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2.- Rescatando del cofre de la memoria Hoy quiero rescatar del cofre de la memoria algunas reliquias históricas. Se trata de aquellos primeros dibujos.

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3 2.- Rescatando del cofre de la memoria Hoy quiero rescatar del cofre de la memoria algunas reliquias históricas. Se trata de aquellos primeros dibujos y pinturas que hice en Manabí (Ecuador). Ellos están hechos para contar una historia muy sencilla y muy apasionante: la historia de cómo los más pobres comenzaron a organizarse.

4 3.- Pintando a la luz de una vela Son los primeros dibujos y pinturas que hice, muchas veces a la noche, cuando regresaba del campo de visitar a las comunidades. A veces a la luz de una vela, con un lápiz corriente o con lápices de colores. En aquellas casas sencillas y rústicas donde vivíamos en Pedernales, San Isidro, Jama, San Vicente, o en nuestra casa grande de Bahía, donde compartimos con todo el equipo momentos pletóricos de ilusión, de descubrimiento de caminos de liberación. Ahora, al sacar aquellas pinturas del baúl de los recuerdos, he relaborado algunas de ellas y he hecho otras nuevas pinturas para completar la historia.

5 4.- Todos éramos utópicos y dibujantes artesanos A todos los compañeros nos tocó desarrollar el rústico arte de hacer dibujos o garabatos. Cada reunión, cada asamblea, cada misión, comenzaba con un sencillo dibujo, hecho muy artesanalmente, que expresaba la realidad que queríamos analizar. Hacíamos códigos, carteles, para las reuniones. Elaborábamos folletos, boletines, pequeños libritos, para devolver las reflexiones y las experiencias de la gente sencilla, porque creíamos firmemente en ellos y en su proceso de organización. Publicamos métodos de alfabetización, siempre basados en dibujos motivadores. Y editamos colecciones de tarjetas.

6 5.- El lápiz no se movía por el dominio de la técnica Son dibujos ingenuos, sencillos, infantiles, técnicamente limitados. Pero es que el lápiz no se movía por el dominio de la técnica, sino por la fuerza del amor a aquel pueblo. A mí me apasionó aquel sencillo arte de perfilar con rayas y colores la vida de la gente y sus ilusiones. Llegaba del campo y necesitaba expresar lo que había visto: la vida del pueblo, sus sufrimientos, las profundas injusticias. Pero, sobre todo, quería mostrar caminos de solución, las sencillas formas de organización. Me pareció que aquel arte tenía posibilidades ilimitadas y aún, puedo decir, no he llegado al final de todo lo quisiera contar a través de la pintura.

7 6.- Pinturas utópicas Estos dibujos sencillos quieren descubrir la vida, quieren recorrer el perímetro de la pobreza, los escondrijos donde luchan por la subsistencia los más pobres. Pero, sobre todo, pretenden animarles a vivir con esperanza, a creer en sí mismos, a construir comunidades vivas. Por eso se llaman pinturas utópicas, porque quieren ayudar a sus protagonistas a construir un pueblo libre, pleno de derechos.

8 7.- Buscando una vida más natural El tono y el ambiente de esta utopía que aquí se describe es pretendidamente rural, familiar, femenino, comunitario, ingenuo. Por supuesto que la vida –y la vida de los más pobres- es también urbana o suburbana, complicada, individualista, machista, violenta. Pero aquí, como en todo, hay una apuesta. Creo que las personas seremos más felices en la medida en que nos acerquemos a los modos de vida más naturales y primitivos.

9 8.- Una utopía realista con personas reales Al mismo tiempo, es una utopía sumamente realista. Cada persona que aparece en estas imágenes, se refiere a alguna persona concreta, con sus nombres y apellidos. Detrás de cada grupo de gente hay una experiencia determinada. Podría ponerle nombre a los rostros, identificar los lugares. Cada escena corresponde a alguna vivencia definida. Aquí hay comunidades vivas que después de más treinta y cinco años siguen reuniéndose y haciendo juntos el largo camino de la liberación.

10 9.- La fuerza de los pobres Pero, sobre todo, he querido ponerles alma a estos dibujos. Y el alma profunda de esta historia de los pobres la descubrimos y la sorbimos, junto a todos mis compañeros, en aquellas charlas largas con la gente, sentados en los suelos de caña de las casas, en las reuniones nocturnas interminables de las comunidades. Y también en los diálogos apasionados con los compañeros. Nos reuníamos a debatir. Guardábamos celosamente todo por escrito. Creíamos tan firmemente en la fuerza de los pobres que seguiremos creyendo en ella hasta la victoria final.

11 10.- El País utópico La Costa, la Sierra, el Oriente, Galápagos, las regiones de Ecuador, las distintas razas y culturas, forman una comunidad, animada por la fuerza vital del sol, de las plantas y las flores, de las aves del cielo, de los nevados eternos.

12 11.- Nació un niño El sol guiñó su ojo travieso y comenzó el juego de la vida; la luna envolvió en la noche la lucha del pobre con su ternura. El nacimiento, la pareja, el sexo, la alegría, la picardía: valores de un pueblo vitalista.

13 12.- La familia, fuerza de la comunidad Estampas de la vida campesina, modelos de viviendas; detalles de la vida, de los trabajos, de los juegos. Todo ello forma un gran mosaico familiar, en el que se asienta la comunidad.

14 13.- Un gran descubrimiento: el trabajo comunitario El trabajo comunitario fue un gran descubrimiento para los más pobres. Personas muy sencillas se reúnen, ponen lo que más pueden poner ellos, su fuerza de trabajo. De esta manera logran reunir unos fondos, comienzan a resolver sus necesidades primarias y empiezan a salir de los trabajos esclavos con los patrones. Así van fortaleciendo su unión. Por eso, se muestra el trabajo comunitario como danza de la liberación.

15 14.- Haciendo pueblo Una familia trabajando al pie de su casa; un grupo haciendo trabajo comunitario; los niños jugando en el recreo de la escuela; la comunidad reunida; la danza, la fiesta; una marcha de gente reivindicando sus derechos. Un camino y la familia completa que avanza por él. Todo contribuye a hacer un pueblo libre.

16 16.- La marcha del pueblo hacia la liberación Una multitud de gente pobre ha salido de sus casas escondidas y avanzan unidos, presididos por el luminoso y cálido sol, guarecidos por la sombra de los samanes y animados por los cantos de los pájaros. ¿A dónde caminan? La unión de los pobres es el camino.

17 15.- El Recinto profundo Las casitas de caña alejadas, muchas en lo alto de una loma, y cada casita rodeada de su finca; los cafetales, las plantaciones; caminos y senderos donde uno se encuentra con los vecinos; ríos y esteros regando la naturaleza. Y en el centro del recinto: la escuela, la cancha, la capilla.

18 17.- La última cena montubia Una palabra de Dios, leída e interpretada desde las raíces culturales montubias, es un elemento profundamente liberador de las comunidades. Y deseamos vivir nuestra vida fieles a nuestros orígenes. Porque un pueblo que pierde sus raíces está llamado a la muerte.

19 18.- Somos una casa de puertas y ventanas abiertas El mundo de los pobres es profundo y quiere abrir sus puertas y ventanas, para dar a conocer sus utopías, para acoger toda la savia de liberación que se respira a lo largo y ancho del mundo, para compartir todas las experiencias de organización.

20 19.- Ha nacido un niño que llevará nuestra antorcha En nuestra casa de puertas y ventanas abiertas, hay tantas experiencias como personas. Y todo ese bagaje lo transmitimos a nuestros niños, pues ellos son los que van a coger el testigo de nuestra lucha liberadora, porque sabemos que no es corta.

21 20.- Las mujeres de la chacra Sembrar, recoger, regar…, tareas importantes, no sólo en la chacra sino en la vida. La liberación femenina y la participación de la mujer son fuerza y fruto de las comunidades.

22 21.- La familia trabajando en la huerta Imagen utópica pero posible de un país feraz: el autoconsumo y la auto subsistencia familiar son alternativa real para los pobres, que no quieren depender de patrones y de la venta esclava de su trabajo.

23 22.- Los cimientos de la comunidad Trabajar juntos, producir en común, fortalecer su unión, reunirse en comunidad: es la forma que tienen los pobres de cambiar la realidad y alcanzar sus metas.

24 23.- Reunirse y trabajar comunitariamente Así empieza la organización, así se forma la comunidad. Unas personas se juntan, empiezan a hablar y a compartir; analizan la realidad a la luz de la palabra de Dios. Como no tienen nada, pues son muy pobres, trabajan juntos para tener lo necesario y fortalecer su unión. Y así siguen hasta el final de la vida.

25 24.- La vida plácida en el campo La vida serena en el campo, la tertulia, un alto en el camino para conversar con los vecinos, es la cara de una vida rural, que también tiene su cruz. Aquí queremos mostrar su imagen liberadora para inmortalizar el sentido profundo de la vida campesina.

26 25.- La reunión en la loma Una escena real, donde se forjaron nuestros primeros sueños utópicos. La reunión en la loma de Tachina, cobijados por la luna, treinta familias, llegados de otros tantos cerros y sumidas en la mayor pobreza y explotación, empezaron a hablar. En ese primer movimiento de un ser que desata su palabra y ansía liberarse, está toda la potencia del proceso de liberación en el que creemos.

27 26.- Un canto de la naturaleza Cuando los pobres toman la voz, cuando un campesino oprimido por los patrones lanza su primera palabra, cuando una mujer dominada empieza a enderezarse…, eso es la comunidad. Es toda la tierra la que canta de gozo.

28 27.- Dichosos los que aportan ternura El camino liberador de los pobres es muy largo y necesita mucha energía personal y muchas dosis de ternura para resistir hasta el final. La comunidad exige una vida personal de entrega y amor. Cuántas personas, en este proceso comunitario, han exclamado gozosos: “Yo llevaba una vida inútil y egoísta y, gracias a la comunidad, he cambiado”. Bienvenidas todas las personas que aportan pasión y entrañas compasivas a la causa de liberación.

29 28.- Pocas cosas se necesitan para vivir Una familia pobre reposa alegre junto a sus sencillas posesiones. Pocas cosas que se necesitan para vivir: llevar una vida natural, estar en paz con los hermanos, vivir en armonía con el entorno, saborear los discretos placeres de la vida. Y la capacidad de poner color a los días grises.

30 29.- Las lavanderas de Palmar Las lavanderas de Palmar lavan la ropa de la señora Sofía, la esposa del terrateniente, mientras ella juega a las cartas con sus amigas, después de tomar chocolate y asistir a la misa.

31 30.- Las dos pequeñas lavanderas Estas dos niñas de la Chonta, después de terminar los estudios de cada día, colaboran en los quehaceres domésticos, lavando la ropa en el porche de la casa. Es importante aprender a trabajar desde pequeño. Y la economía de una familia pobre exige la colaboración de todos.

32 31.- El milagro del arroz Decía Eddy Vera, de La Semira, en Baba, el cual se sentía muy montubio y siempre estaba reflexionando cuando estaba machetando en el campo, y a menudo pensaba en verso: “Se agacha el montubio, / la fe puesta en Dios; / luego se endereza, / el milagro del arroz”.

33 32.- Agacharse para levantarse Un gesto sencillo pero revolucionario: agacharse para sembrar, porque después podrá uno erguirse para recoger la cosecha de liberación. Ésta es la metodología de los pobres para alcanzar sus metas. El cruce de brazos y cuerpos de esta familia depositando la planta proyecta su luz libertaria sobre el cerro.

34 33.- Nació en el camino A la mitad del camino le vinieron los dolores del parto e improvisaron una hamaca amarrada a la palmera y al rabo del burro. Le pusieron por nombre María Camino y lleva en su ombligo la cicatriz de la lucha.

35 34.- El quemado – Ay, comadre, qué lindo el bebe. - Compadre, sírvase un quemadito para celebrar el nacimiento del pelado.

36 35.- Transportando al enfermo en la hamaca Cuando llega la enfermedad, se deja todo. Todos los vecinos se aprestan a echar la mano, preparan la hamaca, reúnen cuatro cosas para sacar unos centavos. Y se emprende el viaje. La solidaridad entre pobres es su única seguridad social.

37 36.- El calvario de los pobres Se puso grave el hijo y corrieron a vender la cosecha al comercio “La Dolorosa”. De verdad, “La Dolorosa” hizo honor a su nombre, pues el patrón, tan devoto él de la Virgen, se aprovechó de la urgencia y apenas les dio unas moneditas. Y el doctor, antes de atenderle al enfermo, le preguntó al padre del niño: - “¿Cuánto dinero traes, zambo?”. – “Lo que me dieron por el cafecito”. – “¿No ves que con eso no te alcanza? Ve a por más”.

38 37.- El milagro de cada día Comer cada día es un milagro. Una aventura. Uno amanece sin saber si podrá almorzar al mediodía y llevar algo a la familia. Todo hace falta: imaginación, fuerza, salud, fortuna. Hoy hubo suerte: salieron a atarrayar y hubo pesca. Habrá comida para todos.

39 38.- Navegando por la sabana con la familia Han desbordado los ríos y la sabana se ha inundado. El arroz está pariendo. El niño se ha enfermado y la familia coge la canoa y navegan al pie de las casas, pasando entre los cordeles de la ropa tendida, para llegar al pueblo y buscar al doctor.

40 39.- Día de mercado y de compadres Sábado de mañana, han llegado los campesinos, las calles del pueblo son un hervidero comercial. Se encuentran los compadres, brotan las tertulias, se hacen las compras. Y al atardecer de nuevo a la casa.

41 40.- De tertulia al pie de la casa La tarde está serena, llegan los trabajadores del campo, las comadres se mecen en la hamaca, se comentan las noticias del día. Hasta el niño, el gato y toda la naturaleza participan de la vida apacible antes de que lleguen las sombras de la noche.

42 41.- La familia reunida al regreso del trabajo Ha terminado el día y, antes del baño y de los preparativos de la merienda, es el rato de sacar niguas, despiojarse y comentar las novedades que trae cada uno al hogar: la escuela, el campo, las visitas…

43 42.- El jubileo familiar La familia muestra su júbilo por la dicha de estar juntos y por los sencillos sabores de la vida cotidiana.

44 43.- La casa de caña es profunda Tras los barrotes de caña, bulle la vida en sus múltiples formas. El mundo de los pobres es profundo.

45 44.- El avanzar de los pobres, la más bella estampa De forma escondida y silenciosa se inició un camino de organización de los pobres, que sigue creciendo día a día. ¡Qué otra imagen más hermosa se puede ofrecer al mundo que el resurgir de los que vivían humillados, donde hasta los humildes burritos y toda la naturaleza se integran en este caminar!

46 45.- Diez hombres blanden sus machetes en la floresta Diez significa multitud. Los macheteros fundidos en la maraña de la vegetación tropical, muestran sus machetes rebeldes, como signo de valentía y coraje. La fuerza de los pobres se expresa a través del trabajo.

47 46.- Familias trabajadoras en plena labor Las tres mujeres y los tres varones, en medio de sus fincas, cerca de sus casas, muestran seis trabajos diferentes, como signo de la riqueza de la vida campesina.

48 47.- Trabajando en minga en la finca comunitaria Se han unido todas las comunidades para trabajar en la finca comunitaria. Así es el largo camino de los pobres para ir saliendo de la explotación de los patrones, de los comerciantes, e ir creando modos alternativos de vida.

49 48.- La danza del trabajo comunitario Cuando los pobres se disponen a trabajar juntos es como una danza en la que participa toda la naturaleza, porque es la tierra entera la que se alegra del mundo nuevo que está naciendo.

50 49.- El resurgir los pobres Las posiciones de estos cinco trabajadores revelan la capacidad de surgir y elevarse a través del trabajo comunitario.

51 50.- Un sol de justicia Trabajando comunitariamente bajo el sol de justicia se levanta el astro que guía el camino de liberación de los pobres.

52 51.- Los afilados machetes descansan El descanso y la tertulia entre los pobres, en medio del trabajo, son fuerza motriz en el proyecto de liberación.

53 52.- El machetero señala el horizonte El coloquio íntimo y a media voz, en un descanso del trabajo y a la sombra de un árbol protector, muestra que así van haciendo los pobres camino: en silencio.

54 53.- Clandestinamente En medio de la multitud y del bullicio de la vida, un grupo de personas reunidas, pergeña con sus palabras íntimas el futuro.

55 54.- Amasar la tierra, abrazarla El mundo que estamos gestando parte de un gran pacto con la tierra. Pues somos parte de ella, unos más entre los animales y las plantas y las piedras.

56 55.- Los círculos de la comunidad Tras el círculo de una comunidad hay un complejo mundo envolviéndola: la naturaleza, la vida en sus mil formas, tantos mundos como hogares, tantos matices de color como personas.

57 56.- La familia atravesando la fronda Toda la familia viaja desde la montaña hasta el pueblo. Hay que llevar un poco de cosecha a vender, ir al médico, realizar trámites, hacer compras, visitar a los compadres. Un largo trayecto semanal, a veces entre cantos y a veces entre lloros. Con mucho tiempo para meditar en medio de la espesura. Ida y vuelta.

58 57.- El sueño de la muchacha india Una joven, Shuyana, tuvo un sueño en medio del páramo: de un volcán surgían volutas de humo que se transformaban en indios danzantes formando un inmenso pueblo. Y en el sueño vio su destino: luchar por la libertad de su pueblo.

59 58.- La muchacha atraviesa su país La muchacha inició un largo viaje por los caminos y rincones de su país empapándose de la realidad de los distintos pueblos y culturas, y se cargó de experiencias y de sabiduría. La lucha iba a ser larga.

60 59.- Cruce de caminos Culturas indias, andinas y costeñas, etnias amazónicas, pueblo montubio, formando todos un rico tapiz. Cruce de caminos. Variedad inmensa. Shuyana penetró en todas las esencias para hacer que la entrega por su pueblo fuera definitiva.

61 60.- La danza montubia en medio del trópico En la Costa, mezcla de muchos cruces, surgió el Pueblo Montubio. Parecía que era un pueblo que no tenía voz. Pero, sí. Supo pararse altivo y luchar por su existencia. Cómo danzan los hombres y mujeres costeños: su fuerza, su alegría, su profunda belleza, es la mejor expresión de la voluntad de los montubios por seguir vivos como pueblo.

62 61.- Un sueño en la sabana Costeña Había que ponerle música, movimiento, belleza, a la lucha del Pueblo Montubio. Porque las utopías con música son más perdurables. Porque los montubios, cuando gozan y cuando sufren y cuando luchan, se expresan en verso. Y porque no hay alegría más grande para la humanidad que un pueblo oprimido decidido a subsistir. DANZAS-BABA fue como un sueño en la sabana de Los Ríos.

63 62.- Una chispa que crece Los sueños son siempre los que abren camino. Los que inventan atrevidamente cosas, que luego van viniendo poco a poco, con mucho esfuerzo y trabajo. Los sueños rompen inercias y situaciones establecidas e imaginan futuros nuevos. El Ballet Folclórico DANZAS-BABA ayudó a creer que el sueño montubio era posible. Fue una chispa que después ha ido creciendo.

64 63.- Vigor montubio DANZAS-BABA representa el vigor de los montubios, la vitalidad de un pueblo que, aunque oficialmente no existe, realmente está muy vivo. DANZAS-BABA recorre los corazones de la gente de La Costa Ecuatoriana llevando el orgullo montubio, la cultura del amorfino, de los cuentos y leyendas.

65 64.- La utopía está en el horizonte La utopía está en el horizonte –decía nuestro buen amigo y revolucionario Eduardo Galeano-, me acerco dos pasos y el horizonte se aleja otros dos. ¿Entonces, para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar. La utopía está en estas pinturas: quieren remover el interior y empujar a entregarse a la causa de la liberación. Todo lo que movilice a la organización de los pobres, lo que sirva para luchar y cambiar la realidad de desigualdad e injusticia, todo eso es utopía. Y todo lo que le ponga color y música y belleza, para hacer más definitiva nuestra entrega, es utopía. El horizonte lo perciben los que sueñan con él y luchan por alcanzarlo. El horizonte se aleja, y nosotros seguimos.


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