclas dijo haberla sacado de viejos manuscritos y también usó ciertos productos químicos para que sus pinturas parecieran tener 300 años. Después de terminar una pintura, la secaba con formaldehido, la horneaba entre 100 y 120°C para endurecerla y luego la enrollaba en un cilindro para aumentar las grietas. Finalmente lavaba las pinturas en tinta china para rellenar e imitar las grietas y estrías que tienen las piezas del auténtico pintor. Todo este proceso en manos de un buen artista, como Van Meegeren, lograba que los cuadros realmente pareciesen auténticos Vermeer.

19 Entre julio y diciembre de 1945, y bajo la atenta mirada del jurado, reporteros y testigos, Van Meegeren pintó su última falsificación, "El joven Cristo en el templo". Este nuevo cuadro igualmente pasó la criba de todos los expertos que lo examinaron, asombrándose de su increíble capacidad de falsificación.

20 Al final del juicio, Han Van Meegeren logró salvar su vida
Al final del juicio, Han Van Meegeren logró salvar su vida. El 12 de noviembre de 1947 fue condenado a tan solo un año de prisión, pero nunca lo llegó a cumplir, porque antes de ser encarcelado sufrió un ataque cardíaco y murió el 30 de diciembre de 1947, a la edad de 58 años. Lo irónico de todo es que durante el tan sonado proceso judicial Han Van Meegeren se convirtió en una celebridad en su país. De traidor a la patria se convirtió en héroe nacional pues pasó a ser "el holandés que le mintió a Göring ", "el compatriota que engañó a los nazis", aunque nunca pudo disfrutar de su fama.

21 En la actualidad, su trabajo como pintor es reconocido y sus cuadros e incluso sus falsificaciones se cotizan bastante bien; de hecho su viuda hizo una fortuna. Hoy en día, con las nuevas tecnologías, sus falsificaciones no pasarían como Vermeer auténticos, pues los análisis detectarían enseguida que los elementos usados para los colores no pertenecen al siglo XVII. Hay que aclarar que Van Meegeren no falsificó solamente a Vermeer, mucho antes había imitado obras de algunos de los más famosos artistas del Siglo de Oro Holandés, entre ellos Frans Hals, Pieter de Hooch y Gerard ter Borch.

22 Replicó tan bien los estilos y colores de los artistas copiados, que los mejores expertos y críticos de arte de la época siempre consideraban sus pinturas como genuinas. Su falsificación más exitosa fue "Los discípulos de Emaús", realizada en 1937 mientras vivía en el sur de Francia. Esta pintura fue aclamada por algunos de los más importantes expertos de arte como "la mejor obra de Vermeer que habían visto". Pero era simplemente obra de aquel brillante y astuto pintor contemporáneo.

23 Una colección de firmas genuinas y falsas de Han van Meegeren Fin


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